Cuando me avisaron que entrevistaría a Karen Doggenweiler una sonrisa innegable se apoderó de mi rostro. ¿Le caerá mal a alguien?, me pregunto; ¡imposible! Pero no es la simpatía la que la ha llevado a convertirse en una de las figuras más importantes de la televisión en las últimas décadas o, al menos, no es solo eso. Periodista de profesión, sus inicios fueron en el departamento de prensa de TVN, pero ese carisma innato prontamente fue “descubierto” y le pidieron que hiciera un reemplazo conduciendo el matinal estrella de la época. Desde ahí la historia es conocida: matinales, estelares, éxito, éxito, éxito, haciendo trayectoria siempre en el mismo canal. En la actualidad, y tras emprender rumbo a Mega, la animadora vuelve a convertirse en la reina de la franja AM.
“¡Ay, Horacio, espérame porfa!”, me dice en medio de un cambio de vestuario con el rostro de quien en realidad se siente complicada por retrasarse unos minutos y hacer esperar a alguien. “Tranquila, te estoy esperando desde el Pase lo que pase”, le digo, y entre risas agradece. Viste un buzo, zapatillas, polera blanca, descomplicadísima mientras la maquilla su maquilladora de toda la vida (nos comenta), y su estilista desde siempre. Ambos van con ella a galas, ambos se cambian con ella de canal, “son como mi familia, todas mis historias son con ellos”, relata. Así de simple, tan amorosa como usted la ve en el matinal, es Karen Sylvia, como si no fuera el tremendo monstruo televisivo que es.
Karen, te quiero llevar al momento en que te llaman, estando en prensa, para conducir un matinal. Al principio por un reemplazo, pero después te piden volver. ¿Cómo recuerdas ese momento?
Sí, yo estaba en un área muy distinta, de noticias, información, contingencia y de deporte, entonces no tenía mucho que ver con la entretención en ese minuto ni con los programas franjeados, así es que me sorprendió. En esa época estaba Mauricio Correa de director del matinal y me pidieron que fuera. Como había buena onda entre la gente del “Buenos días” y la gente de prensa, inmediatamente dije: “¡Ya po’!” Era un mes, así es que era como una aventura entretenida y con fecha de término.
¿Tuviste miedo en ese momento de asumir?
No, porque lo disfruté tanto… Cuando uno siente que es como por un ratito, piensa que hay que aprovechar la oportunidad. Lo hice así como poniéndome el cinturón de seguridad.
Y de ese ratito pasó ya mucho…
Sí (risas), se alargó harto. Nos fue súper bien ese verano, y después también nació el “Pase lo que pase”.
Y eso también marcó un hito en la TV y para ti también, ¿no? Yo creo que hay una Karen antes y después de “Pase lo que pase”.
Yo creo que sí y porque además tuvimos la posibilidad de disfrazarnos, hacer parodias, sketchs, imitaciones, y de ocupar un poquito también un espacio que era súper chico y reducido como el estudio. Nos fuimos apoderando de a poquito de todo el canal. El programa fue creciendo bien humildemente.
Igual yo siento que hoy en día tú sigues siendo la Karen del “Pase lo que pase”…
¡Yo me siento así también! No creo que me vea así, pero me siento igual (ríe).
Pero hay un estilo que tú marcas en ese momento que perdura hasta el hoy día, ¿esa es tu esencia o es el estilo que te funcionó e hiciste perdurar?
Yo creo que uno es así. Yo siento que es mi forma de ser y por eso uno agradece también que la gente disfrute con uno de las presentaciones, o que a lo mejor esas cosas que yo hacía en la semana del colegio cuando bailaba, patinaba o hacía presentaciones, también la gente lo disfrutó conmigo; yo creo que esa parte es genial.
Karen, vuelvo al primer llamado del “Buenos días a todos”, ¿cómo cambió tu vida en ese momento?
Fue un cambio revolucionario y maravilloso. La posibilidad de hacer algo que me encanta y de ser muy libre…
Pero, ¿eres realmente libre con un programa diario de cuatro horas al aire, y con publicidad, eventos y todo lo que eso conlleva?
