Chile tiene pocos íconos de la cultura pop que permanezcan en la memoria colectiva, y Karen Paola (36) es uno de ellos. ¿Las razones? Lanzó su carrera artística en uno de los programas más exitosos que podamos recordar, vendió más de 50 mil discos en su álbum debut, protagonizó teleseries, y tiene una decena de éxitos que son verdaderos “tesoros musicales” para toda una generación a la que le cuesta llamarla Karen Bejarano, y prefiere seguir llamándola por el nombre artístico con que nos cautivó hace ya casi dos décadas.
Pero ¡hay mucho más de Karen que sus éxitos nacidos en Mekano! Ha tenido una larga trayectoria en TV, hoy forma parte del elenco de Mucho Gusto, y planea escribir un libro relatando la forma en que logró superar el episodio de filtración de fotografías íntimas desde su teléfono. ¿No le gusta que la llamen Karen Paola? Teníamos la misma impresión al empezar esta entrevista, pero eso es solo uno más de los mitos que se tejen alrededor de Karen, la mujer, madre y artista que se desmarca de la sexualización que hoy se critica del extinto Mekano, pero que lo reconoce como parte de su historia y de su vida.
KAREN PAOLA
Karen Liecelotte Bejarano Flores tenía 17 años cuando bailó frente a los reclutadores del programa Mekano de Mega. Al darse cuenta de que no la estaban mirando, decidió esconderse detrás de las graderías esperando mimetizarse en otro grupo de postulantes y así tener una “segunda oportunidad”. Fue ahí donde la observó Álex Hernández: “¿Eres cantante?”, le preguntó. “¡Sí!”, respondió ella. De cientos de participantes, fue una de las dos seleccionadas.
Una vez dentro del Team Mekano, y en un juego televisivo, José Miguel Viñuela intentó adivinar el segundo nombre de la artista, pero no lo logró. Propuso un par de combinaciones, pero fue Karen Paola la que gustó a todos.
¿Te reconciliaste con tu nombre artístico?
¡Es falso que odio Karen Paola! Es el nombre con el que me hice conocida. Nunca me hizo sentir mal. Además, ahora está Danna Paola (ríe). En un canal me empezaron a decir Karen Bejarano para desligarme de Mekano, pero amo Karen Paola. Es perfecto.
JUVENTUD, DIVINO TESORO
Fuiste una de las participantes más exitosas de Mekano, ¿cómo recuerdas esa época?
¡Uy! Una época muy distinta, todo costaba más. Ahora con las redes sociales puedes generar contenido y si es entretenido la gente te apoya. En mi caso era súper difícil porque venía de un sector humilde, no tenía ningún pituto… Pero eran tantas mis ganas que sabía que podía conseguirlo.
Y eras súper chica…
¡Sí! A veces, no tenía las lucas ni para moverme y los fans del programa se quedaban esperando la micro conmigo hasta tarde o me iban a dejar porque algunos tenían papás con auto. Siempre me sentí más parte de esas personas que dentro del Team Mekano, porque ahí nadie me pescaba. Me tuve que ganar a los cabros con el tiempo.
Sabemos que hoy Mekano no tendría cabida en la TV, porque vivimos en una sociedad distinta. ¿Viviste situaciones que hoy te cuestionas?
¡Claro! Me cuestiono el haber dado espacio a que se metieran en mi vida privada. Uno entraba en una dinámica de docurealidad. Prácticamente vivía en Mega. Era imposible que no hubiese conflictos, romances… Éramos como un curso: estábamos todo el día juntos. Me hubiese gustado tener más carácter y haber dicho que no desde antes.
Existía una sexualización muy fuerte de las mujeres, ¿no?
¡Sí!, y de los hombres también. Ojo, en ese tiempo el axé trajo la ropa cada vez más chica. Nuestro referente era Britney que usaba pantalones que no tapaban nada, pero era la moda del momento y cada una se ponía lo que quería. Yo era más recatada porque era más niña, y porque nunca me sentí sexy. No era la mina rica ni linda, yo era la chistosa y la que cantaba.
