La chica que protagoniza esta historia vivió su infancia en una localidad llamada Moreno, distante a 40 kilómetros del centro de Buenos Aires, y ya a esa edad comprendía que para lograr objetivos en la vida debía esforzarse. Lo hizo cuando descubrió que le gustaba el modelaje y que éste le podría generar ingresos para poder comprar lo que quisiera y no pedir dinero a sus padres. De esta forma inició una muy responsable vida que dividía entre el colegio por la mañana y su carrera de modelo para catálogos de ropa por la tarde.

Para ello, debía viajar todos los días en tren, entendiendo que las oportunidades no llegarían a la puerta de su casa, tenía que salir a buscarlas. Así lo hizo para comenzar este trabajo, así lo hizo cuando firmó con la primera agencia de modelos en la que trabajó, así también fue que con solo 18 años llegó a vivir a México gracias a su belleza y talento, y así también fue que llegó más tarde a Chile, al principio para modelar y luego para abrirse paso en el competitivo mundo de la TV.

Esa niña de 14 años que viajaba en tren cada día para modelar, creció. Y en este camino construyó una carrera y una historia que es digna de contar, ¿su nombre? Melina Noto.

¿A qué edad fichaste para Elite Models?

De hecho Elite fue mi tercera agencia, antes estuve en dos más… Llegué a Chile con otra agencia de modelos.

Pero llegar a Elite es como para un futbolista llegar a la selección…

Completamente.

Háblame de tu paso por México antes de Chile…

¡Lloraba todos los días! Porque estaba muy lejos y además me fui a México con una mano atrás y otra adelante. Fue un momento duro, lo de administrar las platas, todo era complejo. Los primeros tres años viviendo fuera de Argentina fueron durísimos en general.

¿Cómo aparece Chile en tu vida?

Volví a Argentina y de ahí me llama una agencia para hacer un trabajo en Perú, para hacer un comercial de Falabella, y ese cliente pide que me traigan a Chile. Al principio me vine con una agencia llamada Essence y luego con la agencia We Love, y no tuve nada de trabajo los primeros tres meses porque ellos consideraban que estaba muy gorda para modelar. 

¡No te puedo creer!

Sí. Entonces, me mandaban dos veces al día a yoga y a entrenar. Me dijeron, “bueno, nosotros te aceptamos, pero tienes que bajar de peso”.

Estabas en otro país y tenías que autofinanciarte, pero no te daban trabajo por tu peso, ¿así es la historia? 

Exacto. En general el modelaje te paga con harto desfase, entonces estaba acá y vivía con lo que había ganado en México y Perú, pero los ahorros se empezaron a acabar. Entonces empecé a ir a castings de promotora para generar plata, pero ahí enfrenté otro problema, en el mundo del modelaje está el estigma que si sos modelo no podés ser promotora, hay un tema super clasista, muy difícil. Y yo dije, “mira, la verdad es que no me importa. Yo necesito vivir, necesito sustentarme en algo”.

Volvamos a esto de que te decían que estabas gorda, ¿cuánto pesa una modelo a la que le dicen eso?

Por lo menos pesaba 6 kilos menos que ahora.

¿Pero eso es un estándar para las modelos en general?

La verdad es que no, de hecho me sorprendió. El día en que yo llegué a Elite, Ángeles, la directora, me vio, me dijo, “me encantás, firmemos”. No me pesaron, no me midieron, no me traumaron, no me hicieron sentir mal. Ahí entendí que las modelos no son todas iguales, me dijeron que me darían trabajos acordes a mí para que me fuera bien, me cambiaron la mentalidad, me hicieron sentir muy bien siempre.

EL CAMINO PARA NO SER “OTRA MODELO ARGENTINA”

Meli Noto tiene un je ne sais quoi que llena espacios, que ilumina. No tiene que ver con su belleza o su porte de modelo, sino con un intangible difícil de explicar y que, probablemente, haya configurado gran parte de su ascenso desde una pasarela plagada de modelos, a otros escenarios en los que ya no era solo parte de un team, sino ella, Melina, una protagonista. 

