En 1997 salió al mercado la Barbie Talk With Me, la muñeca más famosa del mundo que tenía voz gracias a un programa computarizado. En 1997, en Santiago de Chile, nace Belén Soto, cuya voz poderosa simboliza la de muchas jóvenes. Pero ¿qué relación tiene una mujer de plástico —en pleno apogeo por la película Barbie, protagonizada por Margot Robbie y dirigida por la virtuosa y feminista Greta Gerwig— con una de carne y hueso? No solo la inicial de sus nombres, la belleza, y su enorme influencia, sino también la frase: “Sé lo que quieras ser”.
Multipasión, así se define la actriz, escritora, directora, productora, influencer… Podríamos seguir eternamente enumerando sus facetas, porque Belén no para. Reconoce que va contra la corriente, que le pidió a su mamá a los tres años ir a castings, a los nueve ya estaba actuando con sus estrellas favoritas: Mane Swett y Jorge Zabaleta, en la teleserie “Papy Ricky”, y que con 22 decidió extirpar el dolor que cargaba en su corazón y convertirlo en un libro best seller.
LIFE IS YOUR CREATION
“Sigo demostrándome que sí soy capaz de crear mi historia”, cuenta con la pasión que la caracteriza. Belén es nuestra Barbie chilena, no esa que viste traje de huasa elegante —y que muchas niñas de los 90 conservaron en su empaque original—, sino una que rompe esquemas, que creó su propio mundo y comunidades de mujeres que confían en ella. Una mujer power, una mujer best seller.
El día de la entrevista nos recibió en pleno reposo debido a una fractura que, por cierto, no le impidió viajar a Cannes para presentar su documental “Powerful Women”, una cita que por obvias razones no podía posponer. Pero perdió muchos trabajos y eso le dolió, aunque, así como fue de osada al viajar sola al otro lado del mundo es también de talentosa en la conquista de sus sueños. Y es que nada la detiene.
MUJER POWER
Muchos podrían pensar que Belén está en la cúspide de su exitosa carrera, pero no, esto es solo el comienzo. Hace exactamente diez años concedió una pequeña entrevista para un publirreportaje en la extinta revista Seventeen. Allí habló sobre cómo se estaba preparando para correr una maratón: empezó de a poco, pero con determinación, y había logrado avanzar a un nivel que jamás imaginó. Esa tozudez por desafiarse y desafiar a los demás es lo que la ha hecho caminar fuera de la senda que muchos pensaban como “obvia”, la de serena actriz consolidada a muy temprana edad. Hoy es una de las autoras más vendidas en Chile, y ha logrado internacionalizar su segundo libro: “Mujer Power”.
“No te lo mereces” (su primer libro), fue un éxito en ventas en tiempos en que las personas leen cada vez menos, ¿cómo vives ese éxito?
Cuando se convirtió en best seller fue un gran regalo, sobre todo por la comunidad de mujeres que no conozco y que han confiado en mí desde el momento en que compraron el libro y se atrevieron a leer la historia, que se sintieron identificadas, y que me escribieron en Instagram para contarme su historia; que sintieron que no estamos solas, que mi historia es su historia.
Y tu segundo libro, “Mujer Power”, acaba de anunciar su llegada a librerías del mundo, ¿sabes cuántos chilenos han llegado a eso? ¡Felicitaciones!
La verdad fueron muchos años golpeando puertas, porque en un comienzo me habían dicho que no era posible. Y me enorgullece estar representando a Chile desde este lado. “Mujer Power” en una guía 360 de lo que para mí es el empoderamiento femenino, y que me hubiera encantado leer de chica.
Pero más concretamente, ¿qué le pasa a la Belén, y no a la autora, cuando su libro se lanza en dos continentes de forma paralela?
Es que en agosto se lanza en México, y luego en los demás países, por eso todavía no vivo esto (ríe). Pero fue un sueño que perseguí, no me lo regalaron de un día para otro. Estuve casi a punto de irme de mi editorial porque como autores chilenos no nos lanzaban afuera. Y cuando me avisan que se pudo y que los otros países aceptaron, claramente para mí fue una de las mejores noticias.