Cuando uno hace lo que le gusta nos sentimos libres, felices y si no quisiéramos, no estaríamos acá. Me siento inmensamente feliz y tengo un equipo que son mis amigos, mis hermanos. Me siento súper querida y valorada. He tenido la suerte de trabajar en equipos así, pero te diría que este equipo en el que estoy hoy, es un verdadero privilegio.
REENCUENTRO CON LAS MAÑANAS
Karen estuvo tres décadas en TVN, pero a finales del 2022, casi sin previo aviso, publica un post en su Instagram en el que comunica que deja el canal en el que estuvo siempre para emprender un nuevo rumbo que, al día de hoy, la tiene encumbrada en un cómodo primer lugar de la franja matinal en Mega.
Hoy vi un titular que decía que la audiencia de “Mucho gusto” creció en marzo un 30 %, y yo creo que es por ti. En el fondo por algo te llaman después de tanto tiempo para venir a Mega…
Y no fue fácil venirme…
¿Hubo muchos llamados antes de otros canales?
Sí, la verdad es que sí, incluso del extranjero, y siempre dije que no. Siento que algo pasó en esta oportunidad y me encantó tomar la decisión. No fue fácil, pero al final también siento que la tomamos en conjunto, todo nuestro equipo, con John y Angelina (su estilista y maquilladora, respectivamente). El equipo del “Mucho gusto” venía hace tiempo haciendo un precioso trabajo, y siento que me integré a algo que ya venía desarrollándose y se me hizo muy cómodo y entretenido. Por otra parte, con José (Antonio Neme) habíamos trabajado harto tiempo juntos en TVN. Además me reencontré con mucha gente que no sale en cámara, pero que sí forman parte del equipo.
Hace unos días, en “Alfombra roja” publicaron una columna que hablaba sobre ti, que decía que tú eras como una suerte de “dueña de casa”: amorosa y recibidora en el set; ¿te lo han dicho?
Lo agradezco tanto, porque me gusta que sea así, ser buena anfitriona, hacer que quienes llegan al programa se sientan bien. Que el equipo otra vez se sienta contento es resultado del trabajo de muchas personas.
¿Tuviste ese nivel de compañerismo que tú estás manifestando cuando empezaste?
Cuando partí sí, siempre partners, súper buenos compañeros, y queridos todos. Creo que he tenido mucha suerte de trabajar con los mejores animadores de Chile, y con gente súper talentosa.
¿Tienes un top tres de tus mejores compañeros en cámara?
(Ríe). No soy profe como para poner notas ni hacer ranking, pero sin duda con Felipe (Camiroaga) y Julián (Elfenbein), que están en mi corazón, pero también Gino (Costa), y el José (Antonio Neme), que es un compañero divertido, ágil, desafiante y muy entretenido. Con Felipe y con Julián también viví eso, porque venían de esa escuela de reírse de uno mismo.
Me dijiste que tuviste una invitación internacional, háblame de eso…
Uh, era un matinal en la televisión mexicana. Sería animadora en México ahora, imagínate (ríe). Había una chica mexicana, una colombiana y faltaba una argentina o una chilena y me llamaron.
¿Lo pensaste?
Sí, lo pensé harto, pero al final, no sé, los chilenos tenemos eso de la familia y el arraigo, así es que finalmente me quedé y no me equivoqué.
Hace un tiempo le pregunté a Diana Bolocco quién era la animadora más importante de la TV para ella, y te mencionó a ti…
¡Qué linda! Me lo ha dicho a mí también. Es una persona súper bonita y cariñosa, una querida amiga.
Karen, ¿por qué no has animado el Festival de Viña del Mar?
Yo creo que Viña es fantástico, y siempre es algo que está ahí y que me preguntan recurrentemente. Yo creo que en algún minuto se podría dar, ¿por qué no? Siento que he estado animando festivales tan lindos como el de Talca o el de Olmué. Un año estuvimos en veinte festivales en Chile y me encantan, los disfruto, y adoro estar en el escenario. Me encantan los eventos masivos, presentar a los artistas… Es que además los conozco a todos, entonces sientes una conexión muy especial.
