Eduardo Bonvallet dijo: “Es guapo, es veloz, domina el puesto, cabecea formidable y es valiente”, características que Mark González (35) demostró en una exitosa carrera de más de veinte años, en la que jugó 326 partidos como profesional e hizo 65 goles, los que le ayudaron a ganar varios trofeos, incluida la Copa América Centenario junto a la selección chilena.
Hoy, retirado del fútbol, disfruta de su tiempo libre junto a su esposa, Maura Rivera y sus dos hijos: Mark y Luciana; trabaja en televisión y recuerda con nostalgia cuando, siendo solo un niño, dio sus primeros pasos en el deporte.
SUEÑOS DE NIÑEZ
A los 13 años era un extrovertido preadolescente que dejó su hogar para integrarse a Universidad Católica y cumplir el sueño de ser futbolista profesional, meta que nació cuando aterrizó en Chile de un vuelo proveniente de su natal Sudáfrica, con diez años y de la mano de su madre y su hermano mayor Raúl, su eterno compañero de aventuras. Una vez en el país, su abuelo Guillermo lo llevó al club Santa Helena para intentar una carrera tras el balón.
Espera, espera… ¿Sudáfrica? ¿Qué recuerdas de allá, la vida, la gente, todo…?
Totalmente diferente a la vida de acá. Teníamos todo, los colegios municipales eran grandes, pasábamos el tiempo en casa y con mi hermano hacíamos mucho deporte.
¿Y al llegar a Chile todo cambió?
Sí, conocimos lo que es el barrio, la calle, jugar una pichanga, tener contacto con los vecinos. Pasamos de tener comodidades a vivir con lo justo en Valparaíso, a costa de la pensión de mi abuelo. Mi mamá se sacó la mugre por nosotros, y en mi infancia viví las dos caras de la moneda.
¿Cómo descubriste que te gustaba el fútbol?
Mi abuelo me llevó al club Santa Helena, aunque en ese momento no estaba en mi cabeza ser futbolista, era bueno para el deporte en general. El bichito me empezó a picar al ver los partidos de la Selección Chilena, a la dupla Sa-Za, y después terminé siendo compañero de ellos, una cosa increíble.
Y tu papá, que también fue futbolista ¿fue una influencia?
Bueno, vengo de una familia futbolera: mis tíos jugaron en Wanderers y fueron seleccionados chilenos, al igual que mi papá, ¡y la sangre tira!. Pero el incentivo vino de mi abuelo y por las mías; era busquilla, probé en Wanderers y Everton, aunque no quedé.
EL FIN DE UNA ERA
Mark estuvo en equipos como Universidad Católica, Liverpool, Betis, CSKA y Colo Colo. Y reconoce entre los principales logros de su carrera el gol histórico que marcó el 21 de junio de 2010 contra Suiza, en el Mundial de Sudáfrica. “Fue un 1-0 y nos permitió pasar a octavos de final; además, fui escogido el jugador del partido, me llevé un trofeo que guardo con mucho cariño”, cuenta.
¿Cumpliste todos tus sueños deportivos?
Sí, lo único que no logré fue ser el mejor en mi puesto, ese era el nivel de objetivos que me proponía, porque no tenía límites; soy ambicioso y competitivo. Todo pasó muy rápido, la fama y el dinero era para volverse loco, pero siempre tuve los pies sobre la tierra.
¿Tienes alguna anécdota que recuerdes?
A los 18 años entrenaba en Pinto Durán y había una persona que nos despertaba. Un día se le olvidó y Juvenal Olmos me retó tanto que casi lloré; me dio de multa donar $600.000 a la Teletón. En ese tiempo yo solo recibía un viático de $50.000, así que fui al banco y deposité $60.000 e intenté agregar un cero a la boleta, pero no me resultó, así que volví y deposité $6.000 para hacer dos ceros, pero nunca me pidió el comprobante (ríe). Le conté a Juvenal ahora que estoy grande, pero él no se acuerda (lo dice en tono irónico).
¿Él es importante para ti?
Sí, súper. Es como mi papá deportivo, fue quien creyó en mí más allá de mi talento. Si no fuera por la oportunidad que me dio, quizás no hubiera logrado nada.
Tienes 35 años, y ya estás retirado del futbol, en cualquier otra profesión eso sería muy pronto, ¿no? ¿Cómo tomas la decisión de dejar de jugar?
Creo que todo en la vida tiene un ciclo, hay un montón de factores por los que dije “basta, quiero empezar la vida de verdad”. Hay un dicho que dice “es mejor dejar al fútbol, y que no sea el fútbol quien te deje a ti”. Tengo seis cirugías en el cuerpo, después de mi operación de cadera quedé con una descompensación física muy grande. Cuando viajé a Liverpool por un pequeño homenaje que me hicieron, hice el video donde anunciaba mi retiro y lo subí. Me quité una carga de encima.