El mundo te está llamando…
Parece…. Uno de mis grandes sueños siempre fue internacionalizar mi carrera como actriz, estoy partiendo como escritora y es un súper primer paso. Quizás después voy a hacer cosas como actriz, pero algo es algo, (ríe).
Pero la internacionalización partió antes, fuiste la primera chilena nominada a los People’s Choice Awards. ¿Cómo te enteraste de esa nominación?
Fue un poquito antes de sacar “Mujer Power”. Estábamos en pandemia; un día temprano me puse a revisar los mails y tenía uno extraño con letra roja, de Estados Unidos, de E! Entertainment. Decía que había sido nominada como la mujer más influyente de Latinoamérica a los Premios People’s Choice, y yo pensé “me están cagando” (ríe). Me empezó a latir el corazón fuerte. En Chile cuesta tener estas oportunidades, entonces fue gratificante.
El solo hecho de estar nominada ya era un tremendo reconocimiento…
Sí, y un espaldarazo. Cuando hice “No te lo mereces” me llegaron comentarios de todo tipo, de pares, compañeros que me decían “para qué haces este tipo de libros”, “para qué lo estás contando”, entonces cuando me nominan fue una señal de que lo estaba haciendo bien.
El mundo de los actores es complejo, ¿te llegaron muchas críticas desde ahí?
Tenía compañeros que me dijeron en buena onda, desde temas de redes sociales, marcas o “por qué estás escribiendo un libro si tú eres actriz”. Te tratan de encasillar y yo siempre fui contra la corriente, por eso nunca digo “me equivoqué”, porque nunca he hecho algo correctamente bien, todo lo que he hecho lo he hecho a mi manera.
LA VOZ DE LA VALENTÍA
En su libro debut “No te lo mereces”, Belén reveló la historia de un pololeo abusivo y tormentoso —al cual ya no quiere darle más relevancia— que le desgarró gran parte de su adolescencia e inocencia. “Nadie está exento de vivir una relación tóxica, nuestro gran drama es haberlo normalizado”, reflexiona la artista que logró despojarse de esa pesada carga, no sin antes pasar por un periodo de autodescubrimiento de su propia y poderosa voz.
Eres un referente especialmente para chicas jóvenes, ¿cuál es el consejo que le darías a quienes están pasando por una relación tóxica como te sucedió a ti?
Buscar una red de apoyo, buscar en quién confiar. Uno de los errores que uno comete —que cometí yo— fue meterme en un hoyo, esconderme, y separarme del mundo. Eso es lo que busca también tu abusador y finalmente dejas de creer en quien tienes a tu alrededor.
¿Hay algún momento en que tú dices “contar mi vida puede ser rentable, puede vender libros”?
Es una pregunta complicada, partí tan pequeña. En redes sociales fui una de las primeras influenciadoras, y siento que le debo mucho a la gente. Mostrar lo que me pasa, lo que siento, mi matrimonio. Estoy donde estoy gracias a las personas que me apoyan. No se trata de que mi vida rente, lo que renta son las marcas porque el contenido es lindo, entretenido. Muchas veces rentan menos cuando cuento tanto de mi vida privada, porque en Instagram suelen mostrar solo cosas lindas y voy contra eso. La vida no es siempre happy, tiene fracasos, vulnerabilidades, lágrimas. No busco rentar sino mostrarme tal cual.
En redes es como si todo fuera pauteado…
Y es lo que nos enseñan a los actores, nos ponían coach para dar la respuesta perfecta, para sonar bien en las entrevistas y siempre caer bien. Me aburrí de eso, no es la vida real.
Hace poco se hicieron muy vitales algunas opiniones de Isabel Allende sobre política, y me imagino que la ves como referente en la carrera de autora, pero ¿cómo te sientes opinando de temas sociales complejos como la política?
Desde chica mi mamá me dijo que hay tres temas de los que no puedes hablar: religión, fútbol y política. Por eso cuando me preguntan no opino, porque son temas que generan agresividad, no todos pensamos de la misma manera. Soy partidaria de la libre expresión sin agresividad.
