Close

,

Una leyenda llamada Amparo

Por @ahorapinto

abril 2024

En general las actrices desarrollan una doble carrera pública: una frente a las cámaras o paradas sobre las tablas de un teatro, y otra como celebridad de la que conocemos sus gustos, sus amores y sus rencores. Pero casi como una célebre peculiaridad aparecen ciertos nombres que desde su sola concepción, son sinónimos de un talento tan trascendente que engrandece hasta el más pequeño personaje, y este es el caso de Amparo, la mujer que a pesar de haber nacido con un apellido noble en lo que a artes se refiere, tiene una carrera tan sigilosa como apabullante, que ha podido incluso prescindir de su linaje para brillar como el diamante más fino, delicado, y a la vez invenciblemente fuerte del teatro nacional.

Corrían los últimos años de la década del ’80 y una joven actriz acaparaba miradas y comentarios en la escena del teatro chileno por sus brillantes interpretaciones. Su apellido era conocido y lo llevaba con una mezcla de orgullo y una gran cuota de responsabilidad por el camino transitado por su padre, el también actor, Héctor Noguera. Desde ese incipiente momento hasta nuestros días, ha participado en más de 30 películas, 28 teleseries, 13 series de televisión y casi 40 obras de teatro; además, acumula un sinnúmero de premios y algo que vale más que todo lo anterior: un intachable reconocimiento de la audiencia. ¿Qué ha ocurrido en la vida de Amparo Noguera entre su debut en “Ardiente paciencia” de Antonio Skármeta (1986) y hoy? Eso es lo que intentamos resumir en la presente entrevista. 

Joyas: Cétria @cetriastudii
Vestido: Bryan Bo @bryanbo.cl
Zapatos: Camille @camille.cl

CRECER SIENDO UNA NOGUERA 

Amparo, vamos al comienzo, a tu infancia. ¿Creciste entre libretos, ensayos y estrenos?

Me imagino que yo soy el resultado de esa infancia. Y de alguna manera todos mis  hermanos. Mi papá tuvo dos matrimonios, el primero fue con mi mamá y de ese primer matrimonio somos Piedad que es mi hermana mayor y yo; ella es productora de teatro y es  la mano derecha de mi papá. Del segundo matrimonio están Diego, Damian y Emilia; Diego es músico, es compositor musical de compañías importantes como Sacha Valls, en Berlín, trabajó con Manuel Infante fuera de Chile y acá compone la música para esas obras; Mi  hermano Damian también es compositor de música, escritor también, escribió una  biografía de mi padre; mi hermana Emilia es una actriz y una dramaturga de mucho peso.  Esos son los resultados de la infancia que tú me planteas.

Me hablaste del teatro como un oficio sacrificado…

Sí, es sacrificado. Cuando la gente veranea, mi papá iba al teatro, cuando la gente descansa el domingo, mi papá iba a trabajar para entretener a la gente que estaba descansando, pero fue algo muy hermoso, crecí conociendo de qué se trata esencialmente este oficio de ser actor, que es un trabajo delicado, sacrificado, hermoso y lleno de retribución. Desde pequeña pude diferenciar lo que era el trabajo, lo que era el éxito, lo que importa del éxito, el trabajo en equipo. Me hizo tener una visión bastante global.

Cuando la gente veranea, mi papá iba al teatro, cuando la gente descansa el domingo, mi papá iba a trabajar para entretener a la gente que estaba descansando, pero fue algo muy hermoso, crecí conociendo de qué se trata esencialmente este oficio de ser actor.

¿Ser hija de Héctor Noguera generaba prejuicios entre tus compañeros de carrera?

