¡Pasé el ramo! Nos dice al saludar, y es que justamente ese día, el de la sesión para la portada de Sarah, la Miss Mundo Chile Antonia Figueroa daba el último examen de su semestre en la universidad. Llega con su mochila y se excusa por no haber podido programar antes, y es que los estudios son prioridad para esta atípica reina de belleza.
Tras el peinado y maquillaje, Antonia posa con ímpetu en un vestido de Camila Pontikas. Es otra mujer, diferente a la estudiante de un par de horas atrás; esas son sus dos vidas: la universitaria responsable y la reina de belleza.
Vive en Coquimbo desde los 10 años, dejó Santiago junto a su familia buscando una mejor calidad de vida. “Mis hermanos y yo teníamos problemas pulmonares y el clima de acá era mejor, y además estaban cansados de la delincuencia; mi papá era chófer de locomoción colectiva y lo asaltaron varias veces”, comenta de entrada.
Pero esa niña de 10 años, 12 años después, logró convertirse en Miss Mundo Chile. ¿Qué pasó en el intertanto? Se lo preguntamos.
EL VIOLÍN QUE ABRIÓ PUERTAS
La noche de agosto del 2016 en que Antonia fue coronada, algo raro sucedió en los portales que anunciaban a la nueva reina: ningún titular hablaba de las medidas perfectas o de la belleza de Antonia, y no era por falta de ello, sino porque en lugar de eso destacaban “habla tres idiomas”, “es judoca”, “la violinista que ganó”, y es que cualidades tenía de sobra para ser referente en varias áreas, pero lo que más la define es su amor por el violín.
“A los cinco años un vecino del barrio me puso un violín en las manos para ver qué hacía yo, él tocó Los pollitos dicen, seguramente me vi muy interesada así que empezó a enseñarme”, señala. “El violín es algo que jamás voy a dejar, la música es parte de mí, es mundo nuevo, y un instrumento es la llave que abre ese mundo”.
Pero la pequeña Antonia tuvo un revés muy temprano en su pasión, su maestro sufrió un accidente que lo alejó de la música y los padres de la niña, conscientes de que su precaria situación económica del momento no permitiría costear clases, buscaron alternativas.
“Mi mamá fue a la Fundación de Orquestas Juveniles, le contó nuestra historia a la secretaria y por esas casualidades de la vida estaba ahí el director de la Orquesta Nacional Juvenil, José Luis Domínguez, quien la escuchó y le dijo que me llevara a una audición”. Antonia califica este encuentro como una “maravillosa coincidencia”, el maestro tenía malo su computador y había pedido el de la secretaria, por eso se encontraba ahí, y se conmovió con la historia. Antonia señala que sin ese encuentro fortuito, probablemente nunca habría podido tomar clases de instrumento.
¿Haber participado en orquestas abrió puertas para ti?
Totalmente. Yo viajé mucho con la orquesta y aprendí muchas cosas, como trabajar en equipo; estar en una orquesta te hace entender que una pieza que falle hace fallar todo. Además de disciplina y capacidad de aceptar críticas y constancia, es un proceso largo el aprender un instrumento, y eso te vuelve paciente.
TIMIDEZ, POBREZA Y BULLYING, UNA INFANCIA DURA
Para la niña tímida que tocaba violín la vida no fue nada fácil. Hoy recuerda que vivió momentos complicados, sufrió de bullying, y un largo período de cesantía de su padre la hizo conocer el lado más oscuro de la pobreza.
Tu origen humilde marca tu camino de alguna forma, ¿cómo era esa niña que se daba cuenta de esto?
Siempre fui muy consiente de la realidad, mis padres nos advirtieron que para nosotros iba a ser más difícil el camino. El tema del origen humilde nunca lo he tomado como algo negativo, de hecho, implica que has hecho más esfuerzos que otros para conseguir las mismas cosas, y te hace trabajar para no sufrir las necesidades por las que mi familia tuvo que pasar.
¿Hubo necesidades en tu infancia?
Sí. Hubo mucho tiempo en que mi papá estuvo sin trabajo, y a veces no había más comida que una sopa de cebolla, o tener que buscar las monedas de $10 para poder juntar los $100 que necesitaba para tomar la micro e irme al colegio, muchas veces no logré juntar los cien pesos. Entonces esa realidad te hace preguntarte por qué a mí o a mi familia le tiene que costar tanto.
Mis padres son gente de mucho esfuerzo, y lograron por ejemplo que yo llegue a la universidad, eso me motiva para que mis hijos tengan eso y mucho más, y no es un tema de arribismo, pero el vivir la pobreza te abre los ojos y te hace pensar “no quiero volver a vivir esto”.
También viviste bullying, ¿cómo fue esa experiencia?