¿Había bullying en el programa?
(Piensa) Es que antes el bullying no tenía nombre, ni la importancia de ahora. Nos molestábamos entre todos, cada uno tenía un personaje: Ronny era el que no bailaba, pero galán; Carlita la niña rebelde y linda; Monty la niña sensual, pero pura; Cata Palacios muy ABC1; Cathy era la más grande y la molestaban por la edad.
¿Karen Paola era un personaje que construyó Álex Hernández (director de Mekano)?
No, de hecho, hubo una reunión para definir el rol de cada uno en el programa, y me sentí mal porque me dijeron que siguiera siendo yo. Recuerdo que llegué a mi casa angustiada, pero mi mamá me dijo: “Hija, eso es buenísimo. Lo rico de tu personalidad es que a la gente le gusta tal como eres”.
¡Así es! ¿Tienes amigos de aquella época?
¡Sí! Rogelio y Caco, porque son muy amigos de mi marido, ¡son como hermanos! Pero amigas de esas con las que uno habla todos los días, no tengo. A la Dani Aránguiz y Nicolson las quiero mucho. Nicolson fue la primera que me acogió cuando el resto me miraba raro. Me invitaba a sus carretes, a su casa, me prestaba ropa. Nunca olvidaré su bondad.
¿Había rivalidad con Rojo, el programa del otro canal?
¡No! Creo que la gente inventó rivalidades porque íbamos a la misma hora, pero éramos muy distintos. Nosotros no estábamos concursando por talento. Nos encontrábamos en eventos y carretes. Quiero mucho a Yamna, Maura, Dani Castillo, Rodrigo; nos llevábamos súper bien… Tengo más onda con los de Rojo, fíjate (ríe).
Me dices que no te considerabas la mina rica, pero sin duda tenías talento. Mirando en retrospectiva, ¿no eras más Rojo que Mekano?
No sé… creo que eso sería cambiar el curso de mi vida, y en Mekano conocí al hombre que amo. Tengo recuerdos demasiado importantes para mi carrera, y no sé si en Rojo, con tanto talento, hubiese tenido esa visibilidad.
WOMAN POWER
En marzo de 2017, Karen sufrió la filtración de fotografías íntimas desde su celular, noticia que fue un festín para los programas de farándula de la época, y un tormentoso episodio de su vida que aún no sana por completo. “Tuve una depresión súper grande, cuando era más chica tuve bulimia, y me volvió. La gente no se da cuenta del daño que puede generar”, reflexiona.
¿Cómo te sientes ahora?
Creo que en Chile hay un doble estándar gigante. Las mujeres hemos luchado por igualdad, porque se nos deje de mirar como un objeto, por poder andar libres por la calle. Me angustia pensar que esto les sigue pasando a otras personas. Yo tuve una visibilidad tremenda, era cosa de ver los diarios; en vez de darme apoyo era tema de conversación en programas de farándula, y no era un tema de farándula. Yo sufrí una extorsión.
¿Crees que faltó empatía?
Es que me da la sensación de que en este país no hay una educación de respeto hacia el otro. ¿Cómo puedo ser empático con otra persona que lo está pasando mal? Dejándolo tranquilo. No soy empático gritándole en el supermercado: “Oye, estoy contigo”, porque me pasó.
¿Te afectó mucho lo que se dijo de ti en la prensa?
Sí, nunca me voy a olvidar de personajes que yo consideraba buenos profesionales, personas que me conocen y que sin preguntarme cómo habían sido los hechos, dijeron que yo había inventado todo, que quería tele. Se hablaba del video prohibido de Karen y ese video es de una actriz porno argentina… y aunque fuera mío, ¿por qué pueden festinar con mi vida sexual? ¿Por qué a la mujer se le castiga tanto?
¿Sentiste ese castigo en los comentarios de la gente?
¡Uf! Pero yo no podía andar casa por casa diciendo: “Esto no fue así”. En algún momento me angustié a tal nivel, fue tanta mi depresión, que sentía que tenía que responder todos los mensajes que me mandaban en redes sociales.