Yo nunca tuve conciencia de quién era yo, te lo digo realmente. Porque siempre estaba trabajando o estudiando, no estaba pensando “yo soy hija de” o “yo vengo de una familia  de”. Pero por ejemplo mis sobrinas ya no son las “hijas de”, ellas tienen la tía, el papá, el abuelo, la hermana… Lo mío era bastante más acotado, entonces de alguna  manera  fue  más fácil y tuve poca conciencia de eso, porque nunca funcioné así. Sí, de repente me parecía extraño que los profesores visitaran mi casa o que fueran muy conocidos de mis padres y claro, a veces esos conocidos, el “tío tanto” se transformó un poco en “el  viejo  de actuación” o “el viejo de voz”, como un estudiante llama a los profesores (ríe).  

Y por tu parte, ¿existía una autoexigencia mayor, una suerte de “debo demostrar que soy más que “la hija de”?

No era un pensamiento que entrara en mi cabeza. Sí, sabía que probablemente cuando yo daba un examen para entrar a las escuelas, había más ojos puestos en mi. Yo vi a un  padre trabajador, a una madre trabajadora, productora de televisión y de teatro, vi a mi madre relacionarse con los actores, a mi padre también, entonces nunca tuve esa  sensación de competitividad o que yo tenía que demostrar algo.

LA BELLE ÉPOQUE DE LAS TELESERIES CHILENAS

Ya casi se ha convertido en un cliché el hablar sobre la “época dorada de las teleseries”, como una suerte de añoranza o mantra de “todo tiempo pasado fue mejor”, pero es que al parecer sí lo fue. Hablamos del período en que habían dos áreas dramáticas en Chile, y que Vicente Sabatini era una especie de rey Midas del horario vespertino. Quienes ya pasamos los 30 tenemos recuerdos vívidos de esa época y en esos recuerdos siempre asoma algún personaje icónico de Amparo: María Magdalena en Romané, Olga III en El circo de las Montini y, por supuesto, Rosita Espero en La Fiera, personaje que compartía un  divertido matrimonio con Ernesto Lizana, interpretado por Alfredo Castro, y que popularizara hasta el día de hoy la frase “¿no será mucho derroche, Rosita?”

¿Fue la mejor época de las teleseries chilenas? 

Yo creo que sí, sin duda. Porque no existían las distintas plataformas. Se hacían, creo  que dos teleseries al año por canal. Me tocó trabajar con Vicente y las teleseries tenían  ratings de unas cifras que ya no existen, 25 o 35 puntos.

Había un fanatismo súper fuerte con las teleseries en esa época, ustedes eran los ídolos nacionales…

Imagínate que teníamos que grabar con seguridad, cuando grabábamos Romané o La  Fiera, por ejemplo, porque las teleseries eran eventos nacionales, no existía Netflix, Amazon, YouTube, no existía la cantidad de posibilidades que la gente tiene ahora. Entonces, todo el público estaba de alguna manera centrado ahí, y eso hacía que la teleserie fuera un evento popular importantísimo. Además, había temáticas muy  interesantes, como eran las que manejaba Vicente, que tenían que ver con la  marginalidad, de alguna manera reflejaba la  historia de este país desde lo marginal y eso era tremendamente importante.  

Y hablando de ese tiempo, ¿con qué personaje te recuerda más la gente?

Yo creo que es la Rosita, sin duda. Pero también recuerdan a María Magdalena de Romané, y la monjita de La ley de Baltazar.

Amparo, estas grandes producciones con viajes y grabaciones en regiones traían -me imagino- grandes desafíos actorales, ¿qué fue lo más difícil o desafiante para ti de representar?

Yo creo que la gitana, sin duda, ¡imagínate! tuvimos que aprender un acento, meternos en ese mundo. Sí, yo creo que fue María Magdalena. Había que manejar varias cosas externas a la historia del personaje, ese vestuario, las pelucas, el acento, el mundo que  habitaban ellas. Estudiamos mucho para hacer ese personaje.

En el canal del lado trabajaban los amigos, este mundo es muy chico, no había un odio ni una guerra. Pero, por supuesto, uno quería que ganara la teleserie de uno, sin duda que sí, había guerra pero muy sana.