¿Qué dejaste por el fútbol?
A mi familia, amigos, los carretes, cumpleaños…uno sacrifica mucho. Hoy soy una persona con un trabajo normal, puedo planificar vacaciones, un fin de semana, cosas súper simples que para mí son muy valiosas.
¿Cómo fue publicar ese video en noviembre del año pasado, en pleno estallido social?
Difícil, no había querido subir contenido por lo mismo, desde que se inició el estallido social me hice a un lado, no publiqué nada, ni a favor ni en contra.
¿Te han juzgado por no hablar al respecto?
Sí, al ser persona pública creen que es una exigencia hablar y no es tan así. Uno puede tener sus opiniones, yo tengo las mías, pero sí creo que todo lo que no sea actualidad política, como los partidos, te sacan del estrés psicológico de lo que está pasando.
¿Qué opinas de las demandas sociales?
Lógicamente las apoyo. Estoy a favor de todo lo que se está exigiendo y creo que es una obligación del gobierno darlo.
SEX SYMBOL
Ahora que ya no es un requisito laboral, ¿cómo lo haces para estar en forma?
Lo más difícil es mantenerse, hay muchos deportistas que se retiran y que no se ven o están muy bien. Pero no los culpo, son tantos años bajo un régimen nutricional y físico que lo único que quieres es relajarte, pero empiezas a comer de más y no quiero caer en eso. Me gusta tener mi tiempo, voy al gimnasio y como sano, porque quiero llegar a los 50 como Brad Pitt (ríe).
¿Qué te pasa con los halagos en redes sociales?
Me gusta y me gusta verme bien, sacarme partido; también por Maura. Cuando pienso “qué linda es”, quiero que sea mutuo. Siempre estoy muy agradecido de la gente y cuando subo fotos mías en la playa o de producciones de moda, hay más likes. Me gusta esa faceta, no me cierro a la posibilidad.
¿Te refieres a ser modelo?
Sí, se me da fácil. Con Maura hicimos una campaña hace diez años y hoy somos embajadores de una marca de zapatillas. Seguimos haciendo sesiones de fotos, pero por separado, pero sería entretenido volver a hacer algo juntos.
¿Te gusta la moda?
Sí, siempre me ha gustado, pero soy flojo, aunque últimamente me he dado el tiempo de comprar ropa y estar más a la moda, me gusta imponer tendencias.
THE CHILEAN BECKHAMS
Mark y Maura se conocieron a los 25 años, e inmediatamente comenzaron una de las historias de amor más duraderas del espectáculo chileno. Cuando habla de ella, se dibuja una sonrisa en su rostro. Y es que el encanto sigue intacto como el primer día en que la vio. Los llamados Beckhams criollos vieron nacer su romance en una época en que los flashes y las luces estaban todo el día sobre ellos, y sobrevivieron.
¿Qué opinas del estereotipo del futbolista?
Siempre ha existido el prejuicio del futbolista y la modelo, la farándula y las relaciones. Sin justificar a nadie, cada uno tiene el derecho de pasarlo bien. Estábamos más expuestos y todo se infla en los titulares. Pero yo siempre traté de hacer las cosas bien.
¿Después de retirarte pensaban vivir en Miami, qué pasó con eso?
Había planes, pero nada concreto. Maura está en “Bailando por un sueño” y yo en “Abrazo de gol” en CDF. Tengo el proyecto de “House of Mark”, mi casa de Viña convertida en un centro de eventos. Aunque no descarto nada, siempre he querido vivir en Estados Unidos.
¿Cómo has visto a Maura en “Bailando por un sueño”?
Bien, estoy súper feliz por ella, es algo que le gusta, la saca de su rutina, se siente realizada y libre, es como lo que me pasa con el fútbol, también quiero jugar una pichanga a veces (ríe). Maura no es bailarina, ha participado en programas y ha dejado súper en claro que lo está pasando bien, vive una etapa en que no le importa la competencia.
¿Es verdad que nunca se pidieron pololeo?
Sí, es verdad. Es que fue muy rápido todo: yo estaba en Alemania y la contacté por Facebook porque se estaban haciendo pasar por ella, entonces le escribo, pero a una página de fans pensando que era ella (ríe). Luego empezamos a hablar y al poco tiempo me vine a Chile por un mes, fue muy intenso todo. Es el verdadero amor a primera vista, llevamos diez años juntos y nueve casados, tenemos dos hijos y estamos felices.
¿Cómo ha sido la vida familiar?
Lo más importante es que mis hijos estén sanos y felices, y como pareja no caer en la rutina, mantener la llama encendida. Que los niños vean a sus papás juntos es especial, ni por el lado de Maura ni mío lo vivimos, y trato de darles lo que mis papás no pudieron darme. Lo más valioso es el tiempo, no las cosas materiales: salir con ellos, ir a dejarlos al colegio, llevarlos al cine; esos detalles pequeñitos son los que quedan.
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