La carrera de una modelo es relativamente corta y hay ciertas personas -como tú- que logran trascender y ampliar su carrera, ¿qué es eso que hace que logres ir más allá de la carrera de modelo?

Cuando yo llegué a Chile, una figura que me inspiró mucho fue Lucila Vit. Ella había llegado como una modelo y, en ese momento cuando yo llegué al país, ella estaba conduciendo un programa. Tenía su espacio en Fox, era querida, super respetada y validada, y me gustaba mucho lo que ella hacía, la empecé a ver como referente. Si vos te fijás, estoy más o menos como en el estilo que ella tenía en ese momento.

Me dijiste también que no encajabas en el mundo de las modelos…

Es que yo no era una chica que genéticamente tuviera un cuerpo de modelo, yo me esforzaba mucho por serlo, mucho más que el resto. Hacía muchas dietas, mucho entrenamiento, porque no entraba en el canon naturalmente. Pero luego entendí que no tenía que encajar, había un espacio para mí. 

¿Cómo llega la TV a tu vida?

Mi primer medio de comunicación fue Socialgram, que es un medio digital. Un día me presentaron a Diego, que era el director, y le digo, “¿me podés probar para un casting?” (ríe). Básicamente, le dije, “no me pagues, solo pruébame”, él quedó con cara de, “qué le pasa a esta piba”. Ahí empecé a trabajar con ellos y de ahí pasé a VIAX y a distintos proyectos que me llevan hoy a estar ligada al deporte.

Llegaste a Chile como modelo y de repente te ves con un micrófono en la mano y entrevistando… ¿te sorprendió a ti misma el ascenso?

Mira, no me sorprendió, pero sí lo agradecí muchísimo, porque trabajé para eso, lo construí paso a paso, no es que del día a la mañana terminé conduciendo en TNT Sports. 

De hecho, cuando empecé en los medios empecé a estudiar periodismo, siempre me preparé para esto.

¿Y en qué momento estudias periodismo?

La carrera está pensada en quien quiere trabajar, no tiene la carga que puede tener una universidad tradicional. Además, es un poco más corta la carrera.

Si uno mira el periodismo deportivo hacia atrás, lo va a ver siempre con solo hombres, ¿verdad? Y cuando había una mujer su rol era super sensualizado o incluso sexualizado, y tú vienes a cambiar un poco este paradigma…

Claro, pero yo soy parte de una generación que, para mí, partió con Grace Lescano, con Vero Bianchi. Yo vengo a ser parte y vengo a  robustecer esa parte femenina de poder darle también otra mirada. Yo no soy una experta, no soy una relatora, no soy una persona que tuvo toda su vida ligada al fútbol, pero me he empapado mucho del tema.  

Cuando te ofrecieron estos trabajos en el mundo deportivo, ¿tuviste este pensamiento, esta conversación interna?

Sí, pero ¿sabés qué? Desde el día uno que nos reunimos, en el que hablamos de este tema, lo primero que planteé es: yo no quiero ser una persona sexualizada. O sea, si yo quiero un día vestirme sensual, me voy a vestir sensual, pero eso no va a ser el foco de mi trabajo.

¿Te consideras una mujer sensual?

Yo soy naturalmente sensual. Me considero una mujer que le gusta mucho vestirse apretado, que le gustan los escotes, disfruto de mi sensualidad.

Hablando de las imposiciones, has mencionado por ahí en algunas entrevistas algo sobre la imposición social del casarse y tener hijos, ¿cómo te llevas con eso? 

Hay un tema super fuerte en Chile con el matrimonio. Yo vengo de padres separados, todos mis amigos tenían padres separados, en Argentina es una cultura. No sé si hay mucho más divorcio o soy yo la que he tenido muchos más divorcios cercanos, pero no es tan trascendental el matrimonio. 

¿No sueñas con casarte?