Creo que Romané ayudó a romper prejuicios sobre los gitanos, comenzamos a verlos como personas, familias, lejos de esa imagen de “dame la mano pa`sacarte la suerte” ¿te parece así?

Sin duda que sí. Yo creo que ese era uno de los grandes objetivos de Vicente Sabatini. Reivindicar estos espacios para conocerlos. Generalmente, los prejuicios se establecen  sobre lo que uno no conoce. Yo creo que que Vicente quería establecer el conocimiento  de estos lugares para el público, que el público tuviera acceso a estos espacios, desde la salitrera, el mundo gitano, hasta la gente del circo. Y desde ahí aproximarse a lo que  realmente son estos espacios, y como consecuencia, terminar los prejuicios.

Hablemos de la guerra de las teleseries, más allá del rating y toda la cosa comercial, los actores eran los soldados de esas guerras, ¿lo vivían así?

No, es que en el canal del lado trabajaban los amigos, este mundo es muy chico, no había un odio ni una guerra. Pero, por supuesto, uno quería que ganara la teleserie de uno, sin duda que sí, había guerra pero muy sana.

REALIDAD LABORAL: LA CERTEZA V/S LA LIBERTAD 

Hoy no tienes ese contrato permanente con un canal, y eso es más bien la tendencia para el gremio, ¿qué pesa más, la sensación de falta de certeza o de libertad?

La cosa se pone más frágil, pero también hay momentos en que se pone más difícil económicamente. En este momento estoy filmando la próxima película, voy a comenzar a hacer clases nuevamente, etcétera, entonces todo va cambiando. Ahora, la estabilidad que había antes ya no existe, y de alguna manera me gusta esta libertad, porque puedo  elegir yo y porque sé que de dónde me llaman, es porque soy necesaria, no me llaman por cumplir un contrato.

A propósito de lo mismo, hemos visto como muchos actores se han transformado en influencers, casi como un emprendimiento, ¿cómo ves ese camino que han seguido tus colegas?

Lo observo sin duda como un emprendimiento, como un trabajo. Partamos de esa base, que es un trabajo y un emprendimiento. En lo personal, no he tenido que recurrir a trabajar en mis redes sociales todavía y no me interesa demasiado la verdad, no me  parece ni creativo, ni explorador, ni reflexivo, por tanto me aburre un poco. Lo digo con mucho respeto porque en general respeto el trabajo de cualquier persona de la índole que sea, porque sé lo que cuesta.  

Aros: Cétria @cetriastudio
Vestido: Nicoletta Valentina @nicolettavantina 
Zapatos: Camille @camille.cl

Pero ¿no te gusta la idea de un “actor influencer», o no te gusta como camino para ti?

Quizás yo soy como de otra época, quizás mis teorías son súper pasadas, pero todavía creo que la imagen de uno como actor tiene que estar al servicio de un personaje. Te lo llevo a terreno, si yo fuera una influencer que pasa vendiendo cosas por internet, no sé cómo la gente me identificaría como la hermana Margarita en La ley de Baltazar, por ejemplo, sin que confundan a la Amparo Noguera como marca. Ese es el temor que me da cuando uno empieza a ser influencer en el caso de los actores.

En lo personal, no he tenido que recurrir a trabajar en mis redes sociales todavía y no me interesa demasiado la verdad, no me  parece ni creativo, ni explorador, ni reflexivo, por tanto me aburre un poco.

Ya, pero eso pasa también con la publicidad tradicional, igual cuando te llaman para una campaña o un spot hay cifras interesantes sobre la mesa…

Mira ya no son tan interesantes como antes, nada es tan interesante como antes económicamente, pero sí me han llamado. Ahora, creo que ser influencer no es lo mismo  que hacer un comercial para televisión acotado, no creo que sea lo mismo. Entiendo por influencer el estar todo el día en internet y tengo cercanos que lo hacen y me consta que es un trabajo que hacen a diario y lo agotador que es.

