En 2008, Valentina (28) pasaba horas en Fotolog y Flickr como cualquier adolescente que vivió la revolución de las tribus urbanas y las incipientes redes sociales. Le encantaban las fotografías de SuicideGirls, sitio web donde chicas tatuadas de todo el mundo venden sus retratos desnudas. Y pese a desear participar de esta comunidad, no fue hasta que cumplió 18 años cuando pudo publicar su propio material luego de que una fotógrafa la contactara. “Ella vio mi estilo porque me empecé a tatuar a los 14, y mis fotos se vendieron muy rápido. Hoy existen cerca de 400 SuicideGirls chilenas; yo fui la número nueve”, cuenta con orgullo.
La joven maquilladora y diseñadora gráfica narra su historia con ímpetu. “Hablo mucho, las comunicaciones son lo mío. Debería tener un late o un podcast”, comenta entre risas. Y es cierto, su carisma y talento natural frente a la cámara la han convertido en una de las instagramers nacionales favoritas. Ha participado en diferentes programas de televisión y no descarta volver a hacerlo. Hoy está preparando varios proyectos porque, aunque comenzó su carrera sin ropa, aún tiene mucho que mostrar.
¿Cómo ha cambiado la percepción de la gente sobre los desnudos?
Antes las chicas les tenían miedo a las fotografías sensuales porque eran mal vistas. Ahora las cosas han evolucionado un poco. En SuicideGirls hay público y modelos de todo tipo. La página solo exige desnudos íntegros y sin tanta edición. Yo siempre traté de no hacerlo grotesco, tenía una sensualidad más juguetona.
¿Cómo te ayudó este sitio en tu carrera?
Me abrió muchas puertas, me contactó el canal de YouTube Woki Toki donde hice sketchs de comedia y luego me ofrecieron una sección infantil para su subcanal Daplei. Igual era un poco contradictorio, pero me dijeron “vamos con todo” y creamos “El blog de la Vale”.
Tras eso has tenido participaciones en otros medios, ¿cómo ha sido eso?
En algún momento me ofrecieron trabajar en una radio más bien familiar, pero al poco tiempo me desvincularon porque no sabían que yo era SuicideGirl. Resguardaban mucho la integridad y está bien, los niños no tienen por qué verme desnuda, pero creo que estuvo demás porque yo no hacía pornografía y seguía trabajando en Daplei con contenido infantil.
¿Qué pensante en ese momento?
Me afectó mucho y me alejé de ese rubro, pensé: “Soy inteligente, no necesito sacarme la ropa”, ahora me arrepiento, porque lo único que quiero es volver. Pero también me preocupé por futuros trabajos, pensé que las empresas o las marcas no me tomarían en cuenta si seguía ahí. Lamentablemente nos meten a todas en el mismo saco: no por hacer desnudos soy prostituta y usé mi voz para derribar ese estereotipo.
TATUAJES SEXIS
Valentina nos relata cómo su pasado como modelo de desnudos le afectó en su vida laboral. Lamentablemente, para la influencer haber participado de un sitio de desnudos, además de haberla hecho conocida, le perjudicó en cierta medida. Lo mismo sucedió con sus tatuajes, que por una parte le han entregado personalidad y diferenciación, pero por otra, y aun en el siglo XXI, le han generado más de una crítica o prejuicio.
¿Cuál fue tu primer tatuaje y el más reciente?
Tengo cerca de 37. El primero fue en las pechugas porque me quería tapar unas cicatrices y el último fueron unos aritos en las orejas, ahora tengo programado hacerme la espalda completa.
¿Qué aconsejas para cuidarlos?
Bloqueador factor 50 en verano e invierno. Mantener la piel hidratada y no exponerse al sol si tienes detalles blancos, porque se pueden tornar amarillos por la oxidación.
¿En Chile aún se discrimina a la gente tatuada?
