Corría la primera década del 2000, y todos los niños y adolescentes de la época bailaban y cantaban canciones como “Bakán que sí, bakán que no. Con sí con sa, son a mi fa, canta tu sol…”. Eran tiempos en que los preadolescentes se tomaban todos los canales de TV y existía una verdadera guerra de series y bandas juveniles. En canal 13 las banderas eran de Amango, serie de la que emergen figuras como Denise Rosenthal o Augusto Schuster. En TVN la pantalla la tenía “Karkú”, programa en el que inició su carrera Kel Calderón y Coni Piccoli; y en Mega —liderando la batalla teenager— estaba “BKN”, en la que una rubia y camaleónica Vesta Lugg, con solo 10 años, fue parte de esta exitosa serie que tuvo once temporadas al aire.
Tras el fin del programa, la joven se trasladó a vivir a Toronto, donde comenzó a perfeccionarse en la actuación. Además, abrió un canal de YouTube y descubrió que la música es su pasión. De regreso a Chile unos años más tarde, fue invitada a los más variados y exclusivos eventos, en los que los looks eran carne de cañón para los programas de farándula. Pero fiel a su estilo, sabía cómo usar toda esa atención a su favor. Ya en el 2010, en pleno apogeo de las fashion bloggers, Vesta era nuestra it girl por excelencia; lo tenía todo: belleza, estilazo y un ejército de seguidores en redes sociales. Fue así como en 2014 aterrizó en Maldita Moda como nuevo referente y apuesta joven del panel del programa.
Pero a la inquieta Vesta no le bastaba con ser una fashion icon y fue por más. Así inició su incipiente carrera como cantante, y ese mismo año sorprendió con “Problem Child”, su primera canción en solitario que alcanzó las 300 mil reproducciones en Spotify, en menos de una semana. Multifacética e impredecible, todas “sus mujeres” —como le gusta decirlo— conviven en armonía dentro de ella. Y eso es lo que la hace tan especial.
VIOLETA
El violeta es un color femenino de delicada intensidad y genuinamente elegante. Un tono que transmite calma, rememora la creatividad, y se desliza zigzagueante entre el misterio y la magia. Evocando esas características, Violeta es el lugar onírico creado por Vesta para el single homónimo que estrenó en julio pasado. Un mundo etéreo donde “nada hace sentido y eso es lo que hace sentido”, comenta con orgullo.
¿Cómo te sientes con el resultado de la canción?
¡Contenta! Pasé casi un año y medio sin poder sacar música, obviamente como todes viví la pandemia de una forma súper personal y acontecida. Fue bastante complejo emocional y sociológicamente. Ahí es donde nace este planeta Violeta, y poder traerlo a la vida, verlo reflejado en un videoclip, en TikTok y en las historias de las personas que me etiquetan, es un apapacho.
Firmaste con Warner Music para lanzar tu primer disco, ¡un sueño para cualquier artista que está iniciando una carrera! ¿Cómo fue ese proceso y cómo vives esta experiencia?
(Piensa) Sigo viajando, entonces podemos volver a esa pregunta una vez que lance el disco porque no está pensado completamente. Me quiero sentir lo más incómoda posible dentro del proceso porque cuando estoy incómoda es cuando nacen mis mujeres dentro de mí, esas mujeres más honestas, más curiosas y más aventureras; y quiero hacerle honor a ellas.
¿Qué vamos a encontrar en ese disco?
No me atrevería a decirlo, te estaría mintiendo y no quiero, porque no está listo. Pero va a contar una historia bacán. En una de esas, alguien va a reconocer una letra para alguna persona… Ese juego me entretiene.
Es difícil hacer arte en Chile, ¿cómo ves el panorama musical?
Evolutivo, cambiante. He visto a mis compañeras hacer una pega increíble por décadas y los últimos años se han creado espacios para ellas dentro de giras nacionales e internacionales. Estamos creciendo y valorando aún más lo que está pasando acá.
Por fin las mujeres están tomando el protagonismo que merecen.
Sí, y me entretiene tanto ver a mujeres en videoclips, porque dan todo y nos han condicionado para eso. Si la mujer no es increíble como que pierde validez dentro de la industria, entonces también hay que luchar contra eso. Pero de forma paralela, nuestra pega es siempre extraordinaria.
¿Quiénes son tus referentes?
Lady Gaga; amo sus discos de jazz, me encanta su versatilidad. Me gusta mucho Mon Laferte y cómo inculca el pop, las rancheras, las baladas; me fascina su colisión de planetas. Creo que lo que más admiro de ellas es la capacidad de hacer lo que les da la puta gana, y eso me motiva a seguir haciendo lo mío.