Pero ojo, el término “influencer” hace referencia a la influencia de opinión que puedes ejercer sobre un grupo, y en ese sentido tus participaciones en campañas políticas, en la del Presidente Boric, por ejemplo, si te convierte en una influencer, quizás no de redes, pero sí social… ¿Dónde está la línea que separa ambos mundos?

Sí, es verdad lo que dices. Pero cuando hablo de influencers me refiero a las personas que están en redes sociales todo el tiempo contando por ejemplo “hola, hoy me comí una papita superrica” o el “hola, buen domingo”. Pero cuando creo fielmente en lo que estoy promoviendo, en este caso la campaña de Boric, para mí era muy importante estar ahí por el país, y creo que sí es un poco influenciar de alguna manera, pero influenciar para algo que a mí me resulta importante, para algo que sí tiene que ver con mi vida en lo cotidiano y en el futuro de las generaciones que vienen, ahí sí presto mi imagen, porque creo fielmente en eso. Y en el caso de un comercial, lo hago cuando sé que ese producto no va a ocasionar ningún daño a nadie, lo que no hago es decir qué vino me estoy tomando, porque ¿a quién le va a importar eso?

Total look: Bad Sisters @bad_sisters

“ME ENCANTA EL PRESIDENTE BORIC”

¿Reafirmas el comentario que hiciste sobre la gestión en cultura del gobierno o fuiste sacada de contexto en dicha entrevista?

Primero voy a aclarar que a mí me encanta Gabriel Boric como presidente y que si yo digo un comentario así, no tiene nada que ver con su gestión total. Me encanta, lo admiro y me emociona cada vez que lo veo. Por otra parte, Carolina Arredondo (Ministra de las Culturas y las Artes) es muy amiga mía, confío mucho en la gestión que ella va a  hacer, es una mujer que conoce, es una trabajadora del teatro. Y confío en lo que han sumado mis colegas al comentario que hice en esa entrevista: todavía quedan dos años (de gobierno) y espero que en estos dos años la cosa cambie, porque es este el único gobierno en el que tenemos esperanza.

A mí me encanta Gabriel Boric como presidente y que si yo digo un comentario así, no tiene nada que ver con su gestión total. Me encanta, lo admiro y me emociona cada vez que lo veo.

¿Te equivocaste con ese comentario?

Creo que sí, fue un comentario duro, difícil, pero tuvo cierto espacio y generó un debate, un movimiento. Hizo pensar a mucha gente y también a mí. Dentro de eso también recojo el comentario de Carolita, perdón de nuestra ministra de cultura, que dice que todavía nos quedan dos años. Algunas personas dijeron que no era constructivo en este momento, pero sí, también creo que fue constructivo porque se generó el debate.

DE LA ÉPOCA DE ORO A LA “ERA NETFLIX”

Amparo sabe de ser camaleónica, sabe pasar de ser una monja a una gitana, y luego a una artista circense o a una asesina. Pero también es camaleónica en los formatos, de hecho uno de sus más recientes triunfos fue su participaciòn en “42 días en la oscuridad”, la primera serie chilena original de Netflix, basada en la historia real del asesinato de Viviana Haeger, cuyo cuerpo fue hallado 42 días después del hecho. 

¿Qué significó para ti estar en “42 días en la oscuridad”?

Fue maravilloso hacerla. Tuve la suerte de trabajar con dos grandes directores que fueron Gaspar Antilo y Claudia Huaiquimilla. Es una serie hermosa, muy interesante. Cuidaron mucho la revictimización al hablar sobre un asesinato, me pareció muy bien tratada, muy bien filmada. Me gustó mucho la filmación, cómo se veía ese paisaje, cómo relataba desde los lugares, desde las locaciones, desde el frío.

La serie se estrenó siendo uno de los títulos de habla no inglesa más vistos de Netflix, imagino que como actriz el estar de una vez en tantos países debe generar un poco de nervios, ¿no? 