En algún minuto llegará, y si no, bien también, no se me va la vida o pienso recurrentemente en ello, pero claro si llega el momento, creo que cualquier animador estaría feliz de estar en Viña y, por supuesto, yo también.
¿Cómo viste a la María Luisa en el festival de Viña?
¡Bien! Súper bien y me puso muy contenta cuando a TVN le tocó tener a la mujer arriba del escenario en años de reivindicación femenina. Fue súper bonito, y por supuesto que la celebramos, y estuve en primera fila aplaudiendo y también como jurado. Lo pasé increíble, lo mejor es ser jurado (ríe).
¿Carreteaste mucho?
(Risas). Es que no tienes tanta responsabilidad en términos de la conducción o de llevar el evento que se espera, entonces lo pasas bien.
Don Francisco viene anunciando una retirada desde hace harto rato, ¿quiénes serían, según tú, los rostros que naturalmente van a sucederlo?
Mira, como que no le queremos creer mucho que se va, porque tiene más energía que todos nosotros juntos. Tiene una fuerza, y se la juega de verdad por esta obra que es maravillosa. Yo tengo mucho compromiso con la Teletón, creo que he visto el cambio y el cómo rehabilita a Chile hace ya tantos años, además he visto cómo trabajan con los niños y sus familias. Soy embajadora de dos regiones, Arica y Parinacota y la región de Tarapacá, y nuestro compromiso es todo el año. Entonces creo que somos todos diferentes. Teletón es de Chile, y siento que tenemos don Francis para rato.
¿Hay algún animador presente hoy día en la pantalla chilena que tú admires particularmente?
¡Sí!, por supuesto, admiro y adoro a Julián (Elfenbein), creo que lo hace fantástico, y tiene un humor y una capacidad de reírse de sí mismo. Siento también mucha admiración por Pancho (Saavedra) y esa conexión que tiene con Chile, también su entrega; es un tremendo comunicador. Me encanta la alegría y la espontaneidad del Gino (Costa), y bueno, de José (Antonio Neme) siento que entre los dos nos potenciamos de una manera fantástica. Lo paso muy bien con él, y disfruto cada programa.
Mencionaste varias personas que son abiertamente gais, y que probablemente hace diez años no hubiesen tenido una cabida protagónica en la televisión. Eso habla de un Chile súper distinto y cambiado, ¿lo ves así?
Sí, un Chile más diverso, más amoroso, y más alegre. Me encanta. Creo que a veces la sociedad va empujando a la tele, y otras veces la tele va empujando a la sociedad civil. Quien sí va súper rezagado es el Congreso.
Aborto terapéutico, derechos sexuales reproductivos de las mujeres o matrimonio igualitario, todo eso se hablaba en los paneles de televisión antes que en el hemiciclo, así es que me encanta que tengamos esta televisión comprometida con la diversidad.
¿KAREN CANDIDATA?
Es innegable que Karen posee un nivel de conexión con la gente que envidiaría cualquier político, cualidad que puso al servicio de las campañas presidenciales de su marido Marco Enríquez-Ominami y que en más de alguna oportunidad la han situado entre los posibles nombres para enfrentar desafíos políticos fuera de la pantalla.
A propósito de familia, ¿te imaginaste siendo primera dama en algún momento?
Obviamente que sí. Comparto mi vida, convicciones y sueños con Marco. Además, sí estuvimos dispuestos a ser gobierno. Me ha tocado recorrer tantas veces Chile por Teletón, Hogar de Cristo, “Mamá a los 15”, y por tantos programas, y con Marco también lo hice. Así es que creo que también conozco las alegrías de nuestro pueblo y los dolores, especialmente de las mujeres.
