Lo más probable es que al leer el nombre Tanza Varela usted piense inmediatamente en una bella joven rubia de cabello ondulado que revolucionó realities, programas de farándula y portales noticiosos por allá por el 2010. Y si pensó en ella, tiene toda la razón. 

Lo que probablemente no sabe es que poco queda de esa joven e hiperquinética figura televisiva, quien dió paso a una mujer íntegra, artista visual, casada con un famoso director de cine, que vive en México y que está ad portas de dar a luz a su segundo hijo. Ella es Constanza Varela, la versión 2025. 

UN CORAZÓN REBELDE

La conocimos el 2009 siendo parte de la adaptación chilena de Rebelde, teleserie de Canal 13 de gran sintonía que sirvió de plataforma para jóvenes actores como Augusto Schuster, Ignacio Garmendia y Denise Rosenthal. Pero a pesar de no tener un rol protagónico, el público y los medios de comunicación fijaron sus ojos en una joven de personalidad cautivadora, ¿su nombre? Constanza Varela.

Tras su paso por el área dramática y convertirse en uno de los nuevos nombres que más sonaban, “Tanza” dió el gran salto a la fama al aceptar integrarse al reality show Año Cero de Canal 13, espacio en el que mostró una personalidad inquieta, frontal y conflictiva, pero de igual forma logró el cariño y la atención de los televidentes, y se convirtió en una de las figuras preferidas de la prensa de farándula. 

Sin embargo, de manera rupturista y sorpresiva, como su propia personalidad, Tanza anunció su alejamiento de la televisión después de un par de años de intensa fama y decidió mudarse a México. ¿Qué ha pasado desde ese momento hasta hoy en la vida de la ex niña rebelde de la farándula nacional? Ella misma nos lo cuenta en exclusiva. 

PASAJES A MÉXICO

Tanza, ¿qué fue lo que motivó esa decisión tan drástica?

El 2011 yo tenía un pololo mexicano y, no sé, por amor nos fuimos juntos.

¿Y después te enamoraste del país?

Sí, me enamoré del lugar porque terminé esa relación y tenía dos opciones, o me quedaba sola o me devolvía a Chile. Pero todo se fue dando para que me quedara, tenía que empezar todo de cero y lo hice. 

¿Cómo fue el proceso de entrar al Centro de Educación Artística de Televisa?

(Ríe) ¿Cómo sabían eso? 

Lo investigué…

Cuando yo trabajé en Intrusos el último año que estuve acá, un gran periodista que en ese entonces trabajaba también en Intrusos siempre me insistía que yo hiciera el casting para entrar a Televisa, pero yo no tenía esa ambición. Cuando llegué a México decidí hacer el casting, no entré por pituto, hice ese casting con otras 5 mil personas de las que quedamos solo 50 en la escuela.

Tremendo logro…

Sí, igual fue un logro super heavy, para mí fue muy importante. Pero yo venía arrancando un poco de este mundo televisivo, que fue lo que más me agotó.

Te fuiste de Chile por el agobio de trabajar en TV y lo primero que hiciste en México fue entrar a una escuela de televisión, como que no me calza…

Exacto, por eso cuando estaba en Televisa y decido entrar a estudiar, sentí que estaba siendo poco consecuente con la razón por la que me había ido de Chile. Entonces, ¿por qué estaba entrando yo a estudiar a Televisa para volver a hacerme famosa en un país mucho más grande que Chile? Ahí me di cuenta que no estaba preparada para volver a exponerme. 

Y en un momento tuve que escoger si seguía estudiando con Televisa o me iba por el camino que más feliz me hacía, que era hacer obras de arte. Y decidí dedicarme 100% al arte que era lo que me gustaba.

Estabas renunciando a lo que otros 5 mil anhelaban, ¿lo viste así?

Es que estaba en otra, quería empezar a tener mi línea de diseño de muebles, que es lo que hago hoy también en México. La escuela era super sacrificada, tenía que estar ahí de 8 a 8, todo el día. Entonces fui a hablar con  Eugenio Cobo, que era el director en ese momento, él me pregunta qué era lo que no me acomodaba y le expliqué que era la falta de tiempo, y me ofreció seguir yendo pero solo a clases de acento, para quitarme el acento chileno y así solo iba un par de días a la semana, obvio dije que sí. 

Te quedaste…

No, me fui (ríe). Es que descubrí que lo que quería era estar realmente fuera de todo lo que signifique medios de comunicación. Finalmente renuncié, me dediqué al arte y siempre me quedó la duda de, ¿qué hubiera pasado si hubiera terminado la escuela?, ¿en qué estaría?  Y esa fue mi corta pasada por la escuela. En algún momento pensé que quizá la estaba cagando, pero creo que estaba siendo muy fiel, por primera vez, a mis sentimientos. Quizá si me hubiera quedado la hubiera cagado (risas). 