Hace poco un Instagram de noticias publicó que se comenzarán a sancionar estos delitos, y tú comentaste con emojis como diciendo, ¡por fin!
Es que las leyes en Chile son una cagada, hay solo seis leyes contra delitos cibernéticos. Me topé con personas en la calle, en Instagram, que me contaban que les había pasado lo mismo. Pretendo escribir un libro respecto a esta situación y contar mi experiencia, cómo logré sanar, y que aún con mi visibilidad pude salir de eso. Ahora puedo hablarlo, pero en un principio no, estuve encerrada siete meses en mi casa, tenía periodistas afuera todo el día; fue terrible.
¿Sientes que eres parte de una lucha?
Sí, o sea fui a hablar al Ministerio de la Mujer, me asesoré con Humanas, un movimiento de abogadas feministas; me movilicé en todas las marchas porque me interesa que no le pase a nadie más.
DIVA DEL POP Y LA TV
Hace poco vimos un video de España donde un grupo de personas cantaba “Dime”, bajo la nieve, pero muchos quedamos desconcertados porque no era tu voz.
Mucha gente decía “nos engañó”, y nunca he dicho que la canción la compuse yo, la canta Beth y es de un compositor español con quien aún tengo contacto. Es muy amoroso; siempre estuvo muy agradecido de que su música traspasara las fronteras. Ambas somos intérpretes, no es un cover.
¿Por qué tus discos no están en Spotify?
Porque son discos muy antiguos que pertenecen a sellos que ya no están en Chile. Hay un tema con los derechos que no han querido soltar. El año pasado empezamos el trámite, pero con la pandemia quedó estancado.
Además de cantante y comunicadora, eres influencer, ¿cómo te manejaste en esto?
Generar contenido se volvió mi trabajo. Me di cuenta de que todo lo podía hacer desde el iPad y el iPhone. El año pasado comencé a hacer un live llamado “Lunáticas” con una amiga y lo hicimos aprendiendo de a poco, a través de tutoriales de YouTube y con ayuda de mi marido que es comunicador audiovisual. Él me enseñará a editar mi próximo podcast, y lo voy a hacer todo desde mi MacBook.
¡Nunca te despegas de las comunicaciones! ¿Cómo te sientes ahora con esta oportunidad de volver a Mucho Gusto en un espacio de talento infantil?
¡Soy la hija pródiga! (ríe). Soy jurado junto a Jaime Coloma, a quien admiro demasiado. Que estuviera él me hizo más fácil la decisión de volver, y a ese equipo lo quiero mucho. Han ido niños muy talentosos en diferentes disciplinas. Estoy feliz.
La época de Mekano fue un verdadero semillero de figuras de TV. El “team” tenía a muchos jóvenes, pero los que sobrevivieron y siguen en TV deben ser solo un par, ¿qué tenías tú de diferente que te ha hecho permanecer en la mente de las personas?
¡No lo sé! (ríe). Creo que siempre lo quise, traté de aprender, soy observadora. Karen Doggenweiler es mi referente, la encuentro chistosa, rápida. La puedo ver hablando con un político y jugando en Pase lo que Pase. ¡Le creo todo! Cuando la conocí le dije que la admiraba y que me encantaría ser como ella, así de versátil.
¡Tú también tienes ese carisma!
¡Gracias! Pero sabes, siempre quise un poco más, no de ambiciosa, sino porque me gustaba aprender. El programa que más me encantó hacer fue “Vuelta la Manzana”, porque compartí con la gente, conocí sus historias. Es donde he sido más feliz en TV.
¿Te sientes más cómoda en la música o en la TV?
En la música, porque es parte de mi alma. Podría vivir sin hacer TV, pero no sé si podría vivir sin hacer música. Me da pena porque en Chile no hay muchas opciones y un cantante necesita de los sellos para internacionalizar su carrera, como Paloma Mami. Salir de Rojo fue lo más inteligente que pudo hacer.