Me encantaría casarme, obvio. Lo disfrutaría un montón. Pero no es una imposición que tengo para la vida, ¿me entiendes? Para mí es algo que si fluye, genial. Y si se da con hijos, genial.  Y si no se da, genial. 

¿Y con la maternidad?

Sí, tengo un deseo super explícito de ser madre. Eso sí, es algo que a mí me gusta mucho porque me encantan los niños. Los disfruto un montón, soy como la mejor tía de la vida, me encanta hacer actividades con niños. 

LA AVENTURA MÁS GRANDE DE MELINA: ENAMORARSE 

Corría diciembre del 2024 y en el marco de la alfombra roja de los Premios Cordillera, cerrando la jornada, hacían su entrada triunfal Melina Noto y Pangal Andrade con una vibra muy de príncipes Disney. Él con un traje oscuro sin corbata y con su inconfundible sonrisa, y ella en un impresionante vestido rojo con un pronunciado escote. Ambos iluminaron la red carpet  en una de sus pocas apariciones públicas. Como era de esperar, los periodistas se agolparon sobre ellos para preguntarles por su historia de amor y otros detalles, pero esta historia nació cinco años antes.

“Hasta el 2024 era una relación bien piola. Probablemente la gente sabía, pero no estábamos en el ojo del huracán. Y todo esto cambia este año, a propósito del reality de Pangal y a propósito también de que tú cada año eres una figura más conocida”, señala Meli.

¿En qué momento te das cuenta que ya no “pasaban piola” y que como pareja estaban llamando la atención de los medios?

Yo creo que fue muy bien pensado, muy bien desarrollado, te hablo de la forma en la que nosotros expusimos la relación. Porque la expusimos en un momento que estábamos consolidados como pareja. Hoy creo que los dos estamos en un momento lindo de la vida, en un momento lindo de la relación, consolidados, con planes a futuro. Entonces, el interés de la gente es positivo y es lindo.

¿Que Pangal se fuera por 7 meses a un reality fue una prueba para esta relación?

Sí, es la prueba más difícil, ver cómo realmente se comporta tu pareja sin vos.

Me dijo Pangal que lo mandaste muy advertido.

No, es que no fue muy advertido (ríe). Si una persona está enamorada, está en pareja, tres meses o un reality o lo que sea no van a cambiar lo que vos construiste durante años. Nos agarró en un momento bien parados. Pero sí, el miedo siempre está, los nervios, la angustia.

Pero una vez que él estuvo en el reality, hablaba de ti de una forma super linda…

Sí, linda, yo no me lo esperaba.  Aparte, Pangal es una persona que no es muy expresiva en general en la vida. O sea, no es una persona que manifieste tantas emociones, entonces yo estaba todo el tiempo con un rostro de ¡wow! Era un permanente shock para mi, pero en el buen sentido. 

Con todo esto, se convirtió en el romántico de Chile y la gente empezó a hablar también de ti, sin estar en el reality…

Sí, siento que él valoró un montón la relación estando ahí y eso se notó. Cuando uno va creciendo al final lo más importante es tener paz, tranquilidad, estabilidad, es saber que estás durmiendo con una persona y que te podés cagar de risa y que le podés contar cualquier cosa y no va a ser un show. Es tener esa complicidad, eso es lo más lindo de la relación.

¿Por qué tardaron tanto en vivir juntos?

A mí no me gusta forzar las cosas. Yo conviví con una pareja anterior y me fue como el culo, me fue pésimo, y no quería que eso se repitiera. Y bueno, Pangal me lo pidió hasta por televisión abierta, o sea, ¿qué más puedo pedir?

Si hoy junto a Pangal miran hacia el futuro, ¿qué es lo que ven para ustedes?

Yo lo siento en familia, me veo de viejita con él. No sé, lo considero mi pareja para toda la vida. No me veo sin él.