¿Con qué artista chilena te gustaría colaborar?
Me encantaría componer con la Fran Valenzuela; creo que las letras de Cami son increíbles también. Me encanta lo que está haciendo la Denise (Rosenthal), literalmente está llevando el feminismo a su equipo conformado por mujeres, los temas que tocan sus letras, la consistencia de su mensaje. ¡Podría tirar flores todo el día! Muchas que para mí son nuevas y no quiero decir que lo sean, como la Shirel y Soulfia, están haciendo música tan fresca y actual; me gustaría aprender de todas.
Denise Rosenthal hizo un video con comentarios negativos que recibía en redes sociales. ¿Cómo te tomas las críticas respecto a tu faceta como cantante?
(Suspira) Ese tema es sensible para mí porque tiene que ver con mi misión, que es no encasillar a las personas. Desde chicas se nos ha dicho que tenemos que ser de una forma, hacer una cosa y hacerla bien. Vengo de un lugar muy templado, de mucha paz, calma y confianza. Adoro este proyecto, entonces si alguien me dice algo malo sé que no tiene que ver conmigo, sino con el duelo de esa persona. Intento reiterarme eso, porque no todos los días son fáciles y tampoco me corresponde limpiar la basura que otra persona me tira.
BESTIA FEMINISTA (Y TEMPLADA)
En 2017, Vesta concedió una entrevista en la que relata un intento de violación vivido cuando solo era una adolescente y estaba de gira con BKN, acto de violencia protagonizado por un miembro adulto del equipo. Nunca lo había contado antes y en ese momento relató los crudos hechos entre lágrimas: “Si hay mujeres que están leyendo esta entrevista y viven una situación que no debería estar pasando, lo primero que les aconsejo es que pidan ayuda”, expresó. Fue esta, quizás, una de las situaciones que hizo de Vesta en la actualidad una bestia feminista que no titubea cuando debe dar su opinión incisiva y poderosa.
El año pasado lanzaste “El contrato”, canción con un mensaje muy claro; ¿sientes que lograste darles poder a las mujeres?
Esto no es algo absoluto y no va a pasar del día a la noche. Como muchas de mis compañeras, desde la música aportamos nuestro granito de arena a la conversación. Entonces, más que empoderar, soy parte de la misión activa de hacer algo al respecto.
Hablando de este activismo, ¿cómo te encontraste con el feminismo?
Va a sonar cliché, pero creo que el feminismo me encontró a mí. No porque yo sea el centro del universo, sino porque todas las mujeres a mi alrededor me han educado de una u otra forma. Ellas me han dicho: “No po’, eso está mal”, o “esto no te debería pasar”. Fui sintiendo confianza conmigo misma, porque a las mujeres se nos cuestiona todo: nuestro peso, lo que pensamos, lo que nos gusta. Me empecé a dar cuenta de que había mucho que cambiar.
Chile tiene una cultura muy machista, ¿cómo ves el contraste con Canadá?
Creo que son lugares distintos y no puedes enjuiciar una cultura versus la otra. Son condiciones e historias diferentes. Me gustaría pensar que el rol de la mujer en el planeta está siendo cuestionado, porque aún no tenemos el que nos corresponde.
Claro, finalmente eso es lo que nos falta para avanzar en igualdad, especialmente porque todas las mujeres hemos vivido situaciones de acoso en algún momento de nuestras vidas.
Sí, y eso viene con la educación y las herramientas de cada país. Por eso tampoco me atrevería a hablar de uno en comparación a otro, porque hay muchas variables en esa conversación. En una entrevista, la Fran García-Huidobro me dijo: “Tú no quieres tener hijos y yo lo respeto, pero quizás tiene que ver con tu edad”. Después le dije: “Pucha, me molesta un poco que me digan que mi opinión tiene que ver con mi inmadurez”, y me respondió: “Tienes razón, te pido perdón”. Entonces efectivamente tiene que ver con cambiar la narrativa.
Por tu forma de pensar, hablar y como te desenvuelves, te ves una persona muy madura. ¿Puede ser por el hecho de estar en TV desde los 10 años?