Esa conexión que tienes con los temas sociales es uno de los elementos que te hacen tener tanta sintonía con las personas, ¿eso te lo da el haber recorrido el país o el ser periodista, quizá?
Los periodistas somos bien críticos de nuestra profesión, pero también la carrera nos da una base, una forma de ver la realidad. Creo que tengo la suerte de haber recorrido prácticamente cada rincón de ese Chile profundo, donde es súper emocionante ser como parte de la familia. Eso de entrar tantas veces a despertar a las familias, tantas veces a saludarlos, acompañarlos o informarlos. Siento que es muy bonito estar en las casas y más lindo aún estar en el corazón de la gente.
Hoy tenemos un Congreso lleno de personajes de la farándula, o personajes que provienen del mundo de la televisión, ¿has pensado en dejar de ser la acompañante de tu marido y tomar un rol político?
Yo nunca me he sentido acompañante de Marco, no siento que vaya atrás, siento que voy al lado; de hecho, muchas veces me tocó asumir la vocería. Me han ofrecido estar en el Congreso y no, no, no me gusta, no me gusta el Senado, ¡no me gusta! No me gustaría un cargo de elección popular.
Pero tienes claro que ganarías por lejos…
No me gusta y siento que no es tan constructivo ese espacio. Creo que a veces logramos más consenso pensando distinto con el José en el programa, que lo que logran en el hemiciclo.
Hablemos de Marco… ¿Te ponía nerviosa como esposa cuando lo invitaban a entrevistas en TV y le tocaban temas personales? Te pregunto porque varias veces hablaba mucho…
(Ríe). Lo conocí así, díscolo, entonces estoy acostumbrada. Bueno, lo conocí como cineasta, pero siempre era un referente del mundo político, por un tema también familiar de él, entonces siempre convivimos con eso, y la transición entre el mundo privado, familiar, político y televisión fue bastante permeable, entonces transitamos así de un lado a otro con mucha naturalidad.
¿Cómo es el Marco papá?
Marco papá es genial, es bien estricto, pide harto rigor y está siempre pendiente. También es muy exigente, es súper estricto con la Manuelita en términos de que lea, que se prepare bien y que manifieste su punto de vista. Yo soy como un poquito más laxa, y en eso Marco es mucho más riguroso. Creo que la educación francesa como que le pesa harto. Bueno, la Fernanda politóloga, la Manuelita va a estudiar Filosofía, ambas muy preocupadas del mundo de las ideas, que me encanta.
“POR MUCHO TIEMPO FUIMOS LAS DOS SOLITAS”
Karen formó una familia con Marco, quien vino a complementar la familia que Karen tenía con su pequeña hija Fernanda, y que más tarde crecería con la llegada de su hija Manuela.
Karen, te leeré unas palabras y luego las comentamos: “Crecí con una mamá talentosa que se esforzó mucho en llegar hasta donde está y eso me llena de orgullo, es lo mejor saber que cuento con ella incondicionalmente”. Imagino que reconoces a Fernanda en esas palabras…
¡Ay, qué linda…!
¿Hay una sensación de “hice bien la pega” al escucharla?
¡Sí!, pero como que siento que todavía la estoy haciendo. Estamos cerca siempre, a pesar de que no estamos todo el día juntas. La Fernanda vive sola, pero evidentemente en contacto siempre, y me siento muy orgullosa de lo que hace, de lo inteligente que es…
Ella dijo también en el mismo medio que por mucho tiempo fueron solo las dos, y que después llegó Marco cuando ya tu hija tenía ocho años. Me imagino que al vivir solas las dos se genera un nivel de cercanía mayor al de cualquier historia madre e hija…
Sí, pero también está lleno de historias así. Mujeres con su hijo o mamás solteras que salen adelante. Pero por supuesto que tenemos una relación muy especial.
En algún momento de tu vida estuviste con matinales y con niñas en el colegio y tratando de llevar una familia con proyectos y todo… ¿Hubo algún momento en que quisieras hacer blackout y tener ganas de arrancarte?
Y con estelares en la noche también (ríe).
