¿En qué piensas tú cuando piensas en Jamaica? Playa, Caribe, Bob Marley, Usain Bolt, reggae, marihuana… Probablemente los mismos conceptos que tenía yo. Pero -quizás de forma muy equivocada- hasta hace un par de semanas atrás no pensaba en Jamaica como un destino al que iría de vacaciones, y no por falta de atractivos por parte de la isla, sino simplemente porque no lo tenía en mi registro, le atribuía varios conceptos, pero el de destino de mis próximas vacaciones no estaba incluido. ¡Que equivocado estuve!
¿Por qué no se habla o muestra más de Jamaica? -me pregunté justo después de recibir la invitación a conocer este país que pronto me sorprendería- ¿Por qué desde Latinoamérica vivimos pensando en visitar Cancún, Punta Cana, Tulum, Aruba, y no Jamaica? Con esta duda en la cabeza inicié esta aventura que llega en forma de invitación en un momento en que mágicamente necesitaba unos días de desconexión. Además de ordenar maletas, ordené mi ausencia por una semana, trabajo, pendientes, familia, y volé hacia la isla de Bob Marley.
Como sucede con la mayoría de los destinos caribeños, desde el sur del mundo debemos viajar Santiago – Ciudad de Panamá (7 horas); y después 2 horas a Montego Bay, ubicado en la costa norte de Jamaica, de esta forma, cerca de 10 horas después de salir de casa, estaba ya en la isla de Jamaica.
Un descanso de lujo
Una vez en la isla, el primer paso fue visitar el hotel Grand Palladium Jamaica Resort & Spa; perteneciente a la cadena española Palladium, que por más de 50 años y con presencia en 6 países, se ha propuesto llevar el descanso a un nivel de lujo paradisiaco.
Con una infraestructura impresionante que se eleva sobre las blancas arenas del cálido mar caribe, el hotel acaba de realizar una remodelación que alcanzó los 27.5 millones de dólares, y que lo convirtieron en un verdadero palacio frente al mar. Cuenta con más de 500 habitaciones, un spa del que no querrás salir, 11 restaurantes, 17 bares, room service las 24 horas, bares al interior de algunas piscinas, y ¡ojo con esto! cuentan con la piscina más grande de Jamaica, y una de las más grandes del caribe. Además cuenta con acceso directo a 4 playas y si viajas con niños, existen 3 clubes separados por edades en que puedes dejarlos al cuidado de profesionales y vivirán momentos de mucha entretención con otros peques de su misma edad.
¿En resumen? Podrías perfectamente estar en el hotel una semana sin tener que salir nunca y te divertirías a lo grande. En mi estadía me tocó ver espectáculos en vivo, una fiesta total white, y recorrer sus restaurantes y bares es un panorama en sí mismo.
¿Qué hacer en Jamaica?
Esta es sin duda una pregunta difícil de responder sin caer en los lugares comunes, o en los datos que abundan en sitios como Tripadvisor, pero desde mi experiencia te puedo comentar qué actividades realicé y repetiría, quizás pueda ser una ayuda en tu próximo viaje a Jamaica.
*Visitar las Cataratas del río Dunn: Se trata de una de las postales más icónicas de la isla que para mi tuvo un tinte muy particular, prácticamente espiritual. Se trata de un tour caminando por el río, en el que -sumergidos en el agua- te guían subiendo esta formación rocosa mientras el agua va corriendo en la dirección contraria a tu caminata. Puedes bañarte en las pequeñas piscinas que se forman en el río, también introducirte tras las cataratas e incluso realizarte una exfoliación facial natural con lodo, es realmente un tour que hay que tomar.
*Crucero en catamarán ¡sí o sí!: La oferta es amplia, lo puedes tomar por el río o en el mar, tú elegirás, pero te recomiendo si o si tomar este tour que puede ser una verdadera fiesta con dj a bordo, en algunos casos barra abierta, y la posibilidad de bucear en estas cálidas y turquesas aguas.
*Tour al origen del reggae: ¡Aquí es donde nace todo! Jamaica es la cuna del mundialmente conocido Bob Marley, el padre del reggae. Y si visitas esta isla, conocer la casa en la que vivió su infancia, y recorrer el origen de todo el “rasta-mundo” es un recorrido que vale la pena hacer.
*Un atardecer en Ricks Café: Para terminar un buen día, te recomiendo visitar RicKs café, que es un bar ubicado en lo alto de un acantilado con vista al Mar Caribe que te regalará un atardecer hermoso y probablemente tu próxima foto de perfil de Instagram. ¡Ojo! hay otra razón por la que este bar tiene fama mundial, puedes saltar al mar desde diferentes alturas desde el acantilado en el que se encuentra.
Te puedo recomendar mil actividades más, entre las que si o si te encontrarás con reggae, cocktails, música en vivo, panoramas, marihuana en sus más diversas formas (yo no fumo, pero probé unas gomitas que me hicieron dormir como un bebé); pero más allá de mis recomendaciones basadas en mi propia experiencia, te puedo asegurar que una tarde sin teléfono y sin agenda en la arena blanca de Jamaica frente al mar caribe, te dejará sin problema alguno, te desconectará del mundo, te hará vivir una experiencia que todos merecemos alguna vez.
Jamaica es magico, y no en el sentido que podría serlo cualquier playa del caribe, pues esta isla tiene un “no se qué” que simplemente te hace vibrar y sentir su naturaleza, sus rayos de sol, su brisa que agradeces. Sentado con los pies en la arena y mirando el mar en una de las playas frente al Grand Palladium Jamaica Resort & Spa, comprendí la verdadera razón por la que el destino quiso que yo hiciera este viaje: mi vida necesitaba -por lo menos unos días- una gran dosis de “Don´t worry, be happy”.
Tips para viajeros:
*Nadie habla español en Jamaica, y quizás esta es una de las razones por las que no es un destino tan común para los turistas latinos. El idioma oficial de la isla es el inglés, y -más aún- los jamaiquinos hablan un inglés “muy jamaiquino” que no es tan universal.
*¡Usa protector solar! Es el caribe, puede ser una recomendación obvia, pero jamás está de más recalcarla, sobre todo en un país cuya temperatura promedio es cercana a los 30 grados.
*Jamaica es un país ¡muy musical Lo más probable es que lo asocies al reggae, pero también es cuna de otros ritmos como el mento, ska, rocksteady, dub y dancehall, por tanto en tus recorridos verás -y escucharás, claro- siempre algún ritmo nuevo que acoplará tus pasos.