Todo parte porque me iba bien en el colegio, además tenía una timidez extrema por lo que me veían más débil y me convertía en la víctima perfecta. Y no puedes hacer nada, porque le decía a mis profesores y a ellos con 50 niños a cargo no les importaba nada, yo era solo un problema más, y me afectaba mucho porque no encontraba ayuda.
Partió cuando llegué de Santiago, en el colegio nuevo me sentaron al lado del más matón del curso que me golpeaba todo el día, eso fue en quinto básico.
Después me cambié de curso, pero otra compañera me empezó a acosar, me hacía la vida imposible, me molestaba por ser pobre. Ahora la entiendo un poco, esta niña era la primera nota del curso y cuando llegué yo, ella perdió el primer lugar, y además era hija de una profesora de violín, pero apenas yo llegué me dieron el primer violín, porque yo empecé muy niña a practicar. Incluso hizo una reunión con el curso para juntar firmas y pedir que me devolvieran al curso del que venía.
¿Sabían tus padres?
Mi mamá sabía, y por lo mismo empezó a ir al colegio todos los días. Ella me empezó a armar un grupo de apoyo, conversaba con niños más grandes que estaban en la orquesta y se convirtió en la tía buena, hasta ahora tengo amigos que conocí porque se hicieron amigos de mi mamá primero, y así me fui haciendo amigos más grandes, ella les contaba a estos niños lo que me pasaba y ellos me protegían, todo sin que me diera cuenta.
Imagino que había momentos de colapso…
Muchos, al ver que te pegan, te insultan y no puedes hacer nada, salía llorando de clases. Al final me tuvieron que cambiar de colegio, y ahí el ambiente fue completamente distinto, era un colegio particular subvencionado, ya no eran 50 alumnos por sala, sino 28; todo era mejor.
¿Cuándo termina la niña tímida y nace la que se presenta a un concurso de belleza?
A través de la música desarrollé personalidad, porque estás frente a un público. Lo que me sigue costando un poco es la relación persona a persona, pero la música me ha dado confianza.
¿Cuándo te diste cuenta que eras la niña bonita del curso?
Nunca lo sentí, en cuarto medio una apoderada del colegio que era diseñadora me preguntó si quería participar de un desfile, y lo hice. Después me empezaron a llamar para trabajar de promotora y ahí pensé que quizás no era tan fea (ríe). Siempre fui la nerd, la del electivo de ciencias, me gusta el animé, las series, leer; mis intereses eran otros.
IR AL CASTING A “PROBAR SUERTE”
Antonia, ya instalada en la universidad estudiando Ingeniería Civil Ambiental, empieza a trabajar como promotora y modelo, y fue una prima quien ve un llamado al casting de Miss Chile para Miss Mundo y piensa en ella. “En realidad yo ni siquiera pensé que podría clasificar, me inscribí para probar suerte. Fui al casting en Santiago, y luego supe que había otro en La Serena y fui también, pero esta vez fui consciente de todos los detalles que me dijeron la primera vez. Finalmente clasifiqué en el Top 40, con eso ya estaba feliz, porque fueron más de 400 personas”, recuerda Antonia.
Y tras verte en el Top 40, te tocó jugar de local en la final nacional de Ovalle. ¿Pensaste que la localía podría ayudarte?
Sí, estuve demasiado feliz porque era en mi región, iba a poder ir mi familia, estuvimos cinco días ahí previos a la final y la gente de Ovalle me daba mucho ánimo, las señoras del aseo del hotel me decían todos los días, “usted tiene que ganar mijita” (ríe).
¿Con qué tipo de mujeres competiste en esa final nacional?
Existe de todo, hay varias que tienen por sueño de vida ser miss, otras que tienen carreras como modelos. En general son chicas que se preparan mucho, que van a clases, tienen asesores; yo no tenía nada de eso.
Mi mamá me decía la “miss pobre” (ríe), yo no era como otras chicas que llegaban todos los días con trajes de diseñador, no tenía mucho apoyo, porque antes del concurso no era conocida ni siquiera en mi región.
Algunas iban muy preparadas para ganar, con experiencia en pasarela o en otros concursos, de hecho, estaba la última Miss 17, y una sobrina de Willy Sabor, que es además la polola de un actor conocido, ella era como la favorita. Y muchas de ellas se conocían desde antes, yo no, yo era la de provincia, jamás pensé que podría ganar.
AND THE WINNER IS…
Videos de misses dando respuestas absurdas se han vuelto virales, existe una especie de morbo con la sección de preguntas a las aspirantes a cualquier corona. Gracias a esto, y al cine y la TV, existe un prejuicio en torno a estas mujeres y sus capacidades, se ha creado la imagen de mujeres bonitas, pero tontas.