Estelar y matinal el mismo día… ¡OMG!
No tenía tiempo ni para el blackout, era como recuperarse para el día siguiente, pero estaba fascinada y muy entretenida. Hubo un momento de cansancio, sí, pero estaba contenta.
DEJAR LA CASA DESPUÉS DE 30 AÑOS
Karen, ¿el cambiarte de canal generó una sensación como de colegio nuevo?
Pasa eso, sí, pero conocía ya a tanta gente ahí… Conocía a Gianfranco Dazzarola, que fue mi jefe, que estuvo en TVN tanto tiempo. El José, la Paulina, Roberto, pero también a Álvaro Suárez, César, a todos ellos, que es llegar a un colchoncito de cariño. Y a los que no conocía, ha sido maravilloso conocerlos y poder trabajar con ellos; los admiro mucho. Con la gente que trabajamos tanto tiempo en TVN nos une más que un canal, entonces nos hemos seguido viendo y teniendo mucha amistad, cariño. Estamos siempre pendientes del otro, así es que también hemos podido mantener el contacto.
Viviste tiempo de matinal en el apogeo de la farándula, donde se hacía ¡mucha farándula! ¿Sufriste algún momento complejo siendo protagonista?
Sí, bueno, yo creo es parte del hecho de ser conocidos, de ser “famosos” y es algo común que viene como incluido. Ahora, yo creo que esas épocas de aumento de la farándula también ocurrieron porque estaba ese espacio disponible por un vacío de discusión interesante. Frente a la ausencia de debate interesante, la farándula como que encuentra un espacio.
Has tenido varios premios como animadora, como el Copihue de oro, pero también fuiste Reina Guachaca… me imagino que tiene un sabor distinto, ¿no?
¡Sí (risas), porque es vitalicio! Es muy especial.
Además, este premio representa más que “ella es la mejor”, es como “ella es de los nuestros” …
Sí y me encanta, porque es un premio que entrega la gente, vota mucha gente. Estuve con Fernando Farías en esa oportunidad y fue súper bonito. Lo pasamos fantástico. Es muy lindo también destacar esta parte de nuestras tradiciones, y el ser guachaca es todo eso, que te guste la sobremesa, echar la talla…
¿Eres guachaca?
¡Sí! Humilde, cariñosa, y republicana (ríe).
EL MOMENTO MÁS DURO DE LA ANIMADORA
Karen, te voy a llevar a recordar una fecha, el 2 de septiembre de 2011 que fue la tragedia de Juan Fernández. ¿En qué momento televisivo te encontrabas? Me imagino que debe haber sido muy duro y, además tuviste que seguir trabajando…
Sí, y ¿sabes qué?, creo que fue un error seguir con el matinal durante ese tiempo, y lo hemos dicho hartas veces, también con Julián y con el equipo, que en ese minuto estaba súper golpeado. Sin duda Felipe era el más visible, pero también estaba Roberto, y también estaba el resto de nuestros compañeros del canal que veíamos todos los días, entonces fue una tragedia que impactó en TVN, que impactó a la familia del canal, que impactó a todo Chile. Fue un duelo en distintos niveles. Hasta el día de hoy es inexplicable, injusto y súper poco claro también en términos de lo que realmente pasó.
Tener que seguir hablándole a la cámara con relativa calma, comunicando cosas que te estaban afectando debe haber sido profesionalmente un desafío.
Yo no sé si pudimos seguir hablando con tanta calma, porque fue súper complicado. A Julián le tocó en ese momento… al día siguiente abrir el programa, y fue súper difícil. Fue un momento de tanta tristeza, pero al mismo tiempo siento que el país estaba muy unido en términos de hacer un abrazo grande, de norte a sur, que mantenía una esperanza todavía en ese minuto. Todavía cuesta pensar en ese momento, porque todo partió un día viernes y realmente nadie regresó.
¿Recuerdas cómo te enteraste?
