Uno es cantante y el otro bailarín, ambos formaron parte del programa Rojo, el color del talento; uno ganó su categoría y el otro fue finalista de la suya, ambos tienen miles de fans y gran respaldo público; ambos son jóvenes, guapos y talentosos. Su historia en común tiene todo para convertirse en un cuento de hadas, pero en uno donde hay dos príncipes.
“Antes no se podía decir lo que yo estoy sintiendo por televisión, y eso es una gran responsabilidad”, con estas palabras, a mediados de junio, Hernán Arcil reconocía en vivo lo que algunos medios comentaban. Frente a los ojos de todo Chile, y en uno de los programas más vistos de la televisión, el joven bailarín confesaba: “A mí me gusta Andrei”, evidenciando el inicio de uno de los romances más comentados a nivel mediático de los últimos años.
Pero ¿qué tiene de especial este romance entre dos participantes de un programa busca talentos que tiene a tantas personas atentas? Una característica importante que ha tenido esta historia de amor entre hombres es un fuerte respaldo del público del programa, que hoy, a diferencia de lo que ocurría, por ejemplo, en la primera versión de Rojo, pueden manifestarse en vivo a través de las redes sociales. Por otra parte, el hecho de mostrar abiertamente la historia en TV no hace más que ratificar que vivimos un momento histórico de transición entre el viejo y el nuevo Chile.
“Niños que están en sus casas, no tengan miedo, hay muchos que somos como ustedes y aquí estamos para apoyarnos” decía Hernán Arcil en el mismo programa en que reconocía su naciente amor con Andrei Hadler, alzando de esta forma una simbólica bandera que “les toca” por ser personajes públicos, y que además recuerda a la confesión que hace un año hiciera María Jimena Pereyra, jurado del programa, en Revista Sarah, cuando por primera vez se declara públicamente enamorada de una mujer.
Esta es una historia de amor, pero además es una historia de liberación, de apertura, de prejuicios y homofobia, por una parte, pero de respeto y validación por otra. Esta es la historia de dos jóvenes talentos que se concertaron en un escenario y que desde el mismo hoy dicen “estos somos, y estamos orgullosos de sentir lo que sentimos”. Ellos son Hernán y Andrei.
UN TEMUCANO ENAMORADO
A sus26 años, Hernán Arcil no es para nada un principiante. Tras salir de su natal Temuco a los 14 años, llegó becado al Teatro Municipal de Santiago, tuvo un paso por Buenos Aires y se encontraba dando clases de ballet cuando ingresó a la renovada versión del programa Rojo de TVN.
Acabas de ganar Rojo, al parecer estás en tu mejor momento, ¿lo ves así?
Sí, me siento afortunadísimo, estoy haciendo y viviendo de lo que me gusta. Es un momento de mi vida que estoy disfrutando a concho, haciéndole caso a mi mamá que siempre me dijo “preocúpate del principio y del final, pero disfruta el proceso”, y creo que es verdad.
¿Qué viene para ti ahora?, ¿hacia dónde guiarás tu carrera?
La carrera de bailarín es corta, hay una cierta edad que te limita por un tema de fuerza y tiempo. Me encantaría llegar a ser coreógrafo, director artístico de algo importante, ver plasmadas mis ideas en un lugar importante y que la gente lo pudiese disfrutar.
Partiste muy chico en un ballet folclórico, y hoy no puedes salir a la calle sin que te pidan fotos, ¿cómo te has llevado con la fama tan reciente?
Todo mi paso por Rojo ha sido un proceso, vas aprendiendo en la marcha. Y ha sido extraño que la gente me pida fotos. El recibimiento de la gente ha sido genial, al principio que te reconozcan es súper extraño, porque un día caminas por la calle sin problema y luego te comienzan a pasar cosas como que te detengan para contarte que una persona era homofóbica y que ha dejado de serlo. Es extraño todo, pero con Andrei lo hemos sabido llevar, somos muy de piel e intentamos transmitírselo al público.