Mi mamá estaba en desacuerdo porque no sabía a lo que me iba a dedicar y ahora la entiendo. Ser una mujer con tatuajes me ha dado cierta responsabilidad, eliminar los prejuicios de la gente que te pone etiquetas: rockera, ruda, gótica, delincuente, etc. Cuando chica tenía amigos que no me podían invitar a su casa. Perdí mi virginidad a los 18 y comencé a tomar a los 21, entonces era súper conservadora, aunque tuviera tatuajes.
¿A qué te has tenido que enfrentar?
A que me juzgaran sin conocerme. Antes me quedaban mirando en todas partes, es algo cultural y puede que nunca cambie. El año pasado mi exsuegro me decía “Miss personalidad” y no por mi nombre, era muy molesto y por respeto nunca dije nada, pero era un ambiente súper hostil.
¿En qué más te afectó esa relación?
Al estar en contacto con una familia tan complicada, intenté ver las cosas desde el punto de vista de ellos. Pensé que tal vez yo estaba haciendo todo mal, dejé de juntarme con amigos… me vi atrapada en una relación que no me dejaba ser sensual.
¿Y al terminar esa relación te permitiste ser sensual nuevamente, por eso la silicona?
No, siempre había querido operarme, aunque no tenía problemas con mis pechugas. Siendo sincera, me ofrecieron un canje con una clínica y acepté. No fue por esa relación en particular, aunque cuando empecé a salir con esta persona, comenzaron todos mis problemas de autoestima.
¿Cómo sanaste?
Me di cuenta de que me hacía falta el contacto femenino: mis amigas y mi mamá. Ellas me devolvieron la autoestima, la sororidad fue la clave. Entendí que el amor propio es importante. Si no te quieres, no avanzas.
¿Cómo es tu relación con la sensualidad?
Entré a las comunicaciones siendo sensual, no tengo prejuicios con el cuerpo femenino, muchas me puedan decir “obvio, eres flaca”, pero trabajé con mujeres que me ayudaron a verme estilizada, porque mi cuerpo no es armónico, no tengo cintura, pero se cuáles son mis ángulos. La sensualidad está en el día a día, en el coqueteo, con la pareja o cuando te ves al espejo y te encuentras linda.
¿Cómo vives el despertar ciudadano del último tiempo?
Estoy súper de acuerdo. Soy de Peñalolén, de la Villa Lo Hermida, y entiendo la rabia de la gente. Mi mamá trabajaba haciendo aseo para pagarme la universidad y evitar el CAE, y mi papá fue chófer de micro. Nos han pasado a llevar por años, a mi mamá le siguen subiendo el arriendo y nunca pudo comprar una casa; tengo amigas endeudadas porque pensaban que iban a ganar más de lo que costaba la universidad. Si nos detenemos ahora, no va a haber un cambio y aunque digan que no es la forma, creo que sí lo es.
Con el contexto de la crisis, se ha criticado mucho a los influencers por mostrar vidas “envidiables”, ¿Has recibido críticas en este sentido?
Me da rabia que la gente me juzgue por mi celular o por el barrio donde vivo ahora; lamentablemente los que fuimos pobres soñamos con esas cosas. He ido a las marchas y me ha dejado de seguir mucha gente, pero las redes sociales son mi trabajo y me molesta que me critiquen por lo que publico o lo que no publico.
Tu sensualidad es algo muy propio tuyo, ¿te cuidas mucho para mantenerte?
Ando en bicicleta, bailo burlesque y voy a tomar clases de twerk; pero como de todo y soy carnívora.
Háblame de tu mejor secreto de belleza…
En las mañanas me lavo las manos con agua fría y me aplico crema en el rostro haciendo masaje con la yema de los dedos, así se me deshincha la piel, queda más hidratada y lista para el maquillaje.
Cuéntame tus próximos planes…
Voy a impartir clases de maquillaje y me encantaría volver a la TV. Aunque este año estuve enfocada en mi libro que se lanzará pronto, trata sobre mi historia, pero en un formato diferente, va a tener consejos y cosas entretenidas.
Diseños: @ximenaolavarriadesigner
Hairstyle: @hc.concept
MUA: @manumakeupok
Calzado: @benditatentacionls
Entrevista: @palirosada
Dirección: @luisynilo