
Desde su fundación en 1978 hasta hoy, la dirección creativa de ‘Versace’ estuvo a cargo de los hermanos Versace. Gianni, el fundador, hasta su asesinato en 1997, y luego Donatella hasta que el 13 de marzo recié pasado, que anunció su salida de la marca. Sin duda el fin de una era. Una era muy clara.
Cuando pensamos en Versace, pensamos en maximalismo, en estampados barrocos, en exceso, en sensualidad, en celebridades y supermodelos, en una especie de ‘Dolce vita’ italiana que corría por las venas de los hermanos Versace. Y si bien la ropa de la marca no es algo que personalmente usaría, Versace siempre fue de mis marcas favoritas, siempre esperaba ver sus desfiles (y no solo revisar las fotos de los looks en voguerunway.com) porque más allá de las prendas; el casting y caminar de modelos, la música, las pasarelas eran la definición de ‘desfile de moda’. Modelos altas, sensuales, cabelleras largas, ojos delineados, tacones altísimos, curvas y mucho dorado, caminando con vaivén de caderas al beat de música que siempre era perfecta para marcar cada paso que las chicas daban. Y al final, la dueña de casa en un look acorde a la colección recibiendo sus felicitaciones. Era muy entretenido de ver.

Pero vamos más allá. Otra cosa que siempre amaré del Versace de Gianni y Donatella, es que nunca se notó un intento de ser alguien más. Menos es más te dicen todos en esta industria, que es mejor un diseño más limpio, que no hay que mezclar estampados; pero Versace siempre maximalista mezclado animal print con motivos barrocos en un mismo vestido. Muchos diseñadores hoy le buscan la quinta pata al gato tratando de tener momentos virales en redes sociales, pero Versace siempre lo lograba (sobre todo las pasarelas de la década de 2000) solo con poner modelos que sepan perfecto el arte de caminar.
Todos los diseños de Versace siempre eran muy muy usables, fáciles de entender, con la única función de hacer que quien los use, se vea y sienta bien, se sienta cool y sexy. A veces eso es lo único que necesitamos: no pensar tanto y sentirnos bien.
Podemos discutir si Donatella efectivamente era quien diseñaba como directora creativa o más bien era una especie de revisora de que todo estuviera bien, o si fue otra figura de nepotismo dentro de la industria o no. Yo personalmente creo que no, Gianni siempre la vio como su musa y cuando la lanzó al estrellato en la MET gala de 1994 con el ‘bondage dress’ claramente lo hizo viéndola como alguien digno de estar a su lado y de seguir su legado.

Donatella supo seguir la marca de su hermano de manera coherente, referenciando constantemente el lenguaje que el genio creativo estableció. Por eso para quienes hemos seguido la carrera de los hermanos Versace, su salida es un gran antes y después. Además de perder otra directora creativa mujer en un mar de directores creativos hombres, pero ese es tema para otra columna.
Esperemos que Dario Vitale, el nuevo director, sepa continuar el legado de los hermanos y podamos seguir disfrutando de eso que Versace lleva décadas dándonos. Mujeres fuertes, sensuales, que pisan fuerte, vestidas de diseños en función de esa sensualidad femenina clásica. No me cabe duda que Donatella con cada colección se cuestionaba si su trabajo estaba haciendo sentir orgulloso a su difunto hermano, ahora espero Vitale sienta lo mismo respecto a Donatella, es tiempo de hacerla sentir orgullosa a ella, se lo merece.