¿Pero te sumarías a campañas políticas?
No, porque me interesa influenciar desde mí misma. Más allá de eso no me incumbe. Es tarea de cada uno informarse más que influenciarse por lo que opine otra persona, pero sí respeto las opiniones.
VOLVER A CREER EN EL AMOR
Belén se casó en febrero de 2023 con el modelo y empresario Branko Bacovich, su pololo de hace seis años. Una ceremonia apoteósica, mágica, veraniega, con invitados del mundo del espectáculo, cercanos y amigos. Bellas postales que en la década del noventa habrían acaparado las portadas de todas las revistas. Una relación hermosa, armónica, y hasta estéticamente hegemónica, como Barbie y Ken. “Yo me río porque siempre me preguntan: ‘¿qué se siente estar casada?’, y es exactamente lo mismo que estar pololeando”, dice con una sonrisa en el rostro. “Con Branko ya vivíamos juntos, nos conocíamos al revés y al derecho —continúa—, teníamos el mismo amor, la misma responsabilidad, la misma confianza”.
Leí por ahí que cuando lo conociste una amiga te dijo que te casarías con él… ¿Cómo fue eso?
Es chistoso como ocurrió, nos conocimos en un cumpleaños, yo estaba con amigdalitis, fiebre, solo quería irme a mi casa, y Branko se acercó a acompañarme porque yo estaba en una esquina. Yo andaba con una pareja de amigos y apenas nos subimos al auto para irnos, mi amiga me dice: “No te preocupes, tengo todo solucionado”, y yo no entendía nada. Me dijo: “Ya le di mi tarjeta al chico que conociste adentro”. Yo le dije: “Pero si no me interesa, es cero mi gusto”; para mí era demasiado perfectito, demasiado bonito. Y me dice: “No, ya le di mi número, le dije que tengo un trabajo para él, y cállate, porque tú y él se van a casar”.
¡Brujería!
Tiene sinestesia, suele ver las energías, los colores más allá de las personas, no sé si eso es brujería, pero luego de seis años nos casamos y ella fue una de las damas de honor.
¿Cómo influyó tu antigua relación, la relación tóxica, en lo que comenzaste con Branko?
¡Uf! Yo seguía con muchas secuelas. Me acuerdo de que, a los siete meses de relación, terminé con Branko y él no entendía por qué. Estábamos súper bien, pero me entró tanta inseguridad, sentía que me iba a engañar, y fue mi parche antes de la herida. Estuvimos dos semanas separados y él me buscaba. Ahí recién pensé “chuta, quizás sí me quiere, sí me valora”.
¿Cuándo le contaste lo que te había ocurrido con tu expareja?
Justo estaba en terapia en ese tiempo, y me abrí a hablar con él. Su primera respuesta fue “por qué te engañaría, te amo, soy feliz contigo, yo jamás te haría eso”. Entonces al final con Branko fue volver a creer en el amor. Y me gusta contarlo, porque no siempre fue una relación súper bonita, hubo quiebres, hubo muchas inseguridades que me quedaron.
¿Le costó acostumbrarse a tu vida pública?
Creo que hasta el día de hoy a veces le choca (ríe). Pero sí entiende todo, aunque obviamente por el lado actoral no le gusta que me tenga que dar besos con otros actores (ríe).
¿Cómo describirías a Branko en tres palabras?
(Piensa) Qué difícil… una de las cosas que más admiro de él es su paciencia…
¿Contigo o en la vida?
¡Con todo! Tiene mucha paciencia, y en ese sentido es lo contrario a mí, es muy paciente, muy positivo y buena persona.
¿Les gustaría ser padres?
Sí, siempre hemos tenido ganas de ser papás, no es algo que pronosticamos pronto porque ambos tenemos metas por cumplir y me gustaría poder realizarlas antes de ser mamá, que es una responsabilidad tremenda y hoy mi vida es ajetreada, mi trabajo requiere mucho movimiento. Por Branko tendría guagua ahora, pero le dije: “Tengo 26, déjame cuestionármelo a los 30”.
“DE CHICA ME CREÍA BRITNEY SPEARS”
Háblame de tu mamá y de la relación que tienes con ella.