¿Cómo describirías tu evolución desde la Tanza que conocimos en televisión hasta hoy?

He tenido una evolución super bonita, super consciente. Soy una persona muy enamorada de la vida. Ha sido hermosa, de verdad.

¿Cuánto queda de esa Tanza polémica o impulsiva que conocimos? 

Yo creo que de impulsiva no queda nada, la verdad. Hoy es muy difícil sacarme de mis casillas, la impulsividad era algo de la edad, del momento. Yo creo también que esa Tanza impulsiva fue generada por la exposición en la que estaba.

Yo empecé en la tele muy chica, pero eso no es excusa para que yo haya sido impulsiva, pero era adolescente. Por otra parte, todavía soy una persona directa, digo las cosas que siento, que pienso, pero con más filtro.

¿Qué recuerdos guardas de tus primeros pasos en televisión, especialmente en Corazón Rebelde?

Tengo recuerdos lindos de los momentos, de las personas con las que trabajé también. Pero insisto, creo que era muy chica y no lo disfruté mucho, pero sí reconozco que me faltó disfrutar más de esos momentos.

¿Cómo manejaste la exposición mediática a una edad tan joven?

No la pude manejar. Por eso terminé huyendo. Yo creo que me faltaron muchos consejos de la gente adulta que estaba alrededor mío. Por ejemplo, yo no sabía lo que estaba pasando afuera del reality en aquel entonces.

Ya, hablemos del reality, porque ahí llegó el Huracán Tanza…

¡Nunca más lo volvería a hacer! Y cuando digo nunca, es porque realmente nunca. Es demasiado expuesto, demasiado sacrificado. Pero bueno, yo estaba encerrada, no sabía nada de afuera, pero por ahí me empezaron a decir, textual, “estás dejando la cagada afuera”, nunca me voy a olvidar cuando alguien me dijo eso.

¿Y así fue realmente?

Sí, aunque yo nunca me he creído mucho el cuento. Pero cuando me vi en esa situación, como invadida todo el tiempo por los periodistas que se tiraban encima, era super heavy, ahí fue que dejé de disfrutarlo. La invasión era muy violenta, aunque en contraste sentía mucho cariño de la gente. Mirando hacia atrás, yo no estaba preparada, fue demasiado.

¿Mucho para alguien tan chica?

Claro, tú no puedes vivir eso cuando no tienes la madurez suficiente. Yo tenía 19 años.

Has protagonizado dos de las más mediáticas e icónicas peleas de los realities chilenos con Angie Alvarado y Roxana Muñoz (con quien luego te besaste)…

Dos personas a las que hoy les tengo mucho cariño. Pero yo no peleé con ellas, ellas peleaban conmigo. Angie vino con toda su personalidad a invadir mi espacio en ese momento (ríe). En realidad fue parte de una tele que a mí no me gustó. Innecesario.

Tanza, los realities se supone que son de realidad, pero al mismo tiempo ahí trabajan libretistas. Paradójico, ¿no?

Sí, yo creo que era muy provocado todo. Y por eso te digo, cuando las cosas se vuelven violentas dejan de ser agradables. Hoy con Angie tenemos conversaciones de repente por Instagram, ella está en Australia, creo. Y con Roxana… después la vi varias veces, todo bien.

¿Te arrepientes de algo de esa etapa?

No me arrepiento de nada en la vida, absolutamente nada. Creo que todo fue parte de lo que hoy soy. De hecho, estoy aquí sentada para ir a hablar con Julio César a su programa gracias a todo lo que hice cuando chica. La vida me llevó por esos caminos y está perfecto, no me arrepiento.

¿Es verdad que no contabas nada de esta etapa en México?

Claro, y no es que me diera vergüenza decir que había trabajado en tele, pero no lo comentaba, no se lo decía a nadie. Y no quería que nadie me googleara, porque no quería que me conocieran por lo que salía en tele. Ese era un personaje creado por la misma televisión que me puso ese título de la niña rebelde de la farándula.

Me crearon un personaje, ¿cachai? Entonces yo no quería que en México la gente me conociera por eso. Pero con los años lo fui superando, entendiendo y amando. Hoy volvería a trabajar en televisión feliz y lo digo abiertamente. 