Pangal me dijo, “yo no soy el weón que lleva flores y chocolates, pero le estoy construyendo una habitación para que esté muy cómoda”. ¿Cómo se sienten ese tipo de gestos?  Es una cosa super masculina, como protectora…

Sí, super energía masculina. Y creo que también yo tengo mucha energía masculina. Y “Pangui” me lleva a conectar con mi energía femenina. Yo siempre fui una niña que resolví todo sola, desde muy chica. Desde los 18 años vivía sola, todo sola, y siento que él en el fondo me dice, “tranquila, no estás sola. No tenés que hacer todo sola. Podés hacerlo sola, pero también me tenés a mí”.

Un romántico salvaje…

Exacto, él no trae flores, pero va a un trekking y encuentra cuarzos en el medio del cerro y me los trae. Y en lo cotidiano también, si yo estoy en mi sesión del psicólogo, él me trae un juguito de naranja exprimido para que yo tenga mi sesión tranquila. Son detalles no tradicionales, pero sí son detalles muy lindos y muy auténticos.

CUANDO EL MUNDO SE TORNA GRIS

Casi como una maldita regla de vida que todos tenemos muy marcada, cuando las cosas van muy bien, lamentablemente algo puede ir mal e incluso las vidas más plenas y felices tienen ciertos matices que las tiñen de gris. En el caso de Meli, se trata de la reciente y sorpresiva muerte de su hermano Alan, quien era una especie de hermano mayor protector, casi con un rol paternal y al mismo tiempo el mayor fan de Meli, pero un día simplemente se fue.

Hija de padres separados, cuando Meli tenía 8 años su madre sufrió una enfermedad que la dejó atada a una silla de ruedas por dos años, por lo que Alan, su hermano mayor, comienza a tomar un rol de patriarca en esa casa y en la vida de sus hermanos menores. 

“Me acuerdo que la primera publicidad grande que hice fue a los 16 años, era para una cadena de gimnasios. Alan fue y se robó una gigantografía que estaba pegada en una pared y me decía que cuando yo estuviera en la tele, él iba a tener mi primera publicidad guardada. Ese nivel de fan”, recuerda. 

Háblame de Alan, de la relación que tenían y cómo su partida te cambia la vida. 

Mira, de hecho cuando me preguntás por el tema del matrimonio, me pasa que yo no me veo casándome sin mi hermano conmigo, me costaría ver a mis papás y no ver a mi hermano. Él era ese hermano que está en todas. Me acuerdo que yo tenía 17 años y quería salir a bailar, y como mi papá no me dejaba venir sola, él iba conmigo. Tenía 10 años más que yo, era super compañero.  De hecho, el último mensaje que tengo de Alan es… “enana, ¿a qué hora llegas para irte a buscar al aeropuerto?”, porque él falleció un día antes de un viaje programado que yo tenía a Buenos Aires. Yo no tenía que pedirle a nadie que me fuera a buscar, porque sabía que Alan iba a estar ahí.  

Me dices que hablaste con él la última vez el 28, él falleció el 29, tú tenías un vuelo a Argentina el 30. ¿Cómo fue ese primer vuelo en el que sabías que no te iba a estar esperando?

Yo volé el 29 al final, no el 30, y fue terrible. Fue la primera vez que “Pangui” iba conmigo a Argentina y, bueno, entre Pangal, mi cuñado y mi mejor amiga, solucionaron todo, a las dos horas de saber que mi hermano había fallecido ya tenía el vuelo. Y cuando pasa todo esto, en lo único que pensás es en si podrás seguir viviendo o no, pero de alguna forma se puede. 

Me dices que él era tu principal fan. ¿Cómo se sentiría hoy al ver que tienes más de 400.000 seguidores en Instagram, que te has convertido en un referente, que conduces programas de TV?

¿Vos sabés que Alan falleció el día que se estrenó mi primer programa con TNT? El mismo día. Y, nada, sabía el horario, él sabía el horario en que se iba a estrenar, se sentía super orgulloso.

¿Qué le dirías si tuvieras un momento más con él?

A mí no me cabe la menor duda de que hay algo más y que lo volveré a encontrar. Porque también es como una especie de medicina homeopática para poder seguir la vida, ¿no? Pero sí, o sea, definitivamente, yo sé que está orgulloso de mí, donde quiera que esté.

