Close

,

I LOVE ARUBA: ¿Por qué la “Isla feliz” se transformó en uno de los destinos favoritos para el turismo wellness del caribe?

Por @ahorapinto

agosto 2023

El caribe en su conjunto es un destino que invita a la relajación, a la desconexión y a la paz, pero hay una pequeña isla ubicada justo frente a Venezuela que está ganando popularidad por el denominado “turismo de bienestar” o wellness, ¿por qué? Fuimos hasta Aruba a vivirlo en persona.

La mejor playa del caribe y la segunda mejor playa del mundo, eso es lo primero que podemos leer al ingresar al sitio web oficial de Aruba, al que -como buen periodista- ingresé a investigar apenas me confirmaron la fecha en que partiría a la denominada “Isla feliz” y subirme a la aventura de descubrir por qué esta pequeña isla se ha transformado en un referente mundial de turismo de bienestar.

¿Cómo llegamos a Aruba? Como casi todos los destinos del caribe, primero tenemos una parada en Panamá (donde llegué después de 7 horas de viaje desde Santiago de Chile); y luego hicimos otro pequeño vuelo de dos horas hasta llegar a Oranjestad, la capital de este pequeño país con menos de 30 años de vida completamente independiente. ¿La primera impresión? ¡que calor! y es obvio, porque estamos en el caribe, ¿la segunda? ¡Quién se llevó la selva! Y es que Aruba no es una isla caribeña como las demás, no tiene palmeras gigantes, no tiene monos colgando de los árboles, todo lo contrario, es una isla más bien desértica con una vibra muy Texas, y en lugar de palmeras abundan gigantescos cactus en toda la isla.

Pero… ¡a lo que vinimos! por qué la isla se ha popularizado como destino de bienestar… La respuesta comienza a aparecer ante nuestros ojos muy rápidamente, no es un destino fiestero lleno de clubes nocturnos como Tulúm, por ejemplo. Aruba es más bien un destino muy familiar, muy calmo, y muy dedicado al turismo, de hecho su PIB está determinado en un 100% por el turismo. 

Mi primera parada en Oranjestad fue -lógicamente- el hotel. Me recibe el Renaissance Aruba Resort and Casino, que ¡tiene un muelle dentro del hotel! No estoy hablando de un muelle en la playa frente al hotel, no, a un costado de la recepción queda una especie de canal al que ingresan embarcaciones directamente desde el mar, eso ya me pareció digno de un artículo completo, pero era solo el inicio. 

Este hotel posee una isla privada a la que solo acceden los huéspedes y al interiorizarme sobre las opciones que el hotel ofrece comencé a comprender la vibra de wellness imperante en la isla: clases de yoga en la playa, Sup-Yoga en el mar o yoga con flamencos, era solo la punta del iceberg. Si, yoga con flamencos, y no es que las aves hagan yoga contigo, sino que la práctica se realiza en la playa en la que libremente estas aves recorren junto a ti, incluso se dejan acariciar, son como los anfitriones de la isla privada de Renaissance.

Debo admitir que para mí el solo hecho de descansar en una playa de arena blanca ya es una actividad de bienestar, sobre todo porque -al menos en el hotel elegido- existe una playa familiar y una de solo adultos que ¡no se imagine nada oscuro! es simplemente un lugar sin niños jugando paletas, por tanto si lo que buscas es relajarte, acá lo puedes lograr.

Luego de practicar el yoga con flamencos, tomé uno de los masajes más exquisitos de toda mi vida en una pequeña cabañita sobre el mar donde las olas eran la música, y el entorno era un paraíso, poco a poco fui dejándome envolver por esta vibra wellness, yo solo me dejé abrazar por el calor de este lugar. 

Hablar de turismo wellness necesariamente tiene que ver con la naturaleza, y este lugar la ofrece de la forma más generosa posible, y no nadando con peces de colores como el resto del caribe (si, también lo puedes hacer acá), sino encontrándote contigo mismo. Esto lo pude lograr a la perfección caminando en un mágico parque llamado Arikok, que cubre el 18% del territorio total de la isla, y debo confesar que por algunos segundos sus olores, vegetación, y entorno me transportaba al Valle de Elqui, si, ese nivel de misticismo. A este parque se puede acceder en grupos al amanecer para -por ejemplo- meditar al amanecer, lo cual no hice, pero debe ser una megaexperiencia.

Aruba, como lo he dicho anteriormente, es una pequeña isla que vive en un 100% del turismo, por tanto hay una predisposición positiva de parte de sus habitantes a atenderte muy bien,  hacer que tu experiencia sea de lujo, a hacerte sentir feliz, no eufórico ni emocionado, feliz…

Pero “La isla feliz” tiene mucho más que ofrecer que solo relajo, de todo lo demás te hablaré en una próxima oportunidad. Por ahora, y solo por el hecho de recordar mis tardes cálidas en la isla, ya me estoy sintiendo en un completo transe relax.