Siempre ha sido mi mejor amiga, y una persona que admiro muchísimo. Nunca me cortó las alas para ninguno de mis sueños o proyectos; me dio la posibilidad de trabajar cuando era chica. Yo le decía: “Mamá, mándame a todos los casting posibles”. Ha sido la mayor fan de mis proyectos. Cada vez que se me venía una idea a la cabeza, me decía “hazlo”.
Me dijiste que comenzaste a ir a castings a los tres años, pero a los tres años ¿quién te incentivó?
¡Yo! Yo le decía “mamá, llévame a lo que sea”. De chica me creía Britney Spears o Christina Aguilera. Mi primer comercial fue a los tres años, y mi mamá me iba diciendo “está este casting, ¿quieres hacerlo?”, y yo iba a todas. Después hice comerciales de radio y como acompañaba a mi mamá a grabar, mi sueño era hacer una teleserie.
¿Y el casting de Papi Ricky fue así?
Fue gigantesco, cinco mil niños, en ese tiempo los avisaban por televisión. Fue un día sábado, por fila; el casting fue casi todo improvisar. Ese mismo día en la tarde el productor llama a mi mamá, sin saber que ella trabajaba en el canal haciendo el tiempo. Me pegué al teléfono a escuchar mientras le decían: “Esto sería para la próxima teleserie de las ocho, sus padres serían Jorge Zabaleta y María Elena Swett” y yo (grita) no me lo creía, eran mis máximos ídolos. Le decía a mi mamá que dijera que sí. Y así comencé. Todas las producciones que he hecho en mi vida han sido por castings.
EL CAMINO DE BELÉN
“La actuación es de mis mayores pasiones, una de las cosas que más amo hacer en la vida”, revela Belén con brillo en sus ojos. Antes de tomarse unos años para dedicarse a su carrera como escritora, su última teleserie fue “La reina de Franklin”, y en más de una oportunidad se cuestionó si había tomado la decisión correcta. Sin embargo, en redes sociales —y en las calles— encontró un público fiel que le permite mantenerse vigente sin la necesidad de la televisión.
¿Crees que para mucha gente vas a ser toda la vida la niña de Papi Ricky?
Me encanta que la gente recuerde esa teleserie con tanto amor. Ahí te das cuenta de que hay teleseries buenas. La familia se reunía a las ocho a verla, era el tiempo de la guerra de las teleseries, otra época.
¡Que afortunada eres de haber vivido las dos épocas!
¡Exacto! Para mí siempre ha sido hermoso que la gente me siga reconociendo por Alicia, hasta el día de hoy me dicen “¿tú eres la niña de Papi Ricky? ¿Dónde está tu papá? ¿Viniste en la moto?”. Nunca ha sido un tema. He hecho más de diez producciones y la única que recuerdan es Papi Ricky (ríe).
El ser estrella tan joven como Britney Spears, Macaulay Culkin, Lindsay Lohan es complejo… Tuvieron mucho trabajo, dinero y presión desde niños. Podrías haber tenido un devenir tormentoso, ¿cómo lo hiciste para que tu experiencia fuera positiva?
Creo que esos casos iban de la mano de los paparazzi que los seguían todo el tiempo, no podían tomar las riendas de su propia vida, todo lo que hacían y decían les perjudicaba. Acá en Chile eso no ocurre. Para mí el haber trabajado desde muy pequeña ha sido una de las cosas más hermosas que me ha pasado. La mujer que soy hoy es producto de cada cosa que he hecho, y mi red de apoyo fue mi familia. Mi mamá jamás me dejó sola, estuve muy resguardada; el canal me ponía psicólogo, un coach, y crecí haciendo mi pasión.
Tenías un sueldo desde muy niña, ¿qué hiciste con él?
Desde un comienzo mi mamá abrió una cuenta de ahorro donde iba todo lo que yo recibía. Ella cuidó mi plata porque jamás nunca nadie la tocó, y la ahorró hasta que yo cumpliera los 18 años.