Paloma se desligó de Rojo para romper un molde, ¿tú sientes que tienes el estigma de chica Mekano?
Creo que es algo que me acompañará toda la vida, en la prensa siempre ponen “ex chica Mekano”. Mucha gente dice: ¿por qué quieres renegar de ese pasado? Y no es eso, es que no es lo único trascendente en mi vida. He hecho tantos programas, tengo discos doble platino…
Hablando de discos, ¿planeas volver a la música?
Planeo, de ahí a que pase…
¿Pero estás trabajando en algo?
Ya no, estuve en un momento, pero me desligué de ese lugar, tengo que encontrar a las personas correctas.
¿Se viene una versión 2021 del clásico “Amiga” con Ximena Abarca?
Queríamos hacerlo, pero Ximena está en otro país. Me gustaría hacer una versión más moderna, media reguetonera, con algún otro artista.
¿Y con quién te gustaría colaborar?
Soñando, con Jennifer López, ¡obvio! Además, somos un poco parecidas, somos latinas (ríe). De acá, Denise Rosenthal; la admiro mucho, me encanta su trabajo. ¡Es una seca! Imagínate “Amiga” cantada por las dos. Yo creo que con eso el mundo se puede acabar (ríe).
ESTALLA EL CORAZÓN
“Acuariana con todas sus letras” se puede leer en la descripción de su Instagram. “Es que soy muy acuario: intensa, creativa, amiga de mis amigos, muy leal, me cuesta demostrar lo que siento, pero una vez que lo demuestro ¡no me guardo nada!”, señala. Y esa es una conexión que tiene con el mundo espiritual que va más allá de la astrología. Karen es mágica, transmite paz, cree en la vida en otros planetas, pero, por sobre todo, cree en el amor.
Tienes una de las relaciones más estables de la TV, ¿cuál es el secreto?
La comunicación, hablar las cosas, incluso cuando te duelen. Con Juan Pedro no tengo ningún secreto, me conoce al revés y al derecho, y cuando la persona que amas te acepta sin importarle tus días buenos y malos, no tienes que salir nunca más de ahí.
¿Qué te llamó la atención de él?
Él siempre fue un gallo distinto, porque en la tele los hombres suelen volverse un poquito frescos. Nunca dejó de mirarme con ojos de amor. Me siento muy afortunada por el hombre que tengo al lado, y además de inteligente, es ¡minazo!
¿Te gustaría tener más hijos?
¡Sí! Durante mucho tiempo yo decía: “Que sea lo que Dios quiera”, pero en el fondo no tenía tantas ganas, porque tenía una carga laboral importante. Y ahora que la pandemia ha dejado tanto embarazo, no sé cómo a mí no me tocó (ríe).
¿También conocimos una faceta tuya relacionada al cristianismo?
Creo en Dios, pero no profeso ninguna religión. Las religiones nos separan. Creo que hay algo superior en el universo, y vida en otros planetas. En la iglesia había gente a la que le chocaba que yo bailara en Tik Tok, que trabajara en los medios o que cantara pop. Pero no le hago mal a nadie, y eso no me hace menos cristiana.
¿Cómo es eso de que crees en la vida en otros planetas?
Es que no podemos ser tan egocéntricos de pensar que somos los únicos. Hace poco tuve un sueño demasiado espiritual, venían seres de otros planetas y me decían que nos quedamos en la apariencia y no con la esencia. Lo asocié a Dios, él dice que tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo, y eso es algo que no sabemos hacer todavía.
Irradias una energía muy positiva, ¿en qué etapa estás?
Estoy en una reconciliación conmigo. En terapia descubrí que tengo un tema con la culpa, soy culposa desde niña por cosas muy fuertes que viví. En esta cuarentena me di cuenta de que somos tan frágiles. Uno tiene que ir por sus sueños. No hay una segunda oportunidad. Empecé a practicar meditación, a hacer yoga, a decirme frente al espejo que me encuentro bonita. Estoy aprendiendo a quererme.
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