Siempre he sido una vieja chica. Era la menor del elenco y estuve en un mundo de adultos desde muy niña, y eso viene con lo positivo y lo negativo, por supuesto. No tuve muchos amigos en el colegio porque era la rara de la tele, me juntaba con gente más grande, y con mis compañeros y los amigos de mis compañeros de BKN. Nunca me pude desarrollar en deportes de equipo porque no tenía la agenda para poder quedarme a entrenar después del colegio. Nunca aprendí a jugar con niños de mi edad, siempre tenía que ensayar.
¿Y qué fue lo positivo?
No cambiaría nada, amo mi vida y dónde he llegado. Lo positivo es que no sería tan amiga de mis papás si no hubiese sido por todas las dificultades que tuve que vivir a tan temprana edad. Desde los 16 en adelante empecé a formar un vínculo súper fuerte con ellos. Son lo más valioso dentro de mi ecosistema.
En BKN viviste muchas cosas, incluso un grave episodio de acoso sexual. ¿Recomendarías a otras niñas la experiencia desde pequeñas en TV?
A ver, no me puedo apropiar de la toma de decisiones de otras personas. Yo tuve el privilegio de tener dos papás súper presentes y no todes les niñes cuentan con eso, entonces te puedo hablar desde mucho privilegio. No puedo motivar a una generación a hacer algo porque son situaciones particulares. Dicho eso, aplaudo cualquier forma de expresión a temprana edad de les niñes, acompáñenles y sean parte de esa curiosidad y desarrollo.
Hablando de tus papás, los vemos súper presentes en tus redes sociales.
¡Sí! Hoy día soy cantante, tengo un medio digital, una productora, una empresa; y es porque mi papá me dijo: “Dale, arranca, ten valor, paciencia y confianza”; y con mi equipo hemos sido constantes en lo que vamos construyendo, porque tuve a alguien que me dijo que me la podía, y eso es impagable.
¿Recuerdas cuando la extinta Revista Caras tituló una entrevista tuya como “La Bestia Millennial”? ¿Qué bestia eres ahora?
Una bestia templada, me gusta mucho esa palabra últimamente. Estoy en un lugar de tan poco ego, tan tranquila con mi ser. Sé que cuando me equivoco, aprendo. Me gusta la palabra bestia, no me gustaba cuando chica, mis profesores me decían bestia porque era brígida. Es heavy que desde chico te estén perfilando como algo malo.
Pero te apoderaste de la palabra.
Ahora, pero a los 14 años no tenía las herramientas emocionales para enfrentarlo.
FLUIDEZ SEXUAL
Leí que “Violeta” está dedicada a tu actual pareja —el futbolista Pablo Galdames— pero en general, ¿qué te inspira para componer?
Me inspira todo, y a veces nada. Es muy frustrante cuando estoy en el estudio bloqueada creativamente. Pero todas mis letras son desde mi amor propio, porque si yo no puedo quererme completa, sólida, brígida y máxima, no puedo dar un amor completo, sólido, brígido y máximo. Y hablo de mi relación en pareja desde ese lado.
Tu último single, “Alas desatadas”, tiene una letra que evoca la libertad tras una relación tóxica.
“Alas desatadas” viene de mi feminismo. Se cree que ciertas mujeres son válidas para estar en una relación. Los hombres dicen “ella es linda, pero es rica”, y ¿qué significa eso? ¿Que a una la puedes presentar a la mamá y con la otra te quieres acostar? Nos ponen en un pedestal bajo sus expectativas y eso es súper egoísta. A veces no nos damos cuenta cuando estamos en ese tipo de relaciones. Pero llega un punto en que dices “no po’, yo valgo más que esto, merezco sentirme libre, plena y con mis alas desatadas”.
Aún hay mucho por avanzar en la libertad sexual de las mujeres. En tu revista virtual #MuyVesta tienes una columna donde has hablado del tema. Como figura pública y referente para las nuevas generaciones, ¿sientes cierta responsabilidad de liberar prejuicios?
¡Sí! Es uno de mis temas favoritos. Asumí la responsabilidad sin que nadie me lo pidiera, porque me apasiona, porque a mí me hizo falta cuando tenía 14 años, y me hace falta hasta el día de hoy. Es un tema que se nos ha quitado. Yo disfruto mucho de mi sexualidad, sensualidad y vida amorosa. Es parte de mi día a día. Entonces, cómo no va a estar plasmado en mi arte, en mis letras, en mis columnas… porque también se me enjuició mucho.
¿Quién te enjuició?
Me acuerdo que mis compañeros de curso me trataban de “puta”, de “zorra” o de “suelta”, y me invalidaban como ser humano por mi forma de interactuar en mi vida sexual, y eso es lo más simple de la situación.
