Estando en el colegio, decidió dar exámenes libres para poder dedicarse al modelaje mientras terminaba cuarto medio. Y es que no podía desaprovechar ese porte, garbo y belleza natural. Luego llegó a “Soltera otra vez”, la megaproducción de Canal 13 que tuvo tres temporadas y en la que probó suerte —con éxito— en la actuación. Se integró a la laureada Academia de Teatro de Fernando González, y pese a que no logró terminar la carrera, lo que vendría después sería solo ascenso y aprendizaje. Ella es María Jesús “Tutú” Vidaurre, una mujer que sabe de riesgos y también de éxitos.
DRAMA QUEEN
Desde muy pequeña practicó ballet, el que sería el primer indicio de lo que vendría en los años posteriores. Reconoce que a lo largo de su vida siempre ha necesitado estar conectada con el arte, ya sea pintando cuadros, haciendo música o decoupage (forrar cajitas de madera con servilletas), aunque con un fin más bien personal y no la exposición pública, casi como un proceso de sanación: “Me hace bien, me enriquece”, relata.
Lo actoral viene de la infancia. “Me pegaba dramas heavy; con mis hermanos nos sacábamos la mugre, jugábamos a la lucha libre, entonces cuando llegaba mi papá en la tarde yo me ponía a llorar, decía ‘el Diego me está pegando’, y mi papá les decía ‘dejen a la guagua’”, recuerda entre risas sobre esas pequeñas travesuras que delimitaron de alguna forma su camino interpretativo, aunque reconoce que “no me gusta encasillarme, soy una persona íntegra”.
ALMA ESPIRITUAL
El día que se realizó el photoshoot que acompaña esta entrevista, Tutú estaba a horas de viajar a Europa por trabajo. Había sido una última semana intensa en Santiago, tanto así que le pidió a uno de sus mejores amigos, el también actor Rey Alcalde, que le hiciera una suerte de limpieza. “Fallé en demasiados aspectos, eran literalmente las 12 del día y le pedí que estuviera con un par de inciensos y su mejor disposición; el objetivo era que se me dejaran de olvidar las cosas, y junto a su roomie empezaron a hacerme canciones. Según yo, sirvió”, cuenta con humor sobre esta hilarante situación que quedó registrada en un divertido video que posteriormente publicó en sus redes sociales.
Este tipo de post más divertidos también te ha llevado a incursionar en tiktoks y reels humorísticos con otros influencers, ¿te gusta esa parte de las redes sociales?
Si bien no me dedico a este tipo de contenido ni a hacer videos chistosos, por lo menos en la vida y en mi grupo de amigos soy buena para reírme y tirar la talla; cuando estoy en espacios de confianza soy muy chistosa.
Y hablando de lo chistoso, ¿cómo descubriste tu habilidad para dibujar con los pies?
(Ríe). Es que tengo el segundo dedo del pie muy largo, mi papá toda la vida me ha dicho que, si algún día tuviésemos que reconocer nuestros cuerpos, él podría reconocer mi pata porque es igual a la suya, tenemos el dedo marciano, como le dice. Desde chica agarro todo con los pies, de repente comía con la pata. Dentro de todos esos experimentos que hacía, empecé a dibujar. Creo que todos pueden hacerlo, pero yo me atreví no más… No es que sea muy talentosa, pero te juro que me río mucho haciéndolo.
¡Y a la gente le encanta verte dibujar en redes sociales! Teniendo tantas habilidades, ¿por qué optaste por estudiar Teatro?
Estudié un poco desordenado. Mientras trabajaba de modelo y hacía extras en teleseries, hice distintos talleres. Cuando terminé las grabaciones de “Soltera otra vez”, entré a la escuela de Fernando González, pero de nuevo tuve trabajos, y me faltó como un año para terminar. He hecho muchos cursos y así he podido aprovechar las oportunidades que me dio la vida, trabajos donde he aprendido muchísimo más. Pero siempre estoy buscando cursos porque me gusta estudiar.