Con este escenario se enfrentó Antonia, pero al parecer rompió todos los moldes. “Siempre he sido muy segura de mis capacidades, no soy la más brillante, pero sí una persona que ha sabido aprender cosas en la vida. Las misses que se ven en esos videos son personas a las que se les empuja de cierta forma a eso para hacerlo más vendible”, señala.
Pero a nivel interno, ¿tuviste cuestionamientos sobre si te encasillarían en algo que no eres?
Pensé que me iban a juzgar y que habría personas que pensarían en mí como la niña bonita que no sabe hacer nada más que caminar con tacos. Pero eso no es un prejuicio solo con las misses, sino en general con la belleza femenina, como si usar lentes implicara ser inteligente y ser bonita implicara ser tonta.
¿Qué pasa por tu cabeza cuando te das cuenta que estás en la final?
Yo pensaba en quedar sexta, con eso ya me sentía súper contenta. Pero llegué hasta la final, y quedé con la chica que era la favorita. Entonces pensé “quedé segunda” y con eso me sentía muy orgullosa. Lo más curioso es que en el casting de Santiago nos hicieron entrar de dos, y yo entré justo con ella, con Fernanda, y llegamos juntas a la final.
¿Al ganar te sientes al fin “la mujer más bonita de Chile”?
No, pero me sentí orgullosa por poder representar a mi país por mis capacidades, no solo por belleza. El Miss Mundo no es el concurso donde solo gana la más bonita, a mí me hizo ganar el que yo tuviera muchas otras habilidades que no fueron planificadas para un concurso. Soy Miss Mundo Chile, pero no soy la hueca que todos esperan que sea.
Los diarios hablaron de tus habilidades más allá de la belleza, ¿te sentiste orgullosa?
Eso fue lo más positivo, hablaron de lo que soy y no solo por ser bonita, al final eso no es un logro, te lo da la naturaleza. Pero las otras habilidades dieron que hablar, y eso tiene que ver con mi esfuerzo; yo jamás fui a un colegio cuico, y si aprendí idiomas no fue porque a mis papás les sobrara la plata.
Uno de los jurados después del concurso salió en TV diciendo que no eras la representante correcta, ¿qué te pasa con eso?
Sí, dijo que yo iba destinada a perder porque mis rasgos eran demasiado chilenos y que carecía de belleza universal. Pero que él diga que yo soy muy chilena es algo positivo porque estoy representando a mi país, y si no tengo cara de chilena, para qué voy.
UN AÑO CON CORONA
Al día siguiente Antonia vive una nueva realidad. Ahora tiene una corona y la responsabilidad de representar a Chile. En horas su Instagram obtuvo miles de nuevos seguidores, y su vida ahora era diferente.
¿Cómo vives el día después?
La noche anterior mi celular colapsó, me llegaron 4 mil nuevos seguidores en Instagram, miles de solicitudes en Facebook, muchos mensajes, fue una locura. Que la gente te considere alguien digno de seguir es un honor.
¿Cómo fue el año de reinado?
Tuve hartas actividades, me tocó asistir a una expo en Bolivia; me invitaron a Argentina, el hecho de ser miss me consiguió muchas opciones laborales. En sí el concurso no tiene un gran premio, no es como los concursos en que te regalan un auto o mucha plata, acá es solo el título, pero ese título te da oportunidades.
¿Cambió tu vida?
Intenté que no cambiara, no quise congelar la universidad hasta el último día. Pero después me di cuenta que debía hacerlo porque el viaje al concurso internacional dura un mes, soy joven y por no perder un semestre podría no haber vivido al 100% una experiencia tan bonita. El viaje me abrió mucho la mente, conocí a mujeres de todo el mundo, y con ello conoces otras culturas y formas de ver la vida, te das cuenta que no eres solo tú, tu mundo, tu país.
TRES MALETAS Y A CONQUISTAR EL MUNDO
Tras ser coronada, Antonia viajó a Estados Unidos para participar de la final mundial junto a otros 120 países. Pero tras obtener la corona nacional se dio cuenta que esta vez corría con desventaja frente a otros países, y ahora el enemigo no era la preparación de las competidoras, sino una cierta apatía o desinterés que existe en nuestro país con concursos como este.
Tras ser coronada te das cuenta que no hay un gran respaldo a tu título o al concurso, ¿se acaba el sueño un poco?
Conociendo la realidad y entendiendo que en el país el concurso no es tan valorado, te das cuenta que debes viajar sola y que los apoyos no llegan sin que salgas a buscarlos. El director del concurso se la jugó para que no me faltara nada, pero lo que falta es apoyo de la gente, de los diseñadores, empresas. Yo me imaginaba que iba a ser más fácil. En Filipinas, por ejemplo, los diseñadores ven como un honor vestir a su representante.
Otro punto en contra lo viví con la prueba de talentos, yo la gané acá en Chile,pero en el Miss Mundo internacional es por votación popular a través de una aplicación, y al final la popularidad en una app lo que mide es cuán posicionado está en tu país de origen el concurso.