Claro, esa es la punta del iceberg.
Exacto. Nunca se nos habló de la responsabilidad del anticonceptivo, que se nos pone encima de nosotras y no de nuestras parejas, o del placer femenino, el orgasmo…
Te has declarado abiertamente bisexual y eso dio mucho que hablar, ¿por qué crees que a los chilenos les llama tanto la atención algo así?
Porque la gente te categoriza. He tenido mis relaciones públicas y han sido todas heterosexuales, y me da la sensación de que tienen eso asociado a mí. Lo he hablado con mis amigas de la comunidad y es muy fuerte que la gente tenga tanta opinión sobre algo que no les incumbe nada. Pero estamos en esta etapa de cambiar la narrativa a través del respeto y la conversación repetitiva.
QUEEN V: ENTRE LA TV, LA MÚSICA Y LAS RR.SS.
El año pasado resurgió en redes sociales un episodio de Vértigo de 2017 muy cuestionado por los televidentes de esa época, pero si lo miramos en retrospectiva, fue ¡muy mal cuestionado!, pues el juicio fue en la dirección incorrecta.
La escena es la siguiente: una persona del público realiza una pregunta a Vesta. La situación se pone compleja cuando el chef Sergi Arola la interrumpe para intentar tomarla de la mano y darle una vuelta. La joven se niega con evidente incomodidad. Diana Bolocco le pregunta por qué ella tiene una actitud tan seria siendo una “niña muy dulce”. Ernesto Belloni toma la palabra para rematar con la misógina frase “como para chuparla”. Lo más increíble es que Vesta, siendo la víctima, fue atacada por el público. Twitter estalló en mensajes en su contra, tratándola de maleducada. Una postal que sacó lo peor de la sociedad.
¿Qué piensas de ese episodio ahora con los años?
Hay tantas mujeres que viven situaciones similares a diario y se las enjuicia a ellas cuando son las víctimas, y ese fue el reflejo real de la sociedad. La forma de hacer tele de Ernesto es súper distinta a la mía, porque somos de generaciones y épocas diferentes. Creo que si yo me puedo sentar a conversar con estos caballeros podríamos llegar a una conclusión donde reconozcan por qué estaban equivocados y por qué lo que me dijeron está mal, y si no lo pueden reconocer, bueno, eso es otro tema.
El tiempo te ha dado la razón, pero en ese momento muchos te atacaron.
Claro, pero ¿por qué está permitido darnos “una vueltecita” y que se caguen de la risa si yo no he abierto esa puerta? Y si aún hay mujeres que la abren es porque muchas veces están obligadas a hacerlo, porque si no, las despiden, las echan del colegio, sus parejas las violentan. Hay muchas cosas que cambiar y corregir.
¿Sientes que te impusieron un rol en la TV que no te acomodaba? Como la “exchica BKN”, “la cuica”, o solo ser “la chica fashionista”.
Se me ha dicho todo eso en algún momento. Insisto, vengo de un lugar muy templado y de mucha calma. Soy amiga, hija, polola, empresaria, cantante, líder de opinión dentro de mi equipo y afuera. Soy mujer y soy fluida en mi sexualidad. Tengo mi identidad y capacidades súper claras, y cuento con el privilegio de un entorno que me permitió llegar a esta conclusión, y no todes lo tienen.
¿Tienes amistades en la TV?
Sí, tengo muchas amistades por el lado de producción y dirección, con las que me junto de forma constante, como la Fran (García-Huidobro). Y no solo de la tele, naturalmente todas mis grandes amigas son importantes porque me entienden.
¿Qué es fundamental para ti en una amistad?
Empatía. Todes tenemos situaciones distintas, y a mí me ha pasado en varias oportunidades que he dicho: “Voy el viernes a tu asado”, y literalmente 30 minutos antes me dicen: “Vesta, lo siento, tienes una prueba de sonido”, y tengo que enviar un mensaje pidiendo disculpas. O me voy seis meses y quizás mando un WhatsApp una vez al mes para saber cómo están. Para mí es importante esa empatía, paciencia y quererte a pesar de todo.
MALDITA MODA
Siempre irreverente, Vesta comenzó a generar notoriedad luego de su salida de BKN en 2012, por los eclécticos outfits que vestía para diferentes ocasiones públicas. Recordada es su criticada caminata por la alfombra roja de la Gala de Viña del Mar de 2015, donde lució un enterito plateado strapless de terminación flare con flecos tornasol, look que no agradó a los televidentes. “Tenía 19 años y fue súper duro, me cuestioné mucho mi decisión, fue como si hubiese matado a alguien; te juro que ese fue el nivel de agresión”, recuerda.
