Aventurero y arriesgado, tanto como se debe ser para practicar escalada y surf y luego estudiar un año de Construcción Civil, carrera que abandonó cuando conoció su vocación por el teatro, así es la personalidad de Matías Assler. 

“Creo  que  una  de  las  grandes  razones por las que estudié actuación  era  la  necesidad  de  jugar,  de  seguir  haciendo  algo  dinámico,  entretenido. Yo  venía  de  estudiar  Construcción  Civil  y  todo  era  mucha  matemática,  mucha  física  y  de  alguna  manera  yo  siempre  fui  más  extrovertido,  tenía  muchas  ganas  de  pasarlo  bien,  de  jugar,  de  compartir,  de  vivir   experiencias  distintas”, relata el actor desde una construcción en Cachagua, ciudad donde vive actualmente junto a su pareja, la actriz Juanita Ringeling y sus dos hijos, Aurelio y Loica.

“Estudiar  algo relacionado  con  las  artes  no  era  algo  tan  raro en mi  familia. Mi  abuelo  siempre  vivió  del  arte  de  alguna  manera,  entonces  como  que  había  la  posibilidad,  no  era  algo  tan  loco”, asegura Matías al momento que recuerda un episodio de metamorfosis en su vida: cambiar las matemáticas por las cámaras. 

¿Cómo veías la actuación en esos momentos?

La actuación era como un deporte por así decirlo. Me generaba mucha adrenalina, porque no sabía lo que iba a pasar y ahí me empecé a dar cuenta de que era el  lugar donde realmente surgía la magia, donde encontraba la satisfacción de tener esa adrenalina dando vueltas en mi cuerpo.

ABRAN PASO AL NUEVO GALÁN 

Corría el año 2013 y Matías llegó hasta las instalaciones de TVN a realizar un casting para obtener un personaje en la teleserie “Somos los Carmona”, pero el casting del joven y apuesto actor, simplemente fue rechazado. Sin embargo, un año después haría su esperado debut con el recordado personaje de “Nacho” Goycolea en “Vuelve Temprano”, donde interpretó a un joven que murió en extrañas circunstancias luego de un accidente junto a sus amigos. Dicho personaje marcó un antes y un después en la vida del actor, convirtiéndose automáticamente en el nuevo galán de moda de la pantalla chica. 

Tuviste un inicio de carrera muy vertiginoso…

Sí. Tuve una carrera intensa, seis años en televisión, haciendo una teleserie tras otra, fue muy lindo y muy duro a la vez.

Partiste en TVN, luego te fuiste a Canal 13, pero también hubo una oferta de Mega que no aceptaste, ¿verdad?

Sí, me ofrecieron irme a Mega, pero no tomé la oferta y creo que eso me costó de alguna manera el futuro, cuando fui a tocar la puerta a Mega todavía había cosas que no habían sanado por así decirlo…  por no haberme querido ir en el minuto que  me lo ofrecieron, pero yo realmente tenía una relación muy cercana con los  técnicos de TVN.

¿Qué pasó después de TVN?

Me  llamaron  de  Canal  13  y  estuve  ahí  un  año  haciendo la teleserie de los panaderos (“Amor a la Catalán”). Con  esa  teleserie  creo  que  nos  fue  bastante  bien, la gente la veía bastante. Más que por el rating, yo lo veo en la gente en la calle, en cómo es esa recepción de la gente que te saluda y te reconoce, te pide fotos, ahí se nota que hay teleseries que tienen mayor impacto que otras. Luego  empezó el estallido social y terminó ese proyecto. Ahí acaba mi contrato con  Canal 13 y decido irme a vivir a la playa.