FOLLOW ME

Instagram como plataforma se ha convertido en una fuente de trabajo innegable para nuestras celebridades locales y Meli no es la excepción. La hemos visto colaborando con importantes marcas, haciendo viajes, incluso asistiendo a un mundial, pero la argentina no se deja marear por seguidores o campañas, y asegura que ve a la red social como una fuente laboral en la que muchas veces se debe mostrar un momento lindo, cuando estás viviendo un momento triste. 

¿Qué es lo más bonito que te ha tocado vivir gracias a Instagram?

Ir al Mundial. Pero más allá de los viajes y todo eso, siento que las redes sociales te dan la posibilidad de la ida y vuelta. Antes el famoso era famoso y para uno era inalcanzable, pero ahora se puede compartir con la gente cosas bonitas. Por ejemplo, ahora compartí que a mi perrito lo habían operado y mucha gente me mandaba cariño, buenos deseos… 

¿Te ha tocado ver o recibir mensajes de acoso a través de Instagram?

Me ha tocado recibir mensajes de acoso de parte de hombres, pero siento mucha más agresión de las mujeres, o son muy amables o son muy agresivas. Por ejemplo, con la crítica de algo que te pones o si te ves gorda o flaca, incluso le preguntaron a mi pareja por qué estaba conmigo si soy argentina, “¿por qué no elegiste una chilena?”. Ese nivel de cosas.

“YO PENSÉ QUE LAS ARGENTINAS ERAN UN POCO MÁS VIVAS”

En abril del 2024, Meli estuvo a cargo de animar la Fiesta de la Vendimia de Casablanca, evento que tuvo repercusión nacional, pero no por una buena razón. Mientras se presentaba el grupo chileno Glup!, su vocalista, Koko Stambuk, intentó dar un beso en la boca a la animadora. Meli rápidamente corrió la cara y señaló que tenía pareja, tras lo que el cantante señaló la tristemente célebre frase, “yo pensé que las argentinas eran más vivas”.

Cuéntame cómo viviste en primera persona la escena de acoso de Koko Stambuk en Casablanca…

Mira, es un tema del que nunca he hablado, creo que se le dio más vuelo del que yo hubiese querido. Pero básicamente pasó que yo no quería y estaba en todo mi derecho de decir que no quiero algo. Yo no estaba acostumbrada a esto de que pidan el beso en los festivales, era mi primer festival.

Pero decir abiertamente que no también es una responsabilidad que asumes para ser ejemplo, ¿no?

Lo veo así. ¿Qué pasa si a mi sobrina le pasa eso y no quiere dar un beso?, ¿qué ejemplo le voy a dar yo?, ¿que lo hago sin querer o que pongo mi límite? Yo simplemente puse un límite, nada más.

¿Denunciaste?

Yo no puse una denuncia, la municipalidad sí lo hizo, pero cuando me llamaron de Fiscalía yo dije que no quería seguir con esto. Yo solamente hablé con la persona que me había contratado y le dije: “mirá, la verdad es que pasó esto, seguramente va a estar grabado”. Yo simplemente le dije al tipo que no quería, que estaba en pareja, y cuando me bajé del escenario él dijo, “pensé que eran más atrevidas las argentinas, pensé que eran no sé qué”.

Estás en el escenario y empieza la gente a pedir esto del beso, así se dio, ¿no?

Fue así. Yo estaba animando, lo presento al igual que presenté a todas las otras bandas y el tipo, cuando saludo al resto de la banda, me agarra la cara con la intención de besarme. Y me sorprendí mucho, me dejó petrificada. Después de eso el público empieza a gritar, “el beso, el beso” y en ese momento le digo, “no, gracias, yo tengo novio, aunque esté en un reality”, como riéndome de esta situación.