Me llamó la Andrea, la señora de Roberto. Yo estaba en el cumpleaños de mi hija, y la Andrea me pregunta “¿supiste qué pasó?”, y la verdad es que no sabía nada. Llamé al canal, llamé al tata y ahí él me contó. Pero hasta ahí lo único que se sabía era que el avión había perdido contacto. Después la incertidumbre era demasiado grande, entonces me fui a mi casa, con Marco pasamos a buscar a la Andrea, la llevamos al grupo 10 de la FACH y ahí nos fuimos hasta el canal.
A propósito de eso, se vivió un momento histórico en televisión que fue esta unión de los animadores que incluso se pasaron de canal esa mañana.
Sí… qué impresionante cuando vinieron los animadores de los otros canales. Entraba alguien y abrazaba a los que estábamos ahí, porque íbamos cambiando, un rato uno, otro rato otro, entonces entraban simplemente sin pedir permiso, porque era como un lugar donde todos llegaban. Una especie de santuario, como para simplemente entregar cariño, un abrazo o llevar una flor. Fue bien emocionante eso de recibir a la gente que llegaba simplemente a contar anécdotas, narrar recuerdos, y uno va transformando el dolor en recuerdos dulces. Cuando se empiezan a contar: “Mira y te acuerdas cuando pasó eso…”. Los duelos también se viven así y este fue un duelo colectivo y nacional.
Ustedes estaban conduciendo un programa, y al mismo tiempo sabían que había gente en su casa sufriendo con ustedes.
Sí, y también esperando el tono nuestro, creo que eso fue bien especial. El tono, y el ánimo; también siento que cuando uno prende la tele también encuentra eso. Además, fue un momento de duelo nacional. Era un duelo para el canal, pero también para todo Chile fue un momento tremendo.
Karen, la vida pública tiene varios desafíos también y peligros que en el fondo pueden perjudicarte demasiado cuando la gente se fija en tu vida privada. En el caso de Tonka, quiero saber, ¿cómo empatizas como animadora y como mujer? ¿Te imaginabas que algo así podría pasar?
Yo creo que nadie, pero también uno sabe que el hecho de ser conocido arrastra la posibilidad de que se fijen, que escudriñen en tu vida, en lo que haces, y en lo que dejas de hacer. No solamente eres medido minuto a minuto en lo que haces frente la pantalla, sino también en tu vida privada. (A Tonka) la conocemos, le tenemos cariño…
¿Son amigas?
Me toca compartir habitación con ella en Teletón, y a pesar de la buena onda y el cariño, no hemos llegado a que me invite a su casa o algo así, o que nos juntemos, pero sí hay cariño.
¿Con tal nivel de exposición se vive con miedo?
No, para nada, con ningún tipo de miedo. Yo vivo con mucha naturalidad y confianza.
Karen, tienes más de 50 años, que no se notan en lo absoluto…
Sí, a veces lo siento mucho (ríe).
¡Para nada! Además de la vitalidad, te ves súper…
Hay días que me siento de 18, y otros que me siento de 90.
No se te notan nada tus 50 años, ¿cómo se logra eso?
Ay, no sé, yo soy esencialmente gozadora, feliz y bastante sana. Jamás he tomado nada, pero no porque me cuide, sino que de verdad no me gusta nada. Tengo una actitud positiva, soy especialmente alegre, optimista y también muy sana. Claro que me gusta el helado, por ejemplo, pero sana.
¿Eres de rutinas, skin care, ejercicio, alimentación, gimnasio?
No, nada (ríe), llevo dos clases de Pilates. Y Angelina me cuida muy bien la piel y el pelo.
Viviendo en un ecosistema de tanto ego (se dice que la Teletón, por ejemplo, es el “Universo del codazo”), ¿cuesta mantenerse humilde y con los pies en la tierra?
No, yo creo que eso sale naturalmente, y siento que honro a mis papás también, honro a mi familia con mi comportamiento y con la forma de ser. El secreto es ser siempre generosa con todo quien esté acompañándote en la animación.