Hubo algunas críticas, ¿te dolieron?
Algunas sí, mucha gente hablaba de mis orejas, decían que debería operármelas, que eran muy grandes. Entonces sentía que todo lo demás que yo representaba no valía nada, eso me dolía. En algún momento pensé operármelas, pero me di cuenta que era una tontera.
También decían que era fea, que habiendo tanta mujer bonita en Chile me habían elegido a mí, siempre hay gente que te ataca por cualquier motivo.
Pero, así como criticaban, también había halagos; por ejemplo, Real Missology es un grupo mundial de seguidores de los concursos de belleza, y ellos me pusieron cuarta en su propio ranking, y a pesar de no haber clasificado, eso fue una de las cosas más alentadoras que viví.
Comienzas a ser figura pública y viene otra parte: volverse objeto de deseo, ¿viviste acoso?
Sí, hay seguidores insistentes que se hacen una y otra cuenta para mandarte cosas, después de ganar apareció harto psicópata de Facebook e Instagram, incluso me llegaron ofrecimientos de personas que se hacen llamar productoras y te ofrecen ganar 200 mil pesos por visita y que uno se maneja los horarios, y te hablan de hoteles, y mil cosas; no hablan de prostitución directamente, pero obviamente se refieren a eso.
“NO ESTÁ EN MIS PLANES POLOLEAR”
¿Estás pololeando?
No. Existe una especie de regla en mi casa, que es no pololear hasta que terminemos las carreras, yo sé que suena raro para los tiempos en los que estamos (ríe). No sé si les encuentro la razón (a los padres), pero tampoco creo que sea malo porque me acostumbré a vivir esa vida, ha sido un proceso de aprendizaje, y mientras esté enfocada en mis estudios es mejor.
¿Y qué pasa si te gusta alguien?
Me ha pasado, pero soy precavida, les doy la oportunidad como amigos, y al final siempre me decepciono, hasta que termine mi carrera no voy a estar en una relación.
¿No sientes que deberías tú misma diseñar tu vida, y no tu familia?
Nunca lo he sentido así, mi familia siempre ha sido mi pilar en todo. No siento que se metan en mi vida, yo los quiero en mi vida.
¿Se puede decidir no enamorarse?
Sí, yo lo he logrado, soy una persona que no actúa de forma pasional. Jamás me enamoraría de una persona que no tenga esas cualidades que conscientemente me gusten.
Suena muy planeado algo que debería ser espontáneo, pero mis perspectivas de vida están enfocadas en mi desarrollo, no me preocupa si conoceré al príncipe azul, lo que me preocupa es saber si alcanzaré a conocer todas las ciudades que quiero conocer.
¿Después de haber sido Miss, recomendarías a otras mujeres participar del concurso?
Sí, creo que es muy recomendable, para mí fue una gran experiencia. Mejoraría un par de cosas, como alargarlo un poco,para que la chica que gane se pueda preparar mejor para el internacional. Cinco días es muy poco.
¿Cómo te gustaría que la gente te recordara?
Como la primera Miss Mundo de Coquimbo, la que rompió con los estereotipos de la miss que lo único que sabe es caminar con tacos.
UNA REINA CON OPINIÓN
MATRIMONIO IGUALITARIO
Ni siquiera está en discusión, debe ser aceptado. La gente que se opone lo hace por criterios religiosos muy arcaicos, se debe aceptar y punto.
ABORTO
Estoy a favor. Todos estigmatizan a la mujer que lo hace, pero nadie se pone en los zapatos de esa mujer.
LEGALIZACIÓN DE LA MARIHUANA
Yo no fumo, pero si ya se legalizó el cigarro o el alcohol, entonces ¿por qué no legalizarla y controlarla? Obviamente deben existir controles, por ejemplo, no consumir droga y manejar.
LEY DE IDENTIDAD DE GÉNERO PARA NIÑOS
Totalmente de acuerdo. Si a mí toda la vida me hubieran vestido como hombre y me hubieran llamado de una forma que yo no quiero, sería un trauma muy grande en la adultez y tendría que dar un paso mucho mayor para aceptar quién soy realmente.
UNA MUJER REFERENTE
Gabriela Mistral. Tuvo harta fortaleza en su vida, hay muchas cosas en las que estoy de acuerdo con ella, como el pensamiento feminista. En sus tiempos el feminismo era algo elitista, pero ella trató de llevarlo al pueblo.
Arte: @luisynilo
Vestidos: Camila Pontikas / Vedelia Donoso
Joyas: Maxim Nikouline / Sebastián Rodríguez
Maquillaje: Make Up Woman
Manicura: HomeBeauty
Peinados: Nico Sibilia by Sibilia Hair & Beauty
Coronas: Vane Farán / Florería Flores y Bodas