AMORES Y DOLORES DE TANZA VARELA

En agosto del 2022, Tanza contrajo matrimonio con el director de cine chileno Matías Bize, con quien mantiene una relación desde el 2018 y junto a quien también compartió el que quizás ha sido el momento más doloroso de su vida: la pérdida de su hija recién nacida Rosa. Por lo mismo, es que cuando recibe la noticia este año de un nuevo embarazo, la toma con cautela y con temor, incluso tuvo que someterse a una compleja cirugía estando embarazada para asegurar el bienestar de su hija por nacer, Roma. 

Hablemos de Matías… ¿Fue amor a primera vista? Háblame de su historia…

Nos seguíamos por redes sociales y nos comentábamos las historias. Estuvimos durante un año hablando en redes sociales, pero nunca nos vimos en persona, yo estaba en México y él en Chile. Nuestras conversaciones no tenían nada de comprometedoras pero de un día para otro nuestras conversaciones si se empezaron a poner más intensas, teníamos muchas ganas de conocernos en persona, y en septiembre del 2018 yo viaje exclusivamente a verlo a Chile, el mismo día que me bajé del avión tuvimos una cita y nos enamoramos profundamente.

Pero seguiste viviendo en México, ¿relación a distancia?

Desde ese día nunca más nos separamos hasta hoy, pero en ese entonces él viajaba a verme a México y yo a Chile, y así estuvimos un tiempo hasta que él se fue a vivir a México en febrero del 2019. El día que nos conocimos en esa primera cita, nos dimos un abrazo para saludarnos y yo suspiré como si hubiera conocido al amor de mi vida por fin. Y así fue.

¿El amor de tu vida?

Tenemos una relación preciosa, es la relación (no solamente de pareja) más linda que he tenido en la vida.

¿Cómo recibes la noticia de este nuevo bebé, Roma?

Fue super heavy, no me lo esperaba. Yo había decidido unos meses antes no volver a tener hijos. Estaba volviendo a ser independiente, porque mi hijo Diego ya estaba un poquito más grande, entonces empecé a viajar y a encontrar de nuevo un poco lo que había perdido cuando me convertí en mamá y eso me empezó a gustar. Pero también me di cuenta que estaba como enojada con la maternidad, entre la pérdida de Rosa y estos intentos de embarazarme y no poder.

Decidiste cerrar la puerta…

Cerré la puerta pensando en que nunca más iba a volver a pasar, porque intenté volver a embarazarme mucho tiempo y no lo logré. Entonces, cuando me entero, fue impresionante. Me costó un mes el aceptar y entender que estaba embarazada, y ahí vino todo un cambio y un proceso de aceptación y enamoramiento de este embarazo. 

¿Cómo lo tomaron tu esposo y tu hijo?

Decirte que están muy felices es poco. Están demasiado ilusionados y Matías siempre quedó con una sensación de pérdida de su primera y única hija biológica. Entonces él siempre quiso recuperar lo que perdió y cuando nos dijeron que era niñita le cambió la vida, estamos viviendo una ilusión muy grande.

Este embarazo ha sido reparador en todos los sentidos, ha sido el embarazo más lindo que he tenido. Más madura, más grande y muy conectada con esta guagua.

Perdiste a tu hija el 2022, imagino que uno de los momentos más duros de tu vida, ¿cómo se sana después de algo así?

No sé, uno está en la maternidad como sanando miles de cosas, pero siempre hay un sentimiento de nostalgia por Rosa. Finalmente, esta guaguita ha sido pura magia, puro amor y vino a reconstruir mucho el corazón de Matías, porque él sufrió mucho, hasta que yo me volví a quedar embarazada, que fueron más de dos años. Él siempre sufría la partida de Rosa y la lloraba mucho. Entonces, al final esta guaguita fue como un regalo que vino a sanarnos un poquito.

Habiendo perdido a una hija, ¿tuviste miedo con este nuevo embarazo?

Mucho miedo. Puro miedo a volverla a perder, miedo a pasar por todo ese dolor que pasamos, que fue tan duradero.

Además contaste que tuviste que someterte a una cirugía muy delicada estando embarazada, ¿no?

Sí, pero he tenido que aceptar que la vida tiene estos matices y que así tiene que ser, y creo mucho en Dios, eso también me ayuda a ver las cosas de otra forma. 

Cuando quedé esperando guagua, los ginecólogos me empezaron a hacer muchos estudios por la pérdida anterior para que a este bebé no le volviera a pasar lo mismo. Me sacaban sangre una vez por semana, me midieron el cuello del útero, me tuvieron que hacer esta operación, todo ese proceso era una lata, porque la maternidad no tiene que ser tan tediosa y al final lo es.

¿Pasaron los miedos?