Y ahora que estás en Europa, ¿te gustaría hacerlo allá?
¡Sí! Me gustaría tomar unos seminarios de arte en España. Me voy a quedar unos días en Madrid para hacer contacto en distintas agencias, ver cómo funciona acá. España para mí es un objetivo, amo la cultura, el cine, las series; hay algo súper buena onda que me gusta, y es que le dan la oportunidad a desconocidos y extranjeros, algo que en Chile no pasa.
Hablando de Chile, ¿cómo fue tu experiencia en MasterChef?
¡Ay!, he tenido experiencias laborales demasiado lindas, pero MasterChef está en mi top dos. Fue un aprendizaje de vida, algo que me cambió la manera de ver todo…
¿Cómo así?
A mí no me gustaba cocinar, quemaba todo, soy demasiado despistada. Cuando me invitaron al programa pensé que duraría un capítulo, pero entendí que realmente uno puede hacer lo que quiera en la vida. Con estudio, dedicación y humildad, empecé a cocinar bien. Estaba dispuesta, sabía que me iba a equivocar mil veces y que los consejos que me dieran serían la clave y eso me dio ventaja. Fue un aprendizaje bacán y una terapia personal, porque soy una persona que no confía mucho en sí misma.
¡Pero eso no se nota para nada!
Es que llegó un punto en que por primera vez fui amorosa conmigo, porque soy el tipo de personas que dice: “Chuta, no sé si puedo hacer esto, soy muy pava”, me tiro para abajo, y en MasterChef caché que estaba sola y tenía que ayudarme con mis nervios. Antes de cocinar, empecé a hacer un mantra, a decirme que todo lo que la vida me entregue lo voy a saber resolver. Empecé muy concentrada a hacerme cariño, me abrazaba antes de cada competencia y hubo un cambio drástico en mi cocina.
¿Qué cambios viste?
Me atreví a cocinar sin receta, por intuición, a probar, innovar. Estaba confiando en mí por primera vez, me estaba apoyando… De hecho, me hice un tatuaje después de MasterChef con respecto a eso.
Y este lado más espiritual, ¿lo descubriste en el programa?
(Piensa) En realidad, no sé cuándo comencé a ser espiritual y a estar conectada con las cosas que me importan, lo que realmente tiene sentido en la vida, más que con lo superficial.
HACER POR HACER
Mientras hacíamos esta entrevista, Tutú se encontraba de paso por Europa como parte de la promoción de “Apps”, filme chileno de terror que se ha llevado varios galardones y que durante abril se presentó en el Festival de Cine Fantástico de Bilbao. “En la pandemia no pude ir a ningún país donde estaba dando vueltas la película, pero ahora que está un poquito más fácil viajar, vine a España. También está en Brasil y estuvo en el Festival de Valdivia”, comenta. Para Tutú la actuación es un mar infinito de posibilidades: “He podido hacer hartas cosas, en Chile el trabajo no es proporcional a la cantidad de actores que hay, pero se puede hacer radio, animar eventos, hacer comerciales, musicales, locución, doblajes. Es un mundo gigante e intento tomar todas las oportunidades que se me van dando”, reconoce.
¿Qué me puedes contar de “Apps”?
Es una película en la que participan distintos directores y cada uno tiene una historia relacionada a aplicaciones. Mi segmento es dirigido por Lucio A. Rojas, soy protagonista de una historia donde la app es de hospedaje. Somos un grupo de amigos que van a un festival y se alojan en un lugar, pero era una trampa, hay una secta que empieza a cazarlos y torturarlos. ¡Te morí lo entrete que fue actuarlo! Lo pasé demasiado bien.
¡Me imagino! Si nos vamos a otras de tus pasiones, tienes algunas colaboraciones musicales, pero ¿con quién más te gustaría trabajar?
