
En las sesiones con mis pacientes, especialmente con las mujeres, que solemos cargar con una parte importante de la responsabilidad mental que conlleva la reanudación de las tareas cotidianas, siempre hablamos de lo mismo: el secreto está en encontrar el equilibrio entre el deber y el placer. Porque la clave no está en aniquilar las obligaciones, sino en saber equilibrarlas con momentos que nos nutran, que nos den espacio para respirar.
Es común pensar que la sobrecarga y la incapacidad de disfrutar son solo problemas de los adultos, pero, lamentablemente, cada vez es más frecuente ver a adolescentes atrapados en un torbellino de compromisos sociales y personales que les roban el tiempo de descanso y ocio. Este agotamiento acumulado, con el tiempo, se traduce en estrés crónico, que es la puerta de entrada a una serie de trastornos tanto mentales como físicos.

Tomemos conciencia de lo que realmente estamos haciendo por nuestro disfrute personal. Necesitamos actividades que nos desconecten del ruido exterior y nos permitan reconectar con nosotros mismos, nuestros sueños y las relaciones que nos dan paz. Creemos que mirar el teléfono o ver una serie nos da descanso, pero, en realidad, solo sobrecargan nuestro sistema nervioso, cuando lo que necesita es calma.
La clave está en balancear lo que nos calma con lo que nos mantiene activos. Si tuvimos una situación estresante, darnos permiso para descansar y reponernos sin culpa. Si un día no queremos ir al gimnasio, podemos entrenar solo un poco o quedarnos en casa.

A veces, celebrar los fracasos también es una forma de avanzar. Si adoptamos este enfoque en nuestras vidas como adultos y enseñamos a los jóvenes a hacerlo, estaremos dando un paso firme en la inversión en nuestra salud mental.
Es una invitación a tratarnos con más compasión, lo cual no debe confundirse con victimizarse. No son conceptos equivalentes. Se trata de reconocernos como seres humanos con vulnerabilidades que merecen ser respetadas.

Por: Cecilia Ramos Miranda, psicóloga adolescentes, adultos y familia – @ps_ceciliaramos @ellasenred