EL AMOR QUE CAMBIÓ SU VIDA

Casi como en un guion de teleserie, Matías conoció a la también actriz Juanita Ringeling mientras ambos formaban parte del reparto de un musical inspirado en Piratas del Caribe. Pero el final feliz no vino tan fácil…

¿El problema? Juanita vivía en Los Ángeles, California, y se encontraba en Santiago únicamente por un período laboral, y al terminar dicho proyecto debía volver a Estados Unidos. ¿Fin de la novela romántica? Matías no estaba dispuesto a ello, por eso, y a pesar de estar iniciando el rodaje de “Amor a la Catalán” en Canal 13, solicitó un permiso especial para ausentarse y viajar a California tras Juanita, sí, como una teleserie. Después de insistir con el permiso, este fue aceptado y Matías viajó a buscar el amor.

Háblame de ese viaje que hiciste para ir tras Juanita…

Compré el pasaje el miércoles y partí el jueves, a tratar de conquistarla de alguna  manera. Y entonces estuvimos allá, tuvimos un fin de semana increíble. Y luego el  domingo le digo ‘ya, vámonos de vuelta a Chile’. Y me dice ‘no, no puedo, porque  yo me quiero quedar acá’. Yo volví a Chile, empecé con el proyecto, estaba grabando y entre eso ella me escribe y me dice ‘oye ya, me voy a Chile y vamos a  estar juntos’.

¿Qué sentiste al leer ese mensaje?

Fue bien sorprendente. Estaba muy contento, pero también un poco asustado, ¡imagínate que alguien deje su casa y se venga a Chile! Era muy comprometedor. Soy una persona bien arriesgada en ese sentido, no sé, nunca he tenido mucho  miedo en las relaciones ni de ver qué va pasando.

UNA PAREJA Y UNA CUARENTENA 

Tras el arribo de Juanita a Chile, Matías confiesa que la actriz no tenía casa en Santiago, por lo que se quedaba con él, “empezamos a armar una familia muy prontamente, muy  rápido”, recuerda. Pero este guión de teleserie estaba muy lejos de tener un final “normal” o esperable, pues tras este reencuentro en Chile, vino el estallido social, y algunas semanas después llegó la pandemia, casi como una teleserie en la que cualquiera podría preguntarse: ¿no será mucho?

Con todo ese contexto, la pareja deja Santiago y se radican en Cachagua, Región de Valparaíso. 

¿Cómo fue vivir una cuarentena siendo una pareja tan reciente?

Bueno, yo creo que para todas las parejas fue bastante dura esa obligación de  estar 24/7 juntos, pero de alguna manera también vivimos momentos bien lindos y  también bien duros. Compartimos muchas cosas, como la Juanita embarazada de nuestro primer hijo Aurelio, todas las situaciones fueron súper intensas, aprendimos  a conocernos y a convivir.

Perdón, pero la historia es muy comedia romántica de Hollywood…

No siempre hemos tenido una relación color de rosa. Somos una pareja que ha luchado harto, yo creo que porque nos conocimos muy rápido y no mucho tiempo después ya teníamos un hijo. En algún minuto los dos nos dimos cuenta que ya  éramos una familia y desde ahí empezaron esas ganas de poder sacar adelante a  esta familia y a pesar de nuestras diferencias, limar las asperezas y poder ir  construyendo una historia en común.

AURELIO: UN PEQUEÑO SER QUE TRAJO LA FELICIDAD 

Fue en junio del 2021 cuando la vida de Matías Assler y Juanita Ringeling cambió para siempre: se enteraron de la pronta llegada de su primer hijo, embarazo que vivieron en plena cuarentena y que sin duda alguna hizo que sus vidas dieran un giro en 180 grados. “Siempre había sido mi sueño tener un hijo y las expectativas las superó con creces. Fue una sorpresa muy grande para mí. En ese minuto, no me lo  esperaba para nada y fue el regalo más grande que me han hecho en la vida, Aurelio para mí significa algo infinito, te hablo de él y me emociono. Él vino a  reforzar más nuestra relación”, comenta el actor.

Pero una vez más, cuando la historia por fin parecía acercarse al final feliz, vino otro traspié: Matías fue detenido por Carabineros pues habría infringido las cuarentenas que se vivían a raíz de la pandemia del Covid-19. “Me usaron como el chivo  expiatorio de la pandemia para hacerme mierda, fue un momento súper duro.  Recibimos muchas amenazas, que nos iban a venir a quemar la casa, que nos  querían matar. Lo pasamos muy mal, recibimos mucha mierda como a nivel  psicológico, fue durísimo para nosotros”, asegura.