Y él me dice, “yo también tengo pareja”,  qué grave, que no sé qué.  Y ahí digo, “bueno, nada, los dejo en el escenario”, me voy, me voy un poco como culpable, no sabía si estaba haciendo las cosas bien o no.

¿Tú no hablaste con él? ¿Se disculpó?

Sí. Me dijo que había sido la emoción del momento, pero no le contesté, tampoco me pareció un mensaje que había que contestar. De hecho, te leeré el mensaje: (en este momento Meli toma su teléfono y nos lee el mensaje).

“Te escribo para ofrecerte una disculpa sincera y genuina por todo lo sucedido. Jamás mi intención fue incomodarte ni transgredir tu espacio personal.  Quizás la euforia y la felicidad de un show tan lindo esa noche me jugaron en contra (…) Era una noche muy especial y realmente no hubiera querido que terminara así. Te reitero nuevamente mis sinceras disculpas”. 

Te noto complicada con el tema, como que te afecta aún, pero creo que el comunicarlo es algo que debe hacerse para marcar precedentes, ¿no?

Claro, ¿qué pasa si esto le sucede a una niña más chica que yo? Ojalá que esto también sirva para crear conciencia. Pero en todo sentido, o sea, de un hombre hacia una mujer, de una mujer hacia un hombre, o entre disidencias, en todo sentido, no se puede transgredir el espacio personal o la voluntad de otra persona. 

¿Por qué me lo estás diciendo ahora, por qué no lo habías hablado? 

¿Sabes qué pasó?  En un momento me comentaban mucho, “esta chica quiere pantalla” o decían que quería cobrar por una entrevista en TV, pero nada de eso era verdad, no quería que se ensuciara el trasfondo del tema. Pero ojo, no por esto tienen que crucificar a un ídolo, no hay que crucificar a Koko. Creo que es una persona que aprendió después de eso y en el siguiente concierto que estuvo, dijo, “¿querés un beso o no?” a la animadora. Hay una lección en todo esto.

¿En el mundo del modelaje te había tocado algo así alguna vez?

Montones. Miles, miles de veces. Y esa experiencia fue la que me dio la entereza para poder hoy en día poner un límite. También me pasó en televisión, en el segundo programa que había tenido en Vía X, en mi vida. Yo conducía con Rodri “Gallina”, que lo adoro, porque me salvó de una situación muy incómoda con un entrevistado al que le preguntamos, “¿qué estarías haciendo si tuvieras un superpoder?” Y este tipo dijo, “te estaría chupando el cuello”, y la verdad no supe cómo reaccionar.

¿Quién fue?

No importa.  Pero dos años después con este mismo tipo volvió a suceder algo en un programa y ahí si pude responder y lo hice. Estábamos en un matinal de cocina y estaba cocinando un zapallo, y él me dice, “qué buen zapallo, ah” con un tono muy desagradable, y me quedé pensando y le pregunté a qué se refería. “¿A qué te refieres con zapallo?” – le pregunté- y alguien trató de bajarle el perfil al momento, pero insistí. La primera vez que este tipo me hizo un mal comentario no pude responder, pero esta vez sí lo hice y le dije, “me parece muy desubicado de tu parte, que tenés un hijo de mi edad”, y la situación quedó ahí.

El responder está bien, te pone como a la altura de la circunstancia, pero por dentro me imagino que es una situación super difícil, ¿no?

Sí, pero uno va aprendiendo y después de muchas situaciones en el ámbito laboral, de muchas situaciones hermosas, siempre hay una, dos, tres negativas que te marcan. Uno aprende a saber cuándo está afectando y cuándo no…

Meli, ¿qué viene para ti en 2025?

No sé. Sigo en TNT Sports. Bueno, ojalá que vengan proyectos nuevos, que sigan también en ascenso. Porque si un año estoy muy tranquila o un mes estoy muy tranquila, es como que me estanqué. Pero no, al final son momentos, ¿no? También está bueno vivir momentos de relajación tranquila. Termino mi carrera de periodismo el 2025. Y eso.

¿Y un pangalito?

No sé, quizás (sonríe).

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