Con Andrei han vivido juntos el proceso en general, entrar al programa, la fama, la salida del clóset frente a todo Chile…
Sí, él ha sido un pilar fundamental, algo que sinceramente no esperaba en Rojo y mucho menos buscaba; se dio, apareció y ha sido mi pilar, vivimos juntos y como los dos somos de fuera de Santiago y estábamos solos, nos apoyamos en el proceso y ha sido maravilloso.
¿Cómo fue el “día después de”, lo que vino tras contar abiertamente que eran pareja?
Doy gracias a Dios todos los días, al universo, al tema de las energías, creo que en base a amor todo va fluyendo, todo genera algo y todas esas expresiones de energía son espectaculares, un regalo. Uno de los momentos que más me marcó fue cuando se me acercó una señora al terminar el programa y me dice “yo era homofóbica” y le digo “¡wow!”, pero ella siguió contándome que tuvo una mala experiencia con un homosexual y metía a todos en el mismo saco, pero a nosotros nos admiraba. Vernos a nosotros y tomarlo de la forma que lo hemos tomado para ella fue impresionante, se acercó y nos abrazó. Es nuestra fan número uno, siempre nos va a ver, va con su hijo, nos saca fotos. Más que nada es como un regalo, me siento súper afortunado.
¿Sientes un grado de responsabilidad por haber hecho pública la relación?
Claro, haber expuesto la relación nos hace ser responsables de muchas cosas, hay niños mirando, familias, gente que se identifica contigo y gente que no. Fue una decisión súper valiente entre los dos, fue muy importante poder salir a la luz y decir esto.
¿Se está abriendo Chile?
Yo creo que avanza, pero sigue siendo un tabú. Siento que muchas veces el chileno se preocupa más por el qué dirán o qué piensa el otro, cuando lo que realmente importa es ser feliz. Quizás nosotros hemos sido un granito de arena más y sí, vamos a seguir avanzando poco a poco para que ya no nos sigan viendo extrañamente o que no nos tomen como que somos algo raro. Aún falta, pero es trabajo de todos.
Pero el público se ha enamorado de su relación…
Sí, nosllegan muchas cartas de fans muy emotivas, importantes. Nos cuentan, por ejemplo, que hay familias completas que han dejado de ver la homosexualidad como un problema. Yo cuando chico veía Rojo y nunca vi una pareja gay, entonces me sentía raro, excluido y decía “¡wow, no es tan normal aún!” Incluso yo cuando chico le rezaba a Dios y decía “¿por qué, por qué?”
Me hablas de familias que se han abierto, ¿qué pasa con la tuya, hay aceptación?
Gracias a Dios tengo una familia espectacular, yo creo que de ahí viene todo lo bueno que me ha pasado en la vida, porque me dieron valores. A mí mi familia nunca me preguntó cuándo iba a presentar a la polola, jamás me dijeron “los hombres no bailan”, todo lo contrario. Si yo le decía a mi papá que quería bailar, él me incentivaba a estudiar ballet, y mi mamá siempre me decía que el amor era libre y que debía estar con quien me sintiera bien. Es una familia humilde, pero rica en valores y me lo transmitieron mucho.
¿Y Andrei?, ¿ya pasó la prueba con tu familia?
Están súper orgullosos de lo que está pasando, a Andrei lo aman. Son los mejores.
DE CANTAR EN LAS CALLES A TOMARSE CIENTOS DE FOTOS DIARIAS CON FANS
La historia de Andrei Hadler es distinta. Su familia no siempre lo apoyó y su infancia estuvo marcada por la distancia con su padre “porque era más afeminado”, como comentó en más de algún medio de comunicación. Pero este joven cantante viñamarino ha logrado a través de la música y de mostrarse tal cual es en TV que las distancias se fueran acortando, al grado de dejar atrás los tiempos en que se sintió totalmente rechazado y solo, sin más compañía que su guitarra.
¿Cómo nace tu relación con la música?
Fue casi de casualidad. A mis 14 años yo estaba en una academia donde había teatro, canto y baile, y en algún momento conversando con un compañero, él me dice que actuaba, cantaba y bailaba, y yo pensé “yo también puedo”; desde ahí comencé a tomarme más en serio las clases, primero con un afán competitivo, pero gracias a eso pude encontrar mi talento, lo que sé hacer. Nunca pensé que podría alcanzar notas tan altas o cantar canciones de Whitney Houston, es algo impresionante la verdad.