Esta situación trajo consigo que Matías perdiera dos contratos publicitarios, todo debido a la denuncia que se hizo en su contra, en la que se aseguraba que el actor estaba trasladándose a otro lugar sin sus permisos y de la cual fue declarado completamente inocente, incluso los oficiales le pidieron disculpas por el error cometido.

Recibiste muchas críticas…

Sí, y fue después de mucho tiempo que pude darme cuenta de todo lo que me  había ocurrido y que nunca había podido sanar toda la rabia que recibí de la gente  a través de redes sociales, que pueden ser súper perjudiciales en algún momento y  hay que saber cómo ir usándolo a favor de uno, sin que realmente te afecte y sin  que te haga cambiar tu esencia, tu forma de ser, tu forma de relacionarte y de  mostrarte frente a los otros.

Todo eso mientras Aurelio venía en camino… 

Tener un hijo es la mayor alegría que he experimentado en mi vida. Es todo un  mundo nuevo en el que mi vida de alguna manera cobró sentido. Todas esas  preguntas existenciales que yo me hacía hasta entonces, se respondieron con él, un hijo es lo que llevaba buscando desde que era muy pequeño, desde que yo tenía  12 años, cuando mis padres se separaron, siempre tuve la necesidad de tener un  hijo.

Y Aurelio fue como tu compañero de aventuras desde que nació, ¿no?

Sí, viajamos mucho. Aurelio conoce más países que cuando yo tenía 30 años. Nunca conocí tantos países como él, entonces qué rico poder de alguna manera  darle algo a mi hijo que yo nunca pude tener hasta muy grande, aunque yo creo  que después me lo va a sacar en cara porque lo llevé muy chico (ríe).

EL VIAJE A LAS GRANDES LIGAS DE LA ACTUACIÓN 

Los planes no surgieron de la nada. Antes de la pandemia, Matías Assler ya pensaba en la internacionalización de su carrera, específicamente el actor soñaba con viajar a México para poder conquistar nuevas fronteras y verse participando en esas aclamadas teleseries aztecas, “en Chile, siendo actor, existen oportunidades,  pero no hay tantas para todos”, asegura.

¿Cómo fue tu llegada a México?

Llegué a México a tomar clases de acento mexicano, neutro mexicano y  empezamos todo el día a hablar mexicano en la casa, era como un requerimiento  de mi mánager quien en un minuto me dice ‘si te vuelvo a escuchar hablando en  chileno, yo no sigo representándote’.

A raíz del acento neutro… Fuiste muy criticado por una entrevista en que hablas como mexicano al tiempo que estabas tratando de abrirte camino allá, ¿cómo recibías esas críticas?

Primero te voy a explicar: mi mánager me dice: ‘Matías, quiero que la entrevista la  hagas en mexicano, porque ahora es cuando te van a estar viendo en directo productores de los canales y quiero que no parezcas chileno, que crean que eres  mexicano, que no sepan de qué pueblo de México eres, pero que parezcas  mexicano’.

México es el gran mercado latino, imagino que el estar intentando entrar en ese mundo hace que las críticas al acento o lo que fuere, importen muy poco, ¿no?

A uno siempre lo van a criticar por algo. Pero para mí también es un juego, de no  cuestionarse todo. Hoy en día estoy en eso. Tengo mi familia, me siento muchísimo más seguro en todas las cosas que hago. No creo que tenga que pedirle permiso a  nadie si quiero hablar como mexicano, si quiero hablar como argentino. Cada uno es libre de jugar a lo que quiera jugar, de pasarlo bien, de disfrutar. El día que yo  esté mirando al lado y juzgando y escribiéndole a alguien, ese día va a ser en el  que yo fracase.