Creo que fuiste incomprendida.
La gente me escribía: “Ojalá que te ahogues en el mar de Viña”, “Eres una persona horrible por ofendernos con lo que te pusiste”. Muchos me dijeron que debía esconderme, pasar un tiempo piola sin generar tanto revuelo. Pero yo no me mandé ninguna cagada, no hice nada malo, nada para ofender directamente a alguien, me puse algo que me hacía sentir poderosa. Hoy, desde mi lugar templado, básicamente sopapo en la cara al que no le guste (ríe).
Siempre has sido una persona muy visionaria en cuanto a tendencias, y en todos los ámbitos creativos en los que te desarrollas, pero especialmente en la moda…
La moda, como todo lo que hago, es una extensión de mí, es un diálogo que tengo con el mundo, una forma de expresarme. Mucha gente lo frivoliza, pero lo que nos ponemos es un caparazón contra el mundo y al mismo tiempo permite que el mundo nos vea. A mí siempre me ha gustado ser honesta con todo lo que hago y vestirme todos los días es parte de mí.
¿Qué diseñadores te inspiran?
Me encanta Jeremy Scott, Mugler también me gusta muchísimo. Todo lo que está haciendo ahora Prada con las generaciones nuevas; está súper centennial. Miu Miu, Bimba y Lola me fascinan. Me gusta el maximalismo, ya no me importa que la gente se sienta abrumada porque tengo un pantalón rojo y una polera morada.
¿Cuál es la pieza que más amas de tu clóset?
Tengo una chaqueta de cuero de una colaboración de H&M con Balmain que tiene hombreras y todos los hombres hetero me dicen: “¿Vas a jugar rugby?”, pero yo me siento poderosa. Mis amigues de la comunidad o mis amigas me dicen: “Qué bacán tu chaqueta”. Es heavy cómo la ropa comunica.
Por otra parte, la moda hoy está dando un giro hacia la sustentabilidad, y el slow fashion, ¿qué opinión tienes al respecto?
Que es súper importante. El mundo requiere de nuestra atención, pero hablo desde el privilegio, porque la moda sustentable y el slow fashion no son accesible para todos. Que tú y yo lo hablemos, y que las marcas se motiven a cambiar sus procesos y protocolos es importante, pero hasta que no llegue al consumo masivo, es súper elitista.
LA INCONDICIONAL FUNKY
¿Cómo te desconectas de la realidad?
Con mi pareja y mis hijas perrunas, ¡te lo juro! (Adopten, ¡no compren!) Si no, pasaría 24/7 trabajando.
¿Adoptaste a tus perritas?
Adopté a la Funky, viene de una placita en Renca. Y es un problema de muchas partes del mundo. Hay tantos perritos que necesitan amor, cariño, y los quiltros son a prueba de balas. ¡Vivan los quiltros!
¿Cuándo decidiste adoptar?
Cuando llegué de vuelta a Chile, luego de haber estado en Buenos Aires trabajando en mi disco. Estuve en una residencia sanitaria porque eran los protocolos de ese momento y naturalmente tenía bastante tiempo a solas y un poco de ansiedad después del vuelo, y me di cuenta de que echaba de menos muchas cosas, como a los animales que viven con mi mamá y mi papá: Happy y Nonna. Mi familia toda la vida ha adoptado perritos. Mi mamá trabajó en una fundación, ¡en un momento tuvimos seis perros en mi casa! Y la Vesta niña que vive dentro de mí me dio la respuesta a lo que necesitaba: una compañera de vida.
¿Y cómo conociste a Funky?
En ese momento me puse a buscar en redes sociales las fundaciones que conocía como “Ayuda Callejero”, que rescata perros de situaciones extremas y no solamente de la calle. Ellos tenían varios perritos que quería conocer, y el proceso fue bastante largo. Me contaron la historia de Funky y supe de inmediato que era ella. Fui a conocerla y la adopté. Desde entonces hemos sido… inseparables (cuenta con emoción).
Se nota que para ti la adopción es una causa importante.
Súper importante. Fomento la adopción y el rescate versus la compra, creo que es necesario tomar conciencia porque muchas personas no saben que es un proceso hermoso, y que está disponible para todes.
Hace poco contaste en redes sociales que no pudiste viajar con Funky a Canadá por un problema con la aerolínea. ¿Cómo llega ella a ser tu animal de soporte emocional en el tratamiento de tu ansiedad?