Creo que el mundo es demasiado grande como para pensar que por estar en Netflix te va a conocer todo el mundo. Creo que hay que tener un personaje demasiado llamativo para lograr una gran notoriedad, porque hay muchas plataformas y porque tienes que hacer varias series. No creo que sea tan inmediato, me encantaría, pero no creo que sea tan fácil. De todas formas, no me da miedo la exposición.

¿Y tienes algún miedo como actriz?

Lo  que  me  da  miedo  es  dejar  de  trabajar, dejar de vivir de mi trabajo, me interesa permanecer, y poder conectarme con el oficio y el trabajo en sí, más que con la fama y el éxito, que puede ser maravilloso y muy entretenido, pero no hay que olvidarse nunca que pensar desde el éxito de ser conocido por todo el mundo es un lugar frágil y corto, porque siempre hay uno que viene detrás de tí. 

A propósito de la fama y el éxito, te vimos hace poco deslumbrando en la Alfombra roja de los Premios Platino, ¿cómo te sientes en este rol tan hollywoodense de las alfombras rojas?

Fue entretenido, lo pasé estupendo, fuimos con Claudia Di Girolamo, estábamos las dos  nominadas por 42 días. Y también había más colegas chilenas, estaba Javiera Contador, por ejemplo.

Te vi demasiado glam vistiendo Ximena Olavarría…

Sin  duda que es un juego. El vestido era de Ximena, y por supuesto había que etiquetarla  porque generalmente son préstamos, comprendes que yo no tengo ese vestido colgado en mi clóset (ríe). Es importante también para los diseñadores chilenos estar ahí y formar parte de este juego, no solamente para mí, sino para todos los actores que vi ahí, los españoles, los mexicanos, los argentinos, todos están con sus grupetes y  se pasean por las alfombras rojas y posan y dicen cosas, es un juego maravilloso, necesario para la industria, divertido, pero es un personaje. Sin embargo, me parece importantísimo estar presente.

¿Cómo te llevas con la moda?

Me encanta la ropa y envidio a todas las personas que se visten hermoso, quisiera ser  como ellas pero no me da la personalidad y ¡mira la tontera! Es un tema de personalidad  de hacerme cargo del atuendo que estoy llevando, y no sé, no me da, pero me encanta. Soy esa persona que compra zapatos y los guarda, porque digo, ¿en qué momento voy  a ponerme esto? ¿Dónde voy a ir con esto? 

Existe una “camada” de actores chilenos que están brillando afuera, que han decidido ir por la internacionalización y les ha ido bien. ¿Lo pensaste alguna vez?

La verdad no y es por una razón súper simple, siempre tuve mucho trabajo acá en Chile, mucho trabajo que además me resultaba muy interesante. Creo que ahora quizás sí me  llamaría la atención, porque hay más trabajos que acá, pero tampoco creo que haya que irse necesariamente de Chile para eso, puedes estar yendo y viniendo. 

¿Qué te pareció todo lo ocurrido con La Memoria Infinita, de Maite Alberdi?

Me encanta que suceda esto para Chile, porque creo que Chile está creando una marca afuera súper importante. Creo que es importante, y no solo para nosotros, sino que también para la gente de afuera, de los otros países, vea el contenido que existe acá con respecto a la industria de guiones y cinematográfica.

A la gente le gusta el pelambre y es algo que va a la orden del día. Es algo que está instalado en nosotros como chilenos.

Estuviste en la inauguración de los Juegos Panamericanos de Santiago y te criticaron el acento neutro, como mexicanizado. ¿Fue intencionado, por la interculturalidad de la audiencia?

Sí, me salió como mexicano, ¡qué suerte! No pensé en el acento neutro en ese momento, pero sí pensé que estaba frente a un estadio nacional repleto, con un micrófono y tienes que saber manejar los sistemas de amplificación, hay que hablar lento para llegar  claramente a todos los espacios. No podía hablar ni rápido, ni comiéndome la “ese” ni las «de», ni nada porque sencillamente no se entendería. Era un texto complejo, bastante metafórico, poético, hermoso, escrito por Daniel Uribe y no podía ser de otra manera. Yo ni siquiera dije «voy a hablar con acento», dije como actriz «tengo que saber poner este texto en el estadio nacional y  que se escuche bien», pero a la gente le gusta el pelambre y es algo que va a la orden del día. Es algo que está instalado en nosotros como chilenos. 