Es que siempre gana el amor, de repente yo me volví puro amor profundo por este embarazo y todas esas quejas que yo tenía desaparecieron, y nada me importa ahora. Entonces, me operé con ganas, con la firme convicción de que iba a pasar lo que tenía que pasar. Si volvía a perder a mi bebé lo voy a recibir con todo el amor del mundo, porque confío y creo tanto en Dios que también creo que por algo las cosas tienen que pasar así. No todo es perfecto al final.

¿Cómo comparas la experiencia de este embarazo con el de Diego?

Ha sido muy distinto. Con Diego tomaba una vitamina, ahora tomo diez. Además yo era mucho más chica, tenía menos conocimiento de lo que significaba todo, hoy uno sabe a lo que va, lo que significa.

¿Vas a tener a Roma en México o acá?

En México, porque Diego nació allá y creo que para él va a ser mejor que su hermana también tenga la misma nacionalidad, y allá estoy llevando mi embarazo, entonces me es más fácil tenerlo donde está mi ginecólogo y donde yo ya estoy instalada.

Has compartido reflexiones profundas sobre vulnerabilidad y sueños en tu arte. ¿Tu obra refleja experiencias personales o algún momento clave de tu vida?

Mi arte es como la explosión, la explosión más profunda de mi corazón. Siempre la vida. Tiene una parte que me ha dolido un poco, esa parte violenta que no he logrado entender, nunca la he encontrado razón. Quizá mi interpretación de esa violencia finalmente termina tomando este objeto y convirtiéndolo en arte.

¿Por qué haces arte con armas?

Un arma es un objeto de diseño increíble, a mí me encanta, pero el objetivo de este objeto me parece terrible. Cómo es que se haya creado un objeto con este diseño para… matar. Me parece muy heavy. Yo empecé pintando armas al norte de México, en Torreón en 2012, y justo en donde yo tenía mi taller de arte siempre pasaban tanques de guerra, entonces todo se mezclaba.

México es un país de armas, ¿no?

Claro, me acuerdo que lo primero que yo vi en México cuando me bajé del avión esa mañana fue un tipo con una tremenda metralleta fuera de una tienda. He tenido varias experiencias muy cercanas con el tema de las armas.

Nos sorprendió tu viaje a Chile, ¿es una visita o será permanente?

Ya llevo muchos años fuera, ya son 12, siento que ya voy a cumplir un ciclo con México, pero como trabajo allá es imposible que cierre las puertas para siempre. Ha sido super difícil tener a mi familia acá y tener mi trabajo allá, porque juntar eso a 8 horas de distancia en un avión es super duro.

Se ama más a la familia estando lejos, ¿no?

Sí claro, por eso yo priorizo y valoro más a mi familia y amigos, y eso viene siendo un sentimiento que tengo hace rato. Mis prioridades han cambiado y mi familia va creciendo y ya son tantos años fuera que hoy día mi prioridad, más que estar en México creando, es estar en mi casa. México para mí ha sido super reparador porque es un país muy mágico, muy sanador.

En México crecí, maduré, aprendí a trabajar bien, tuve mi primer hijo, creé mi empresa, me reencontré conmigo y empecé un camino lleno de arte, pero hoy en día las prioridades cambiaron y mi prioridad es estar en mi casa, y esa casa es mi país.

Si me invitas a cualquier playa increíble de México con arena blanca o a Viña del Mar a comer una empanada frente al mar frío… prefiero Viña porque con los años he valorado que necesitaba heavy estas raíces. Me encanta Chile.

¿Qué te llevas de Chile cuando vienes, algún antojo que allá no encuentres?

Me llevo mostaza (ríe), me llevo mostaza como San Juan, pero no es San Juan, es otra.

¿JB?

Sí. Me llevo mostaza JB, me llevo ají JB también (ríe) y uno que otro chocolate.

¿Y cuáles son los proyectos que vienen a futuro?

Yo siempre estoy creando muchos proyectos. Tengo una empresa que va siempre en crecimiento y estoy full también con mi arte, que por mucho tiempo me resistía a vender, porque nunca le pude poner precio a este sentimiento tan profundo que yo sacaba, pero he ido cambiando la forma de ver las cosas. Y en Chile quiero volver a trabajar en televisión, me encantaría.

¿Y hay conversaciones?

Yo estuve muchos años pensando y diciendo, no, yo nunca volvería a trabajar en tele, pero en el último tiempo el amor de la gente me empezó a mover. De un momento a otro empecé a recibir muchos mensajes del tipo, “vuelve a Chile”, y yo dije ¿por qué no?

¿En qué formato te ves?

Formato conversación. Me encanta conversar, me encanta hablar, me encanta reírme y creo que hoy estoy preparada para algo así. #SARAH

Fotografía: @casa_emma

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Asistentes: @jesusferrerfotografia @lamujerbarbuda.cl @kris.isa.93