La moda sustentable no es solo una tendencia pasajera; para algunas marcas, es una filosofía de vida. Ese es el caso de BadPink, una marca chilena que ha ganado notoriedad tanto en el ámbito local como internacional gracias a su enfoque único en la reutilización de prendas y la creación de piezas exclusivas.
Detrás de BadPink están María José y Álvaro, una pareja que, con creatividad, esfuerzo y un amor compartido por la moda, ha logrado posicionarse como un referente en el mundo del upcycling.
EL COMIENZO DE UNA PASIÓN: DE LA COSTURA FAMILIAR A BADPINK
La historia de BadPink comienza mucho antes de que la marca tomara forma oficialmente. María José, la diseñadora y modista detrás de la marca, creció rodeada de telas, hilos y agujas. «Mi mamá es modista, así que crecí con la costura en la sangre. Desde los 14 años empecé a diseñar y confeccionar», cuenta María José. Con el tiempo, perfeccionó su habilidad estudiando diseño de vestuario y diseño gráfico, disciplinas que le permitieron combinar la técnica de la moda con la estética visual.
Sin embargo, fue en 2018 cuando BadPink comenzó a tomar forma. Junto a su pareja, Álvaro, decidieron llevar su visión compartida al siguiente nivel. «Siempre tuvimos los ojos puestos afuera», explica María José, refiriéndose a su ambición de mostrar su trabajo más allá de las fronteras chilenas.
Comenzaron enviando muestras a diferentes semanas de la moda y otros eventos, primero a las más pequeñas y luego a las más grandes. La respuesta fue tan positiva que decidieron formalizar la marca y darle una identidad propia.
Desde el principio, María José y Álvaro supieron que no querían que BadPink fuera una marca más de ropa. «No queremos hacer prendas en línea ni por talla. Va a ser una de cada una», señala María José.
Este concepto de exclusividad se complementa perfectamente con el upcycling, un proceso que implica tomar prendas existentes y darles una nueva vida. «Fuimos metiendo el tema del upcycling y después nos fuimos más hacia ese ámbito», comenta.
El proceso creativo de BadPink es minucioso y altamente artesanal. La marca recolecta prendas que aún están en buen estado, ya sea a través de donaciones, compras, o colaboraciones con amigos y familiares. Estas prendas son desarmadas y sus partes se reutilizan para crear nuevas piezas.
«Si tenemos muchos jeans, sacamos varias pretinas y hacemos una chaqueta con puras pretinas. Las piernas sirven para otras partes, los bolsillos, los broches, los botones también sirven para hacer los ojos, los cierres, se ocupa todo», detalla María José sobre el proceso. Este enfoque no solo reduce el desperdicio, sino que también permite que cada pieza sea verdaderamente única.
EL SALTO INTERNACIONAL: CUANDO NUEVA YORK LES ABRIÓ LAS PUERTAS
Uno de los momentos decisivos para BadPink fue cuando empezaron a recibir respuestas de agencias de moda internacionales, especialmente en Nueva York. «Fue cuando nos decidimos a ir para allá, a conocerlos y a montar la marca como tal», recuerda María José. Hasta ese momento, la marca operaba de manera más informal en Chile, pero el reconocimiento internacional les dio el impulso necesario para profesionalizar su enfoque.
Desde entonces, BadPink ha tenido la oportunidad de presentar sus creaciones en diferentes escenarios internacionales. Han aparecido en videoclips, festivales de música en México, y revistas de moda en Nueva York.
Cada aparición es un testimonio del impacto que la marca está teniendo más allá de sus fronteras. «Cuando postulamos afuera y vimos que gustaba, nos la podíamos creer y dijimos: ya, hay que hacer algo más grande con esto», dice María José con entusiasmo.
Curiosamente, este enfoque único de BadPink los llevó a un nicho muy específico: el mundo del espectáculo. «Nuestros diseños se fueron hacia el mundo del espectáculo, porque siempre nuestra visión fue hacer prendas únicas, no replicarlas», explica María José. La dificultad de replicar piezas upcycled se convierte en una ventaja cuando se trata de crear looks exclusivos para artistas y eventos especiales.
EL ARTE DE REUTILIZAR: UNA DECLARACIÓN DE INTENCIONES
La reutilización de ropa no es una moda pasajera para BadPink; es una declaración de intenciones. «Creo que ese ya ni siquiera es el futuro de la industria, creo que es el presente”, afirma María José, haciendo referencia a cómo grandes desfiles internacionales como Chaparelli están comenzando a incorporar el upcycling de manera más prominente.
Pero también hace una distinción importante: «Hay personas que creen que cortar una camiseta por la mitad o poner un par de tachas encima es hacer reutilización. Eso es manualidad, no upcycling. El upcycling es un compromiso real con el diseño».
«El upcycling busca darle un valor agregado a una prenda que ya existía, pero a través de un trabajo que a veces lleva semanas de construir y reconstruir«, subraya María José.
Un proyecto reciente que resalta esta visión son los «ositos» de BadPink, pequeños peluches que fueron donados y que la marca decidió transformar en bolsos, carteras, mochilas y otros accesorios. «Fue una forma de buscar un ícono para la marca, algo que también representa nuestra filosofía de darle una segunda vida a las cosas», comenta María José.
BadPink es un claro ejemplo de cómo una marca puede cambiar la forma en que pensamos sobre la moda y la sostenibilidad. Con su enfoque en el upcycling y la creación de piezas únicas, han logrado diferenciarse en un mercado saturado, ofreciendo moda que no solo es estética, sino también ética. #SARAH