Eres una mujer que ha roto este paradigma tan instaurado del animador con su coanimadora. Tú has roto esto de que la mujer vaya acompañando como segunda a bordo, y a partir de ti se puede generar una tendencia, ¿lo ves de esa forma?
Espero que sí, para mí es fantástico también que tú me lo digas. Me encanta la idea de que las mujeres tengamos protagonismo y que seamos valoradas, que podamos ser capaces de desafiar también a un sistema que, hasta hace poco, era más bien machista.
Hagamos memoria… Un programa que hayas hecho y que ames hasta el día de hoy y uno que pienses que nunca deberías haber tomado.
No debería haber tomado “Familia y jaques”, ya que nunca lo entendí. Le decía al Frido, que en ese momento era mi jefe: “No entiendo el programa, no lo quiero hacer” (ríe), todavía no lo entiendo. Un programa bueno… “Pase lo que pase” y “Mamá a los 15”, que trataba de embarazo adolescente, niñas, madres, un programa que me gustó mucho hacer porque las acompañaba en el momento más importante, probablemente, de sus vidas. Hacerle seguimiento desde el punto de vista de la tele, su realidad, la familia, ellas, y sus pololos… Era demostrar de alguna manera que el amor de los 15 no es el amor de la vida, que hay que seguir estudiando. Además, en ese momento había un aumento considerable de casos de embarazo adolescente, por lo que creo que fuimos un aporte para remecer a la juventud.
Tu fuiste mamá joven igual…
Tenía 25, pero yo en ese minuto no me encontraba nada de joven, para la gente de hoy yo creo que lo es.
Karen, el llevarte el éxito contigo en el cambio de canal también debe llevar una cuota de responsabilidad, ¿cómo te sientes con la gente que te elige?
Agradecida con ellos que les dije que me acompañaran. Yo tenía muchas ganas también de estar en un programa franjeado, diario.
Te quería preguntar por José Antonio Neme, de quien hablas con mucho cariño. Has logrado con él un nivel de cercanía…
¿Sabes quién es muy amiga del José? Mi suegra, es íntimo de mi suegra, de la Manuela Gumucio. Ha viajado con ella, son súper amigos. Mi familia le tiene mucho cariño, Marco, mis hijas y yo, así que este ha sido un bonito reencuentro.
Él señaló que le hicieron un desaire muy grande en la gala de Viña, que casi ni lo entrevistaron y que tú le dijiste: “No importa, esto es así”…
Sí, fue su primera gala, entonces iba súper buen mozo e ilusionado y con mucho tiempo de preparación. Además, es un momento súper lindo, que teníamos muchas ganas de vivir y para la gente encontrarse con su artista también. Entonces ya había partido extraño cuando íbamos llegando y la gente estaba tan lejos, que querían saludar y no podíamos, porque llegábamos en la van y nos pasamos a otra y así. Pero sí, estuvo mal planteado, pero también siento que cuando Mega tenga algún evento así masivo, y tengamos que invitar a nuestros colegas de otros canales, los vamos a recibir, querer y tratar muy bien.
Hay varias mujeres en el mundo, no necesariamente en Chile, que han levantado banderas de lucha contra la discriminación que existe contra las mujeres de edad. Se les empieza a castigar cuando tienen más de 40 o 50 años, y se empiezan a restar los espacios, ¿cierto?
Hoy en día no vemos, por ejemplo, rostros de televisión de muy avanzada edad, y no pasa eso con los hombres, porque todavía existe esa diferencia. Hemos avanzado, pero el mundo sigue siendo machista, Latinoamérica lo es y Chile, a pesar de haber tenido una presidenta, sigue siendo bien machista. Y bueno, la televisión también es un reflejo de la sociedad.
Karen, ¿eres la animadora número uno de la televisión chilena?
No (ríe), espero serlo algún día.
¿Qué te hace falta?
No sé, creo tampoco me gusta esto del ranking. Lo que más me importa es ser la número uno en el corazón de la gente.
¿Y recibes a diario también ese reconocimiento?
Sí, sí, ese cariño es mucho, todos los días. #SARAH
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