Aros: Vargas Bayer @vargasbayer
Vestido: Abraham Escalona @abrahamescalona

ÍNTIMAMENTE 

La vida pública de Amparo es relativamente conocida, la conocemos desde sus orígenes en teatro, sabemos que ha ganado los premios Altazor, Apes, Caleuche y varios festivales de cine, pero a pesar de tener una consolidada relación con el también actor, Marcelo Alonso, en general habla poco de su vida íntima en entrevistas, ¿por qué? Se lo preguntamos…

¿Por qué decides no hablar tanto de tu vida privada o de pareja?

Porque me da pudor, además no hay nada nuevo que contar, creo que muchas veces me hacen las mismas preguntas, por ejemplo por la maternidad, pareja y la verdad me da lata contar esas cosas que ya son demasiado sabidas por todo el mundo, entonces ¿para qué?

Muchas veces me hacen las mismas preguntas, por ejemplo por la maternidad, pareja y la verdad me da lata contar esas cosas que ya son demasiado sabidas por todo el mundo, entonces ¿para qué?

¿Eres una mujer romántica?

El amor siempre lo he vivido superpoco convencionalmente, nunca le he hecho mucho caso al tema de fechas ni nada de eso y la verdad es super liberador, porque no te aferras a cosas como un aniversario, eso te da libertad.

Tu pareja, Marcelo, pasa mucho tiempo en México por trabajo, ¿cómo viven esa distancia?

Si, él hace muchas cosas en México, ha hecho series que lo tienen a veces meses fuera, pero lo llevamos bien.

¿Tener una pareja del mismo rubro, no hace que no se deje de trabajar nunca?

Fijate que sí, en la casa de mi papá, por ejemplo se habla todo el rato de eso, pero también se habla de otras cosas, uno habla de teatro o de trabajo, pero sin la imposición o las reglas de trabajo, un domingo en el almuerzo la conversación puede durar 20 minutos, pero termina cuando llega el pollo a la mesa (ríe).

Vestido: Fims @fims.cl
Aros: Cétria @cetriastudio

¿Tienes amigos actores reales, con quienes compartas más que el trabajo?

Si, Tamara Acosta es mi número 1. También Antonia Zegers, Paloma Moreno, la Aline Kuppenheim… Me da risa el término “mejor amiga”, pero tengo amigas que son centrales y que cada una cumple algo distinto a la otra, ninguna es mejor que otra, ocupan distintos espacios en mi vida y esos espacios son muy importantes. Ricardo Fernández también es un amigo muy querido. Y te diría que en general establezco lazos con la gente que trabajo.

¿Desde tu opinión, quién es la mejor actriz chilena?

Hay muchas mejores, la Aline (Kuppeinheim) es una actriz que me cautiva muchísimo en cine, me sorprende su certeza al actuar, su simplicidad y su manera de estar presente. Pero no creo en las mejores actrices, creo que cada actriz ocupa un lugar diferente en cada situación, hay factores que hacen que tú actúes bien, pero te la nombro a ella porque me resulta muy interesante su trabajo, al igual que la Tamara (Acosta), la Antonia (Zegers), ¡todas! Si sigo, me meto en problemas porque te las tengo que nombrar a todas (ríe). La Poli Giannini, la Paulina Urrutia, la Cata Saavedra que en su último trabajo hizo un trabajo magistral, entonces decirte quién es la mejor, cuesta mucho.

¿Y actor?

Tito Noguera (sonríe) También Marcelo Alonso, Alfredo Castro, Gastón Salgado.

A propósito de tu padre, tiene 86 años y sigue actuando como cuando tenía 30, ¿tú le temes a la vejez, al paso del tiempo?