Desde hace un tiempo estoy en un proceso personal y médico, con mi psiquiatra y psicóloga, donde trato mi ansiedad e intento encontrar las herramientas para ser la mejor versión de mí misma y atender mis ataques de ansiedad. Y al ver la paz y tranquilidad que me entrega Funky, una suerte de meditación cuando salgo con ella, dejando el teléfono de lado y dedicándole tiempo a ser compañeras, me di cuenta de que ciertos síntomas estaban desapareciendo o disminuyendo, entonces empecé el proceso de convertirla en una perrita de soporte emocional con mi psiquiatra.
Creo que aún hay mucho desconocimiento sobre los animales de soporte emocional, ¿en qué consiste específicamente?
Básicamente ella me puede acompañar a muchos lugares en donde no son recibidas ni permitidas las mascotas que no tienen esta documentación. Y por lo bien que me hace su compañía, creo que es necesario que la sociedad empiece a abrir las puertas a la incorporación de los animales en nuestros espacios cotidianos.
EL PRESENTE ES DE VESTA
“Voy a hacer un poco hipócrita porque acabo de decir que no hay que encasillar, somos muchas personas dentro de una, pero en este momento estoy 100% concentrada en mi música”, reconoce. Y es que el presente de la artista está enfocado en terminar su primera producción discográfica. Pero hacer música durante los últimos años ha sido complejo para los intérpretes de todo el mundo, pues para nadie es una sorpresa que la pandemia azotó fuertemente a la industria del entretenimiento.
Luego de un 2020 difícil, ¿cambió tu visión de la vida?
Sí, cambió. Soy bastante más paciente, resiliente y un poco más entregada a las variables que no puedo controlar, algo que quizás antes de la pandemia no se me hubiese pasado por la cabeza.
¿Eres de proyectarte a largo plazo o vives cada momento?
Ambas. Me gusta planear y hacer proyectos que requieran de tiempo y estructura, y también vivo mucho mi día a día. Me siento bendecida por lo que estoy viviendo.
¿Cuál es tu lado más canadiense y el más chileno?
Mi lado más canadiense… (piensa). Uy, buena pregunta esta. Yo diría que mi lado pasional es más latino, más chileno; y mi lado estructurado, mi visión social, de trabajo, la responsabilidad dentro del lugar que nos corresponde, eso es más canadiense.
Eres muy querida y seguida por la Generación Z. ¿Qué es lo que más te gusta de ellos?
Que son valientes e irreverentes, ven lo que está mal y lo corrigen. Mi generación era “no le hables así a tus mayores”. Los centennials me educan y corrigen constantemente, y eso es bacán. Son muy claros en su forma de pensar.
Cuéntanos de tu revista virtual #MuyVesta, muy exitosa entre millennials y centennials.
#MuyVesta nace hace tres años porque me di cuenta de que la mayoría de los medios que yo consumía, los tradicionales impresos, estaban cerrando. Y de forma paralela, junto a mi equipo nos pasaba que no nos identificábamos con ningún medio, con ningún mensaje, con ninguna narrativa ni concepto.
¿Una necesidad de encontrar un espacio propio?
Sí, pensamos que había más personas que se sentían separadas del montón por ser los raros, y creíamos que éramos poquitos, pero somos muchos. Tenemos opinión y queremos expresarla. Nos vestimos distintos, pensamos distinto, comemos distinto, amamos distinto. Pero eso distinto es normal, y nosotros no lo sabíamos porque nadie lo comunicaba. En #MuyVesta todes pueden ser muy elles y eso se celebra.
¿Y qué te hace muy Vesta?
Mi constancia, mi bondad, mi intensidad; soy terriblemente intensa. Mi templanza y mi locura, porque estoy “terrible pitiá».
“Confirmo”, interrumpe su pololo, que ha estado acompañándola durante toda la entrevista.
Hace seis años en una entrevista dijiste: “A los 30 no me veo casada ni con hijos, me encantaría encontrar a un compañero de aventuras, alguien a quien no le intimide cuando yo no esté”. ¿Cómo vas con ese decreto ahora que tienes 26?
O sea, eso de “sin hijos” vamos súper bien. Y encontré un compañero de aventuras que le encanta cuando estoy y le encanta también cuando no estoy porque conectamos de otra forma, entonces creo que decreté bastante bien, fíjate. ¡Pero estoy lejos de los 30 todavía! (ríe).
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