¿Y qué hay para ti después de Rojo?
Mi sueño es ser reconocido internacionalmente por mi música, por mis interpretaciones, por la habilidad vocal. Me encantaría que me reconocieran también por eso y quiero trabajar arduamente por lograr ser un cantante muy habilidoso. Rojo ha sido la plataforma que me ha permitido exponerme y que la gente me reconozca por mi talento.
Sin duda hay un antes y un después de Rojo para ti…
Sí, ha significado mucho, ha sido la universidad artística que nunca tuve; me enseñó disciplina, a pensar mejor las cosas, cómo hablar, cómo expresarme, qué hacer en el escenario. Ellos me han entregado las herramientas, pero es uno quien las usa, uno es quien dice “voy a hacer un espectáculo”. Yo me dedico a que mi show sea algo rico para la gente.
¡Pero la gente te adora!
Es impresionante el amor de la gente, el cariño, el apoyo que nos dan. Igual hay negatividad de algunos, aunque yo con esa negatividad soy totalmente indiferente, trato de mantenerme al margen de las personas que critican sin un fundamento constructivo.
Ahora para ir al mall tengo como dos horas para cruzar de un lado a otro.
Me gusta bastante el reconocimiento, el cariño del público, que la gente te apoye y te diga, “me encanta como cantaste, yo te puse hartos 7”.
¿Amor a primera vista o se fue dando gradualmente?
La primera vez que lo vi fue en el casting del programa, lo miré de reojo, pero no hubo un interés enseguida, solo lo miré y dije “mish» (ríe), y después empezamos a hablar, a irnos juntos. Un día dije “me muero de hambre” y él me dijo “pero yo te invito a un sándwich”, lo acepté y ahí me compró un pollo italiano (ríe), y así partió todo, él se dedicó a conquistarme con la bebida y el sándwich (ríe). Después un día en el metro, estábamos con varios amigos y Hernán me mira y me dice “oye, eres muy lindo” y yo solo pude decir gracias, ponerme nervioso y sonrojarme.
¿Ha sido más fácil “sobrevivir” al programa teniéndolo como partner?
Hernán ha significado apoyo, contención, amor, pasión, y también una inspiración; gracias a las presentaciones que él hizo al principio y a su apoyo, yo he tenido esta visión de hacer un espectáculo más que de llegar y cantar, que es lo que pasa con varios artistas.
¿Por qué crees que la gente sintonizó tanto con su pololeo?
Yo creo que la naturalidad con lo que lo hemos tomado ha sido esencial. Yo nunca entré con la idea de decir que era gay o a buscar una pareja, no, pero todo fluyó.
Has dicho varias veces que tu familia no te apoyaba al comienzo…
Yo entré al programa y dije “sí, soy gay”, mi familia no me apoyó al principio, pero la música y el mismo programa nos han ayudado. Mi papá era completamente homofóbico, pero ahora me acepta totalmente, voy con Hernán a su casa. Ha sido un proceso totalmente positivo, mi familia se ha unido más y han recibido con cariño a Hernán.
¿Crees que su historia ha contribuido a abrir un poco más la mente de los chilenos?
Siento que con esto igual avanzamos un poquito más, y es lo bueno de todo este proceso que ha pasado de estar enamorado, de mostrar a la gente que el amor es lo que prevalece antes que una crítica.
¿Y qué les pasa cuando ven comentarios negativos sobre ustedes?
Mira, el cariño que me han demostrado, los regalos, los abrazos son suficientes para olvidar lo malo. Es heavy cómo la gente igual nos apoya y apoya nuestra relación.
Por: Stefanie Rojas/Horacio Pinto
Fotografía: Daniel Esquivel
Outfits: @azaelchile
Makeup: @jameruiz.mua
Hairstyle: @cornejohc
Estilismo: Luis Felipe Fleite
Dirección de arte: Luis Aguilera
Locación: Hotel Renaissance Santiago