No te podría decir que no, porque todos le tememos, es un paso que uno no acepta y la vida está diseñada para no aceptar y para dar la pelea para que no ocurra y de repente se empieza a acercar. Sin duda me da miedo, siempre la cosa se está moviendo, siempre viene gente detrás de uno que antes no existía y que va apareciendo y se va sumando al camino y se va colocando el interés en esas personas, pero es la ley de la vida.

¿Te inspira tu papá trabajando a sus 86?

Me inspira, no es un camino fácil porque la vida te va llevando de la mano, te dice lo que hay que hacer, te dice que te operes para la arruga, para que la evites, pero son caminos personales que uno decide llevar a cabo y mi padre lo ha hecho. Él es una persona a la que no le ha sobrado el tiempo para vivir, no le interesa contemplar un jardín para vivir, y si lo hace, en esa mirada se le ocurriría una obra de teatro para dirigir. 

La gente es floja para salir, les da miedo ir al teatro, creen que les van a robar el auto y los teatros no están todos ubicados en Las Condes.

¿Cómo viene tu 2024?

¡Bien! Estoy empezando una película, planificando talleres que daré, voy a estrenar la película “Historia y geografía”, dirigida por Bernardo Quesney y protagonizada por Cata Saavedra y por mí, es una comedia, la historia de una actriz que quiere un cambio, en Chile nos falta humor con cierta agudeza, y este director lo tiene. En julio me voy a Buenos Aires a firmar una película y eso me tiene super contenta. Además, tenemos varias funciones este año de “La persona deprimida” dirigida por Daniel Veronese, que es un monólogo de una paciente con su terapeuta, es humor negro que en Chile cuesta encontrar.

¿Por qué nos falta teatro en Chile? Tenemos temporadas cortas, no hay cartelera estable…

Yo creo que hay una responsabilidad compartida. Por una parte la comodidad del público, que no quiere ver cosas que los puedan remover a pensar, o una suerte de idealización que se tiene del teatro, como si hubiera un decálogo para poder comprenderlo, y en realidad el teatro es lo que representa en cada uno de forma particular. Además, Chile no es un país que esté relacionado con la cultura inmediata como pasa en otros países en que caminas entre monumentos y te conectas. En México, por ejemplo, tienen un cuento con sus tradiciones, están llenos de historia y no solo en la arquitectura; lo mismo en Buenos Aires, es gente que tiene un teatro al lado desde que ese país existe y Chile no lo tiene.

¿Has visto alguna vez una fila afuera del Museo de Bellas Artes? Jamás po, pero los mall están todos llenos.

Pero hay gente, instituciones, compañías moviendo esta realidad…

Sí, y me alegra que las salas se estén llenando, ha pasado con el “Santiago a mil”, pero eso debería expandirse a lo largo del año. De igual forma, la gente es floja para salir, les da miedo ir al teatro, creen que les van a robar el auto y los teatros no están todos ubicados en Las Condes. Además, no somos un país donde vayas al teatro y a la salida tengas 5 restaurantes para elegir donde ir a comer, hay varios factores que juegan en contra.

Pero tocaste un tema super importante y atingente que es la seguridad…

Claro, es que hoy tú sales a las 10 de la noche y crees que te van a matar y que te van a robar el auto y la gente no está en la calle, y va todo de la mano. Entonces, no tenemos esa sensación de entretención completa como ir a ver teatro y luego ir a comer algo rico, eso hoy es impensable y no es culpa de los actores o de la gente de teatro, somos un país que no tiene entretención. ¿Has visto alguna vez una fila afuera del Museo de Bellas Artes? Jamás po, pero los mall están todos llenos. #SARAH

Top: Nicoletta Valentina @nicolettavalentina 
Guantes: Gaba @gaba.studio

Fotografía: @emeescobar
Maquillaje & hairstyle: @vanesaperez.m
Styling: @pola_vial
Producción: @luisynilo
Asistente: @benjasalazar
Estudio: @estudiofe