Fueron esos castings en México que te llevaron a estar en la obra “Afterglow” con la que estuviste girando 6 meses…

Hacíamos toda la semana de jueves a domingo doble función, o sea, ocho  funciones a la semana. Era muy intenso, el público fascinado, cada vez que salía  del teatro la gente me abrazaba, lloraba con la historia que contábamos, la verdad fue increíble.

LA NUEVA FACETA DE MATÍAS ASSLER

Antes de emprender viaje a México para internacionalizar su carrera, Matías Assler ya había comenzado a indagar en una nueva faceta: empresario gastronómico. El actor instaló un kiosco en Cachagua donde en un comienzo vendía café, pero con el paso del tiempo y gracias a las personas que creyeron en su proyecto, hoy tiene un negocio con más de 36 trabajadores a su cargo.

¿Cómo fue entrar en el mundo gastronómico?

Al principio fue durísimo, bien complicado. Ha sido bien duro por un problema bien grande que tuve con un socio, intentaron estafarme, entonces no lo pasé muy bien.  Me han pasado muchas cosas en el último año.

Pero además de tu restaurante eres Gerente de Marketing del Club de Polo de Cachagua, ¿de dónde sale tanta versatilidad?

Soy una persona súper inquieta y mi manera de canalizar todo es hacer cosas diferentes. En eso he estado y al final las cosas van resultando cuando tienen que ser.

SIN MIEDO AL FUTURO

En pleno viaje en México, Matias Assler se enteró del segundo embarazo de su pareja, hecho que los motivó a regresar a nuestro país y volver a vivir en la playa para pasar ahí los últimos momentos del embarazo, el que llegó a su fin el pasado 31 de diciembre, momento en que Juanita se convirtió en madre de Loica, la segunda hija de la joven pareja de actores. 

¡Llegó Loica! ¿Qué sigue ahora en la vida de la familia?

Sí, acaba de nacer nuestra segunda guagua. Es muy chiquitita, así que todos los  planes quedan en pausa. Estamos concentrando nuestra energía en cuidarla,  protegerla. Estos meses se va a tratar un poco de eso, de estar en casa. Nos  acabamos de mudar, estamos empezando a armar el huerto y a equiparla para que  realmente quede muy cómoda, para poder convivir con estos dos seres nuevos que  llegaron a nuestra vida.

¿Y personalmente?

Creo que he ido perdiendo el ego, ese que te levanta un poco cuando estás en la  televisión, en las teleseries o muy expuesto. Desligarme de eso y verme hoy en día  desde otras perspectivas, hace que no me juzgue tanto. He ido construyendo esta  relación de paz conmigo mismo, que es muy importante.

¡Te casas!… ¿Cómo fue la petición?

Fue muy sorpresivo para Juanita, no lo esperaba para nada. Lo hice durante una caminata mañanera por la playa, un día nublado. Nada de otro mundo. Simple y bonito.

¿Hubo celebración?

Sí. Con un buen asado junto a la familia y los amigos como es de costumbre y como corresponde, no se propone matrimonio muchas veces en la vida… todos muy entonados. Bailamos vals, cumbias, cuecas, rock, reggaeton. Fue el comienzo de una celebración de largo aliento.

¿Volverías a dejar Chile?

Muero de ganas de volver a México, muero de ganas siempre de actuar, pero  también hay periodos, y hay etapas y también era un poco eso lo que le explicaba a  mis amigos que me cuestionaban tanto el devolverme a Chile. Yo creo que hay  momentos para todo en la vida y muchas veces he vivido apurado y acelerado por  querer hacer las cosas ahora ya, pero la vida también me ha ido enseñando que  hay que tener un poco de calma, paciencia y que ya va a llegar la hora de actuar y de actuar 10 años seguidos y qué se yo, pero ahora estamos en el minuto de crear y de cuidar a los niños. #SARAH

Fotos: Paz Vasquez @pez_vasquez
Maquillaje y Pelo: Paulina Estay @Mujer__gallina
Estilismo: @sofiordenes
Booking: Versus Management @versusmanagement