Me encantaría trabajar con Flor de Rap. Quedamos en colaborar, pero estoy haciendo un EP sola, de tres canciones. En la música partí al revés, en mi caso fue más experimental, algo para mí, para aprender y disfrutar. La pandemia fue mi periodo musical, mi posibilidad para expresarme con la voz, una salida súper terapéutica e hice colaboraciones con distintos cantantes que estaban partiendo también. Lo estoy disfrutando mucho.
Háblame de ese EP
Es una propuesta que tengo más allá del público, está pensado para mí y está muy entretenido, innovador. Quería probar texturas y distintas propuestas rítmicas. Me gusta mucho escribir y no me encasillo en ningún estilo. Estoy componiendo junto a mi productor El Rosa y entre medio tuve la oportunidad bonita de hacer una canción con la Fran Mazu.
¿De qué se trata esta canción?
Nació a partir de una conversación muy fuerte que tuvimos. Empezamos a hablar de todo lo que gira en torno a cuando una amiga, hermana, mamá o hija, se va a la casa en cualquier horario. El “mándame la ubicación”, hacer llamadas falsas, todo para que la persona que te lleva sepa que alguien te está esperando. Se llama “Avísame cuando llegues” y la compusimos ambas junto a El Rosas. La Fran es seca, le está dando a la música hace rato; es todo lo contrario a mí (ríe). La idea es lanzarla en el segundo semestre.
Hablando de colaboraciones, ¿cómo ves la escena musical nacional?
Si bien no me siento parte de la industria musical porque soy súper nueva, sí ha sido muy bacán. He tenido la oportunidad de colaborar con gente que está en la misma que yo, y ha sido solo aprendizaje. Me gustaría invitar a la gente a que hagan cosas nuevas, no para que el mundo te vea, solo hacerlo por hacerlo.
¿Siempre has tenido esta filosofía?
Por algún motivo la vida me ha empujado a hacer cosas que no sé hacer, y luego me he dado cuenta de que me gustan. Me hubiese encantado ser una persona normal, haber estudiado y tener las etapas claras, como todo el mundo, pero fui aprendiendo en el camino, y hay que bajarle al ego heavy, porque entras siempre como nueva a diferentes lugares.
Y en ese probar cosas nuevas, de repente te convertiste en influencer…
Entendí que soy influencer hace muy poco. Ha sido muy entretenido. En la pandemia sobreviví gracias a Instagram, y entendí que es una pega, que requiere esfuerzo. Es un trabajo de tiempo completo, no tiene horario y es súper exigente. Desde afuera se ve como “ya, hace videos”, pero se necesita mucho para llegar al resultado. Estoy muy agradecida, y sí, me gusta (ríe).
Generas mucha cercanía en la gente, ¿cómo son tus seguidores contigo?
Creo que no soy alguien que tiene su comunidad. Soy una persona que utiliza Instagram, pero no lo consume. Usa mi espacio energético, entonces intento estar lo más posible en la vida real, en la vida presente: estar con mis amigos sin el celular, subo mi contenido y me despego. Pero en persona me he dado cuenta de que cuando la gente me ve, es súper amorosa. Hay una comunidad en la vida real, en esos momentos lo percibo, porque Instagram es tan volátil que no sé qué tanto consumen.
Y si recapitulamos tus proyectos, ¿cómo estará tu segundo semestre?
¡Estoy en hartos proyectos entretenidos! Cuando vuelva a Santiago grabaré mi segunda película junto a Sandra Arriagada, luego me voy a grabar a Córdoba otra película de terror fantástico con Lucio A. Rojas, que tiene un guion buenísimo. Luego vuelvo a Chile para partir una serie que se llama “Oveja negra”, que es de un grupo de fútbol femenino. Estoy con harto proyecto actoral. ¡Me encanta!, porque lo que más quiero en la vida es vivir de la actuación. #SARAH
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