Pero tenías mucha plata en una cuenta que no podías tocar…
Sí, sí. ¡Te lo juro! Pero también era lo mejor, porque tenía nueve años, no tenía necesidades económicas, vivía en la casa de mi mamá. Una de las cosas más bacanes que hizo ella, fue que a los 14 me dijo: “Belén, está este monto de plata, lo mejor que podríamos hacer es invertir y comprar un departamento a tu nombre”. Yo no cachando mucho le dije “bueno”; esa fue la primera inversión que hice en mi vida, y así fui ahorrando y financiando todos mis proyectos.
UNA ACTRIZ INTERNACIONAL
¿Cuáles son los próximos sueños?
Terminar de grabar mi documental, porque es una serie de ocho episodios. El lanzamiento internacional del libro, que ojalá pueda ser un éxito en cada uno de los países, y que de a poquito Chile pueda ir sonando más, que más autores puedan ser reconocidos. En marzo de 2024 sale mi tercer libro, y poder crear carrera internacional, volver a las pistas como actriz en otro país, eso es para lo que estoy trabajando en este momento.
De hecho, me llama la atención que tienes agencia de representación en México y en España.
Sí, estoy con representación en México, Argentina y España, para los distintos proyectos que estoy haciendo. Mi idea es poder moverme a uno de estos países para hacer producciones actorales, para el próximo año volver a escena, a los personajes.
¿Te ves haciendo las hazañas que ha logrado Jorge López, por ejemplo?
¡Sí! Me encantaría; de hecho, lo más chistoso es que con Jorge íbamos a estar juntos en Soy Luna, yo me salí al final, así que mi historia quizás sería otra hoy (ríe). Quedamos juntos seleccionados, y tuvimos que viajar a Argentina para iniciar las pruebas de patinaje, y al final no fui.
¿Qué personaje ibas a ser tú?
Era una de las amigas de la protagonista, de Luna, pero por decisiones que uno va tomando en la vida no lo hice, fue justo cuando estaba en cuarto medio, era terminar el colegio o tener que retomarlo después.
¿Y fue la decisión correcta?
Mira, todo pasa por algo, la vida me quería llevar de otra manera, todo lo que he hecho ha sido con un propósito, por eso cuando la gente me dice “te queremos ver actuar”, yo pienso que todo a su tiempo. Quizás el próximo año, fuera de Chile, en alguna serie; sería un sueño.
“ESTOY FELIZ, ME SIENTO REALIZADA”
Belén ha revelado que el cansancio y el estrés han sido sus peores enemigos, pero aclara que no es por el trabajo, que es su hobby: “Por más que yo diga que no estoy estresada, mi mente y mi cuerpo lo reciben de una manera distinta”. Así es como tuvo una parálisis facial, alopecia, y hasta bajas de peso descontroladas. Sin embargo, insiste en que “cuando no estoy trabajando o haciendo lo que amo es cuando me estreso”.
Estás en una situación hipotética con tres puertas y solo debes escoger una: la puerta de actriz, la puerta de escritora o la puerta de influencer.
(Piensa) ¡Uy! Mi pasión es la actuación, es un arte que me encanta poder realizar, poder interpretar distintos personajes, empatizar con una persona más allá, eso te hace ser actriz. Entonces si tuviera que seguir una línea, sería ser actriz.
Para la portada de Sarah te vimos muy libre, despojándote de la ropa, ¿eso tiene algún simbolismo para ti?
Para mí es una liberación de miedos, de tabúes que nos hicieron enfrentar a nosotras, sin generalizar. A mí me hicieron sentir insegura de mi propio cuerpo, entonces hoy poder sacar esas inseguridades me hace sentir libre, algo que hace años no podría haber hecho. Hoy estoy viviendo una etapa muy linda conmigo, de mucha honestidad y de conocerme. Cuando uno se siente bien lo transmite.
¿Eres feliz?
Sí, estoy feliz, estoy viviendo una etapa donde me siento realizada. Las cosas están funcionando después de mucho tiempo intentando. Me completa tener mi familia, mi marido, mi perro y estar trabajando en mis multipasiones. ¡Si no trabajara no sabría lo que sería de mí! #SARAH
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